Sergio de la Calle: «El uso del humor en el ámbito profesional eleva la percepción de estatus y confianza»

2 julio 2020

Si tuviera que presentar a Sergio me quedaría con la genialidad de la contraportada de su libro, Lidera con Sentido del Humor, porque es para enmarcar, dice: «Hijo de Tasio y Ascen, hermano de Héctor y Estela, padre de Nico y Valeria y marido de Elena, la mujer con la que compartiría dos vidas y aun así no sería suficiente, Sergio de la Calle debió ser dibujante de cómics, pero terminó trabajando en Recursos Humanos, algo afortunado pues en vez de dibujar aventuras de héroes y villanos, las vive cada día.

Es sociólogo, MBA y posgrado en Recursos Humanos; ha viajado a cuarenta países, realizado conferencias en diez, perdido la maleta en dos y quedado encerrado en el baño en uno»

Humor, inteligencia, liderazgo, capacidad de reírse de uno mismo, … Sergio aborda de forma magistral en su libro temas imprescindibles que tienen que estar en la mesa del management ¡YA! En esta entrevista lo entenderás.

.. Sergio, ¿humor y liderazgo? Cuéntanos… porque hay quien piensa que para liderar hay que ser muy serio y agresivo (incluso)

Lamentablemente muchos líderes han confundido la seriedad con la profesionalidad. Y eso ha derivado en el arquetipo del jefe de gesto hosco y lenguaje belicoso.

He conocido Directivos y Directivas que en las reuniones eran durísimos, pero, después, comiendo eran genuinamente divertidos. No podía evitar preguntarles por qué no se mostraban así en la oficina y la respuesta era: “me perderían el respeto” o “el equipo se me tomaría por el pito del sereno”.

En el libro comento cómo Harvard desarmó este paradigma demostrando que, en realidad, es todo lo contrario. El uso del humor en el ámbito profesional eleva la percepción de estatus y confianza.

Y sin evidencias científicas, es fácil afirmar que este paradigma es erróneo: piensa un momento cómo defines coloquialmente a las personas con la que te gusta estar. Puede que en tu mente hayan aparecido cosas como “Transmite alegría”, “Es super-positiv@, siempre con una sonrisa” o “Te partes con él/ella”. ¿Y qué ocurre cuando preguntas qué es un buen profesional? Normalmente te dirán “trabajador”, “responsable”, “serio, no se anda con tonterías”. Esto se acentúa en los puestos de mayor responsabilidad jerárquica: “lucha”, “No da su brazo a torcer”, ”defiende a su gente”. No tiene sentido que el humor aparezca en casi todas las características de una buena persona y en casi ninguna de un buen profesional.

.. ¿por qué el humor tiene ‘mala’ fama en el mundo de la empresa?

La risa a menudo se asocia a la frivolidad, a la falta de seriedad y al humor, a la crítica y la burla al poder, al ataque de lo establecido, a la crítica mordaz. Ese desprecio por lo humorístico se refleja en microcomportamientos diarios con los que hemos lidiado desde niños.

Así, la abuela, con su mejor intención, te empieza a decir a la tierna edad de seis o siete años: «Ya eres mayor, déjate de tonterías». En el colegio, los profesores te riñen: «¿Y tú de qué te ríes? ¡Esto es muy serio!». En el ejército te gritan: «¡Borra esa estúpida mueca de tu cara!» y en la oficina te recriminan: «Qué bien que te lo pasas. Eso es que vives bien».

Pero la denostación del humor viene de muy antiguo: Platón afirmó en La República que el humor distraía a la gente de asuntos más serios, y por eso las personas de mérito no debían reírse. Y hoy todavía parafraseamos a los clásicos, como ocurrió en 2019, cuando Antonio Tajani, presidente del Parlamento Europeo, exasperado por la risa escéptica de otro eurodiputado, le espetó: «Risus abundat in ore stultorum. Busque en el diccionario lo significa». «La risa abunda en la boca de los tontos», frase que había dicho el comediógrafo griego Menandro con el objetivo de denostar la farsa, género que «solo entretiene y no alimenta el espíritu».

.. conectas humor con inteligencia, ¿puedes explicarnos un poco más?

«La potencia intelectual de un hombre se mide por la dosis de humor que es capaz de utilizar», dijo Friedrich Nietzsche en el siglo XIX.

Un siglo más tarde, varias universidades quisieron darle la razón; en el libro menciono hasta tres estudios que demuestran la correlación entre inteligencia, humor y creatividad.

