Sergio de la Calle: «El humor es una poderosa herramienta de gestión muy rentable»

19 junio 2021

Como ha demostrado con nuestra primera entrevista, Sergio es una de esas personas que es capaz de aportar pensamientos profundos, con una poderosa experiencia, desde el sentido del humor.

Humor es inteligencia, empatía, capacidad de comunicar, relativizar. Ayuda a no tomarnos demasiado en serio, no creernos ‘el gallo del corral’ y facilita el trabajo con las personas.

No se puede construir una organización con valores, con propósitos, con capacidad de crear, de pensarse y de motivarse todos los días —ante los desafíos constantes— sin capacidad para ver las cosas con sentido del humor. La propuesta de Sergio de la Calle en su nuevo libro, Divertirse Trabajando, es precisamente esa: si no puedes divertirte, no tiene sentido hacerlo.

Un libro que, para mí, es toda una filosofía de vida, de trabajo, de familia, de mejorar como personas.   

Sergio cita a J. F. Kennedy —y con ello damos paso a nuestra conversación— y resume muy bien la esencia de su libro:

«El sentido del humor es parte del arte del liderazgo, de llevarse bien con la gente, de conseguir que las cosas se hagan».

¿Divertirse en el trabajo?

—Sergio, ¿Divertirse en el Trabajo? Parece algo así como muy contraituitivo, ¿No? Cuéntanos, ¿es posible?

Si, por eso unir dos verbos supuestamente contradictorios, divertirse y trabajando me pareció acertado. Si te preguntan el antónimo de «alto» dirás «bajo», si es el de «guapo» dirás «feo». ¿Y qué pasa con lo opuesto a «diversión»? Sí, seguramente has pensado «trabajo».

El trabajo se ha convertido en un inhibidor de la alegría. Es el bromuro de la risa.

Entiendo que es por eso por lo que, cuando viajas a un país extranjero, en la aduana del aeropuerto te preguntan: «¿Viaja por negocios o por placer?». Y es que, si viajas por lo primero, parece que lo segundo queda excluido. «Disfrutar en el trabajo» es una suerte de oxímoron como «asquerosamente limpio» o «cerveza sin alcohol».

Teniendo en cuenta que pasamos más tiempo consciente en el trabajo, creo que las empresas que consigan salirse de ese loop tienen una ventaja competitiva importante.

Humor y dolor

—Un libro que has empezado a escribir justo en el peor momento de la pandemia y con mucho dolor personal. ¿Te gusta ver la vida como un ‘campo de juego’ para sortear tanto dolor e incertidumbre?

El 2020 fue un año de mucha pérdida, para miles de personas, yo, entre ellos. Mi padre falleció por COVID al principio de la crisis, cuando había más desconocimiento y miedo. No pudimos despedirnos en persona ni tampoco reunirnos con mi madre hasta tres meses después….

En sus Bodas de Oro, hice un pequeño discurso con mucho contenido de humor sobre sus 50 años de viaje y la crianza de tres hermanos. A mi padre le gustó mucho y me dijo “Sergio, me encantaría que en mi funeral hicieras algo parecido”. Me gustó la idea; si no puedes reírte de la muerte, es que estás muerto en vida, dijo alguien.

Pero no pudo ser. En Junio y tras el susto de mi madre, también por COVID, estábamos exhaustos y no había energía ni para un entierro. Escribir fue la forma que tuve de despedirme. Dos libros en un año.

Siempre digo que el humor encuentra su espacio en todos los momentos y utilizado en el marco adecuado, es sanador. Sin embargo, no he podido hacer una sola broma de las circunstancias que rodearon la muerte de mi padre. A pesar de ello, me niego a recordarle así. Siempre que le recuerdo, lo hago con ese sonrisa amplia y plena que tenía.

El trabajo es…¿trabajo? ¿sólo trabajo?

—El desafío de divertirse trabajando es grande… todos los datos dicen ¿lo contrario? ¿falla la forma en la que concebimos el trabajo o qué?

El trabajo es trabajo. Nos metieron en la cabeza que era una forma de realizarse personalmente…. y nos obsesionamos con eso. En muchas ocasiones, simplemente es una forma de pagar facturas. Hay trabajos que, por mucho que quieras, tienen mucho de repetitivo y esforzado… Hay gente con actitud que consigue darle la vuelta y metiéndole humor, lo hace más llevadero. Pero este libro va sobre todo de cómo hay empresas que se esfuerzan en alimentar esa actitud a través del liderazgo y unas formas de trabajo más relajadas.

El humor es rentable

—Si tuvieras que dar 3 razones por las cuales ‘divertirse trabajando’ es RENTABLE (social y financieramente), ¿Cuáles serían?

La primera, sería la diferenciación de tus competidores.

No es lo mismo decir: “En este empresa, los proyectos son interesantes y tienen buenas condiciones” a decir “En esta empresa, los proyectos son interesantes, tienen buenas condiciones y encima, te lo pasas bien”. Ese plus es un imán para el talento. Senior y junior, no solo es atractivo para los más jóvenes aunque ellos si lo verbalizan más.

La segunda, sería que las empresas que trabajan ambientes más informales y dan espacio al humor en el día a día, consiguen que sus empleados trabajen mejor y hablen de su trabajo de forma más favorable que, de otra forma, no harían.

La tercera, es la relación con el cliente. Se habla mucho de la experiencia de cliente y de usuario ¿Cuál es la base de una buena experiencia? Que sea divertida. Si un proveedor te hace sonreír, tiene la mitad del camino recorrido. Estás más cerca de cerrar un acuerdo que otro que ofrezca un servicio o producto similar

Divertirse durante el trabajo, no sólo en los descansos

—Una vez leí a un creativo muy importante, el CEO de IDEO, decir que lo que miraba cuando llegaba a un cliente es si había gente sonriendo. Donde no hay diversión no se crea nada positivo, dice. ¿Está estigmatizado aún pensar que divertirse no es algo “de empresas serias”? Me cuesta imaginar que un banco diga a sus empleados: ¡diviértanse con su trabajo! Y por eso me cuesta verles rentabilidad jejeje ¿Qué opinas?

Para David M. Kell, fundador de IDEO y otros ejecutivos relevantes, un ambiente divertido es sinónimo de un ambiente creativo. Es buena tu referencia a que hay sectores más proclives a esa forma de pensar y claro, el diseño e innovación es una de ellas.

Pero en el libro pongo un montón de ejemplos de empresas con negocios “muy serios” que también se han dado cuenta de sus virtudes. Montley fool es una empresa de servicios financieros personales, inversión y acciones y creen que la vida y el trabajo no pueden separarse y por eso quieren que su gente añada  diversión a su día a día. Por eso animan tomar tiempo durante la jornada para socializar, jugar, hacer ejercicio, crear o relajarse.

Déjame enfatizar el “DURANTE”. En mi entrevista con ellos recalcaron “Siempre es divertido tomarse un descanso, pero queremos que la gente se divierta mientras no descansa. La diversión también tiene un propósito comercial muy directo: disminuye el agotamiento, aumenta la colaboración y mejora la retención de empleados”.

Y como esa empresa, comento otros negocios de perfil duro. Hay que superar el cliché de “ellos se lo pueden permitir pero nosotros no”

El humor se gestiona

—Pasemos al terreno de la acción, esa actitud de diversión, ¿se gestiona? En el libro aportas muchas claves, subrayé muchas, pero resúmenos al menos 3 imprescindibles para empezar a cambiar esa cultura ‘que no mola’.

Hay empresas que molan y empresas que no molan. Es cierto que la industria marca y las de internet y determinadas tecnológicas parecen molar por defecto. Pero no es oro todo lo que reluce y si no, recuerda las quejas de los empleados de Google de hace 4 o 5 años. Y es que la perfección no existe.

Yo estuve hace un tiempo en las instalaciones de Facebook en Londres y sí, son una pasada. Pero cuando te metes en una reunión son las mismas dinámicas que puedes encontrar en cualquier otra empresa. Idénticas.

Para mi las 3 claves son:

  • líderes que alimenten un ecosistema de trabajo en equipo
  • al tiempo que la gente alimente su individualidad y una alta capacidad de autocrítica
  • y esto, a la vez, con una mirada crítica respecto a cómo se hacen las cosas
  • y por último, que los puntos de encuentro con el cliente respondan a los valores de la organización.

Con esos pilares, el humor se convierte en una herramienta de gestión.

Empresas más humanas… ¡ahí está la clave!

—En el fondo, hablamos de crear empresas más humanas donde trabajen los humanos: valores, empatía, sensibilidad… ¿Esto es cada vez más relevante aún con tanto algoritmo en nuestras vidas?

Siempre digo que si quieres conservar tu trabajo en la era que viene, alimenta lo que te hace humano. Lo que es genuinamente humano es lo más difícil de robotizar. La empatía lo es. La compasión lo es. Y el humor, también.

Y los que desarrollan algoritmos son los que deben ser más humanos. De lo contrario, saldrás en los titulares de algún periódico porque tu inteligencia artificial está discriminando candidatos, clientes o lo que sea.

—¿Cómo conviven el sentido del humor y el estrés? Una de las consecuencias, nefastas, que ha traído la pandemia es muchos problemas mentales. Los datos son apabullantes. Y alguien nos puede decir que con estrés ‘es imposible’ sentirse alegre. ¿Cómo lo ves?