Las personas capaces de entender el humor o de producirlo demuestran mayor capacidad de resolución de problemas analíticos y también superior razonamiento abstracto.

En el libro comento muchísimos personajes pero mi ejemplo favorito es Stephen Hawking. «La vida sería trágica si no fuese tan divertida», dijo en una ocasión, razón por la cual, además de descubrir los secretos de los agujeros negros y de evaluar las posibilidades de viajar en el tiempo y en el espacio, Hawking dedicó tiempo a colaborar con Los Simpson y con Big Bang Theory. Con Los Simpson lo hizo hasta en cuatro ocasiones, en las que participó en el guion e incluso puso la voz a su propio personaje.

… ¿y el humor con la humidad?

Para conectar con el equipo hay que tener la capacidad de presentarte como un igual y reconocer tus fallas.

La gente no quiere jefes infalibles. Quiere jefes que sean humanos y no se crean perfectos.

Cuanto más seriamente te tomas a ti mismo, es inversamente proporcional a lo seriamente que te toman los demás.

Si no eres capaz de reírte de ti mismo, habrá alguien que lo haga por ti.

El humor es la herramienta perfecta para hacer autocrítica. En ocasiones, los líderes se esfuerzan mucho en aparentar saberlo todo y no tener fisuras. No quieren dejar de dar respuesta, no vaya a ser que se interprete como signo de debilidad. Y a veces la mejor respuesta es un «No lo sé». En ese caso, el humor es un excelente vehículo.

… ¿y el humor con la autenticidad?

En las organizaciones sobra pose. Hay mucha artificialidad. La falta de naturalidad sostenida en el tiempo se traduce en una percepción de menor confiabilidad. Y la falta de confianza en la alta dirección no es una opinión, como lo ratifican año tras año los resultados del Edelman Trust Barometer, que pide a los participantes en el estudio que ordenen diferentes agentes por orden de la confianza que generan: los CEO y los comités de dirección ocupan las posiciones ocho y nueve en un ranking de once.

En un entorno de crisis permanente, ser creíble es aún más difícil para los directivos. ¿Dicen la verdad o sólo lo que quieren escuchar sus accionistas?, ¿de verdad sus resultados financieros son los que dicen que son o sólo buscan que los analistas los califiquen bien?

Las personas conectan con las personas, no con títulos o tarjetas de presentación. Si la gente no vislumbra a la persona que existe detrás del puesto, difícilmente se va a construir una relación que genere la confianza que necesitan los equipos de alto rendimiento.

El humor consigue eso. Poner a la persona delante del personaje.

… Cuando llegas a una empresa y ves que no se ríe nadie… ¿qué piensas?

Pues pienso lo mismo que David M. Kelley fue fundador de la firma de diseño IDEO y profesor en la Universidad de Stanford: “Si entras en una empresa y ves que hay un montón de tipos con el gesto serio por ahí, te garantizo que no inventarán nada”.

Pero mi opinión importa menos. Me preocupa más la del talento joven. Quizá a los baby boomers y a los de la generación X no nos sorprenda entrar en un comité y tener la sensación de tribunal, pero hay que valorar qué impacto tiene esto en los de la generación Y y Z, generaciones más volubles, cuyo talento es difícil de retener de las formas clásicas.

Kaloyan, un millennial que colaboró con el equipo durante unos meses de beca, me acompañó a una reunión y, cuando salimos, me preguntó: «¿Qué hemos hecho mal? ¿Por qué estaban enfadados?», y yo simplemente le respondí: «No estaban enfadados. Es así siempre». En su cara pude leer que se preguntaba cómo podría aguantar eso de forma continuada. Y es que, ciertamente, no es una estrategia sostenible.

… usar el humor en contextos de crisis, ¿también funciona?

De hecho, es cuando es más necesario. Soy muy consciente de que esta crisis sanitaria, ha dejado a mucha gente abatida por la pérdida y la soledad. EL COVID nos puede quitar muchas cosas, pero no debería arrebatar la sonrisa. Esa sí sería una victoria total por su parte.

Mi padre falleció hace un par de días. Mi libro se lo dediqué porque «me enseñó a reírme de las debilidades». No era un cliché. Mi padre perdió el brazo a la edad de dos años, tras ser arrollado por un tren. Hoy eso se trata con normalidad, pero en los años 30 del sXX, mi padre era ese “pobrecito manco”. En mi infancia, los niños me preguntaban “¿Porque tu papa tiene el brazo “partio”?”. Yo les respondía de la misma forma que había escuchado a mi padre tantas veces. La versión 1 era “estábamos de safari y se lo comió un león”. La versión 2: “estábamos de Safari, un león empezó a perseguirnos así que se cortó el brazo, se lo lanzó y salimos corriendo”. La versión 3, destinada a los más indiscretos, era “un día empezó a mordisquearse un padrastro y le gustó tanto que no pudo parar”.