El humor reduce las hormonas del estrés y la risa reestablece el equilibrio entre el sistema simpático y el parasimpático e inclina la balanza hacia el sistema parasimpático, encargado de mantener un estado corporal de descanso o relajación.

La clave está en las endorfinas, uno de los neurotransmisores secretados por la glándula pituitaria del cerebro, que se activan por los movimientos de los músculos de la cara, que son interpretados por el cerebro, que libera estas sustancias químicas.

Estos neurotransmisores son conocidos como «opiáceos naturales» pues tienen un efecto similar a la morfina y ayudan a bajar los niveles de estrés, pues, a medida que se incrementan las endorfinas, se reduce el cortisol, llamada coloquialmente la «hormona del estrés».

El cortisol es más activo cuando nos sentimos estresados o ansiosos y contribuye a los sentimientos desagradables que experimentamos. Si bajamos los niveles de cortisol, podemos reducir estos sentimientos negativos y aliviar síntomas de depresión y ansiedad.

Buff, me he puesto muy técnico. En conclusión, cuando ríes, no puedes estar estresado.

La cultura del trabajo sin humor… es una cultura fallida

—¿Cuál es la pregunta que te gusta hacer a todos los directivos con los que te encuentras para evaluar si el humor está en su ADN como empresa?

No hace falta preguntar. Basta pasar una hora de reunión con ellos y ver si en algún momento, utilizan el humor para hacer sentir cómodos a los miembros del equipo que no son directivos, o para admitir un error, o para reforzar una idea, o para relajar la parte mas afilada de la conversación… Si eso aflora, es que la organización está en buen camino.

Es difícil encontrar una cultura de trabajo donde se premie el humor si sus líderes más representativos son unos siesos pero cuidado con querer que sean showman. Hay gente que buscar a los típicos CEOs Rock Star pero no es mi caso. Yo creo en el humor en el día a día, en los momentos de trabajo más cotidianos. Un Branson por ejemplo es una referencia muy alejada para cualquier directivo e intentarlo imitar sería un error.

—Ante una entrevista de selección de personal, ¿por qué el sentido del humor puede ser tan importante como la formación del candidado/a?

En mi primer libro  “Lidera con sentido del humor” ponía ejemplos de estudios que indicaban que un punto de humor en las entrevistas te posiciona mejor para ser seleccionado. Estudios de Harvard, por cierto, que parecen imponer más que los de cualquier otra Escuela de Negocio. Pero ahora puede ser importante porque hay empresas que lo miden deliberadamente en sus entrevistas porque es una habilidad que aprecian.

Entre estas, destaco en “Divertirse trabajando” a Southwest Airlines, cuya dirección explica que ellos contratan gente sobre todo y ante todo «con buen sentido del humor».

En cualquier puesto, su fundador Kelleher dijo «lo que buscamos, en primer lugar, es sentido del humor. No nos importa mucho la educación y la experiencia, porque podemos formar a la gente… Contratamos actitudes».

De hecho, durante las entrevistas de trabajo, a los candidatos se les pide específicamente que den un ejemplo de cómo han usado recientemente su sentido del humor en el trabajo, como por ejemplo para salir de una situación difícil. Igualmente, los seleccionadores se presentan de forma estrambótica, vestidos en pijama, por ejemplo, para comprobar la reacción de los candidatos a las bromas.

Líderes y empresas que inspiran, y tienen sentido del humor

—¿Qué líder, incluso en los peores momentos, te ha inspirado?

He tenido varios. Javier Jimenez Cuenca era una persona muy peculiar. Con una discapacidad severa por la polio, convivía con el dolor pero su impronta era su estilo jovial y la ausencia de queja. Venía de las Operaciones y en un comité de dirección se puso a cantar “Always look the bright side of the life”, la famosa canción de la escena final de La vida de Brian. Dejó a todos flipados y salimos de allí, con el proyecto aprobado.

Otro directivo que me dejó mucha huella fue Ian Ruddy en mi paso por el regional de Europa. En mi superseria carta de contratación con las condiciones económicas, me escribió a mano “Espero que este sea un lugar en el aprendas, crezcas y te diviertas”. No fue el caso; el proyecto fue el más sonado fracaso de mi carrera y sin embargo tengo una gran recuerdo de esa fase y me acuerdo mucho de Ian.

—¿Qué 3 empresas, y no hace falta que sean muy conocidas, crees que hacen las cosas realmente bien para trabajar, divertirse y además ser muy diferenciales en el mercado?

El caso de estudio por antonomasia es SouthWest. De hecho, tiene un libro dedicado a su cultura titulado “Nuts!” de Kevin Freiberg.

Lo que más me cautiva es cómo ha conseguido empoderar a sus empleados para que improvisen las performances con los clientes, sin supervisión ninguna. Y cuando no funciona, no pasa nada, aprenden y siguen adelante, siempre con el apoyo de los líderes.