Para mi padre el humor era la forma de tomar el control sobre las situaciones desfavorables. De luchar contra las vilezas de la vida. De quitarle poder a los problemas. Esforcémonos por recuperar la alegría: cada vez que reímos, estamos más cerca de la solución. Y es la mejor forma de honrar el recuerdo de los que se van.

… ¿Cuándo tiene riesgos usar el humor? ¿Cuándo recomiendas modularlo?

El humor siempre implica un riesgo. De hecho, es parte de la gracia. Algunas veces se falla pero aún así está demostrado que no afecta a tu imagen de profesionalidad, la gente sigue apreciando la valentía y la disposición.

Sin embargo, hay foros en los que no merece la pena arriesgarse. En el extranjero es francamente difícil por el gap cultural.

… A igualdad de CV, ¿ficharías antes a una persona con más sentido del humor? ¿Por qué?

Yo y cualquier empresa con seleccionadores buenos. De hecho, se han hecho simulaciones sobre el tema. En una ocasión, pusieron a ciento sesenta y seis participantes a escribir y presentar propuestas para un servicio ficticio. El primer candidato leía una presentación de forma seria, mientras que el segundo alternaba el mismo argumento con un golpe de humor. El segundo presentador era percibido como más competente, más confiado y con un estatus más alto por el hecho de haber incluido humor.

El experimento se reprodujo con otro caso y los participantes lo seleccionaban como líder de grupo para una tarea siguiente. Lo bueno es que incluso cuando consideraron que la respuesta no tenía gracia… ¡aún consideraron mejor al candidato que los que respondieron seriamente! Es decir, incluso con una broma fallida aumentan las percepciones de valía.

… Un consejo a esos ‘cuñados’ que piensan que son graciosos… ¡por favor!

Para todos. Aparcar el humor agresivo. Burlarse o mofarse de otros. Es un recurso que suele funcionar pero… ¿Qué estás construyendo? Cuando haces bromas sobre alguien, realmente el que está quedando mal eres tú. Solo hay que recordar a Trump haciendo mofa de la discapacidad del periodista Serge Kovaleski imitando su voz y el síndrome que limita el movimiento de sus brazos.

Si te ríes de una cosa, esa cosa pierde poder…pero si te ríes de alguien, el que pierde poder eres tú.

Ciertamente hay temas que deberían estar superados, pero todavía no lo están. Uno muy obvio es el humor sexista. A finales de 2016, en Chile, los empresarios regalaron una muñeca hinchable al ministro de Economía, comparando la economía a las mujeres pues “ambas deben ser ‘estimuladas’ para activarse”, en medio del jolgorio de los asistentes. En unas horas, el escándalo era mayúsculo.

Como esto tuvo lugar en un evento abierto a los medios, puede llevar a algunos hombres a pensar que simplemente hay que ser cauto y restringir este tipo de humor a las conversaciones más privadas. Pero ni así.

Artículo escrito por Javier García

Editor de Sintetia

4 Comentarios

  1. Juan

    Genial artículo y entrevista. Me encanta leer esto que siempre he pensado pero no veo que sepamos poner en práctica en la vida profesional diaria. Es arriesgado utilizarlo y necesitas ser valiente y confiar en ti para utilizar ese recurso. Ánimo a todos los que creemos en el humor

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  2. MANUEL J. BARRETO

    respeta, sonrie, se positivo, haz deporte, pero por favor!, sonrie y rie !, puede ser que alargue la vida, pero lo que es seguro, es que …. VIVIRAS MEJOR Y MAS FELIZ !!.

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  3. MANUEL . J. BARRETO

    EL QUE SONRIE EL ÚLTIMO, SERÁ EL PRIMERO EN LLORAR !!

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  4. carmelo

    Se me ha presentado una duda, respecto al humor, al al acoso y al ofendido. He conocido muchísimas personas que se ofenden con algunos tipos de bromas, entendiéndolas como acoso o bullying. Creo tener claro que acoso implica reiteración, pero ellos interpretan que una vez es sumar en la acumulación de otros. Por otro lado veo que la capacidad de tolerancia y manejo de la frustración disminuye notablemente de la mano al rol ofendido. Me gustaría conocer tu opinión al respecto.

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