Me deja boquiabiertos el liderazgo en primera personas de CEOs como los de Dollar Shave Club o PepperComm que, entendiendo el atractivo del humor, hasta se han formado para desarrollar la habilidad. En esa línea Lucas García, fundador de la agencia SocialMood, es un ejemplo brutal en España.

Así ‘se vende’ SocialMood en su Web

Entiendo que el humor es la base de la industria del entretenimiento y ha desarrollado una dimensión de entertainer que hace destacar a su agencia de muchas otras de similar tamaño (de hecho el año pasado se aupó en el TOP 10 de agencias alternativas). Para que puedas entender cómo lo hacer te recomiendo seguir su podcast Bullshit. Y ojo, que no te engañen las apariencias, a efectos comerciales y de rigor en ejecución diría que tiene una pulcritud extrema

La verdad es que me cuesta mucho elegir, en el libro hay más de cien ejemplos y hay detalles como el manual de usuario de VisualHub, el onboarding extravagante de Scopely o el enfoque de comunicación interna de Habitissimo que me parecen geniales

No todo funciona en el humor

—«lo que el humor puede conseguir es mejorar lo que ya funciona», dices. ¿Cuáles son las 3 grandes cosas que consideras que NO funcionan para que ‘cale’ el humor en una organización?

  1. La primera, es tomarse demasiado en serio a si mismo. Cuanto más envuelven en capas de ceremoniosidad, más lejos están de tocarle el corazón a los clientes… y a sus empleados.
  2. La sobrecelebración también es mala señal. La complacencia con lo conseguido muchas veces te impide la autocrítica, que, en mi opinión, es una característica de los grandes. Y por cierto, el humor es un gran vehículo para ello.
  3. La hiperactividad también es un inhibidor; querer mostrar todo el rato que estás muy liado. Cuando en realidad, lo que estás hecho un lío; me dan mucha pena los profesionales que critican a los compañeros que se lo pasan bien en el trabajo y dicen a sus espaldas cosas como “eso es que vive muy bien”.

—Creo que tu mensaje es muy importante en estos momentos, ¿España está viviendo uno de los momentos de mayor crispación de su historia?

Bueno, la crisis sanitaria nos ha sacado de quicio a todos en todas partes. Pero es cierto que el conflicto catalán había conseguido crear emociones colectivas tan masivas que eran difíciles de creer. Y la polarización del discurso político sigue.

Además, tardaremos en recuperarnos económicamente por mucho que en los próximos meses la gente disfrute de un buen verano y relaje el ahorro que ha caracterizado el último año.

Pero España tiene buena base. Somos duros. Y sabemos reírnos de nosotros mismos. De hecho, la cascada de memes que ha hecho la crisis más liviana es muy made in Spain….

Y siempre contaremos con personas como Jorge Prieto, el enfermero del Summa 112 cuyo monólogo en el Wanda Metropolitano sobre las vacunas se hizo viral. En una entrevista dijo que en su sector habían «perdido compañeros por el camino debido a la falta de mecanismos de protección. Pero ya había pasado el tiempo de lamentarme y que tocaba el momento de estar orgullosos. El lo está de su trabajo, cuidar de los demás. Y no solo lo hace curando las heridas físicas con medicinas, también cura las emocionales y anímicas…..con humor».

Quisiera pensar que todas las profesiones podemos hacer lo mismo.

Citas que inspiran

—Sergio, eres un lector impresionante, compartes una biblioteca de más de 4.000 ejemplares. En el libro aportas alguna cita brillante. Por favor, apórtanos 4-5 citas de libros que más te han marcado en la vida, te lo agradeceríamos

Bueno, ese mérito se lo debo a mi padre que era un ávido lector y coleccionista. Fue una hermosa coincidencia que la última vez que le ví con vida fue el 26 de febrero de 2020, en la presentación de mi libro en la librería Lé de Madrid. Para mí, escribir fue algo casual y nunca pensé poder darle una alegría de ese tipo. Llegó en el momento más acertado.

Sobre las frases, inevitables las dos de Mark Twain que comento en la introducción del libro y que articulan mi filosofía de trabajo:

  • «Cuanto más disfrutes de tu trabajo, más dinero ganarás».
  • «La mejor manera de animarse a uno mismo es tratar de animar a alguien más».
  • Sin ser una cita de un libro, también destaco la frase de Ennio Morricone con la que cierro el libro «Hagas lo que hagas, ámalo». No está directamente asociada con la temática del libro pero justo el monstruo de la música falleció el mismo día, el 6 Julio 2020, día que entregué el manuscrito a valoración a Plataforma Editorial

Artículo escrito por Javier García

Editor de Sintetia

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