Emprender a 50 euros

29 enero 2013

La Ministra Báñez quiere poner “una alfombra roja” a los emprendedores españoles. Si tienes menos de 30 años, en el caso de ser un varón, o 35 años en el caso de ser una mujer, estás de suerte. Ahora puedes cotizar en el régimen de autónomos por tan sólo 50 euros al mes, durante los 6 primeros meses, si te decides a emprender una actividad. Después te harán una rebaja de hasta un 30% durante los próximos 24 meses. Toda una alfombra roja hacia el éxito, la creación de empresas, el empleo juvenil y la prosperidad. España necesita emprendedores, necesita apoyos fiscales para lograrlo y éste es el objetivo del Gobierno. 

Suena convincente, ¿verdad? El problema es que, lo más probable, esta medida tenga un impacto muy limitado o, como veremos, incluso contraproducente. Tiene todas las papeletas para convertirse en un foco mediático con el fin de calmar las voces que ya se empiezan a escuchar desde Europa, preocupándose por la sangría –y “vergonzosa”- situación laboral de los jóvenes españoles.

A los sindicatos la medida no les convence, por innecesaria, y quizás porque los jóvenes no son objeto de su “cometido” sindical. Los medios de comunicación recibieron la noticia con entusiasmo, porque al menos algo se hace para abrir nuevas vías a los jóvenes. Sin más, los telediarios ya daban imágenes de jóvenes que decían que “ahora es más fácil” dar el salto hacia el mundo de la empresa. 

En cambio, yo soy mucho más escéptico. Por varios motivos: primero, porque financieramente esta medida para un joven emprendedor no tiene impacto económico significativo, ya que nadie decide crear o no una empresa impulsado por 50 euros al mes. Segundo, porque aunque la fiscalidad es importante, no es el pago del régimen de cotización a la seguridad social el peor de los costes a los que tiene que enfrentarse un autónomo. Y, tercero pero más importante, porque una política para el fomento de la cultura y dinamismo empresarial en España requiere de actuaciones de muchísimo más calado para que, de verdad, se cree un gran impacto social y económico. El riesgo de emprender un nuevo proyecto es tan elevado que 50 euros mensuales ni se aproxima al ingreso marginal que precisa un joven para decidir afrontar la inversión inicial que exige emprender un negocio. 

Definamos ser joven y español en búsqueda de empleo 

En España hay 10,6 millones de jóvenes entre 16 y 35 años. De ellos, 7 de cada 10 quiere trabajar o busca activamente empleo. Pero casi 4,8 millones de jóvenes que buscan empleo, no han acabado el bachiller. Y además tienen las cosas realmente difíciles: esos jóvenes con poca formación tenían un 86% de probabilidad de encontrar empleo en el 2007, pero hoy esa probabilidad es 30 puntos inferior,  y además compiten con casi 2,7 millones de jóvenes en paro. Es cierto que existen jóvenes con elevada formación, casi 3,1 millones, los cuales tienen una probabilidad del 75% de encontrar un empleo -muy superior a la de los no formados- pero también es cierto que tienen escasa experiencia en el mercado laboral, en más de un 70% de los casos los contratos son temporales -casi todos con menos de 6 meses – y aún les cuesta adquirir una formación “haciendo” adecuada -el famoso y tan importante learning by doing– , así como una red de contactos y experiencia suficientes como para dar el salto profesional hacia emprender. 

Emprender no es fácil, para nadie. 

Con esta cantera de jóvenes atrapados en un mercado laboral que no los cuida ni los valora, la alfombra roja que ofrece la Ministra Báñez es, cuanto menos, demasiado estrecha para permitir el paso de la gran mayoría de jóvenes.

Un cálculo rápido del incentivo se resume en que si antes por ser joven y autónomo y crear tu empresa tenías que pagar 1.500 euros durante tus primeros 6 meses de cotización (6 meses x 250 €/mes) ahora pagarás 300 euros (6meses x 50 €/mes). En total, un ahorro en 6 meses de 1.200 euros. Suponer que esto va a implicar un cambio en el análisis de rentabilidad y riesgo de emprender de un joven es cuanto menos naïf.  

La pregunta no es tanto si esta ayuda es o no positiva: toda ayuda a un emprendedor por encima de un euro será por definición bien recibida. La cuestión fundamental es si genera o no impacto estructural en la decisión de un joven a la hora de emprender. Y se antoja difícil que este cambio estructural se produzca.  

Si lo que tienes no es una empresa, sino un experimento, es decir, una idea que quieres testear en el mercado de forma rápida, ágil y barata, lo más probable es que 50 euros te pesen igual que 250 euros.  Cuando la incertidumbre sobre la capacidad de generar ingresos es tan elevada, todo coste de realizar el proyecto hunde la rentabilidad esperada del mismo. 

Si el coste de probar un producto en un mercado empieza a ser importante tienes dos opciones: o probarlo sin cotizar como autónomo y ayudándote de tu red (amigos, otras empresas, potenciales partners, socios…) o cotizar, porque fiscalmente te podría interesar ser autónomo -deducir el IVA de las inversiones, por ejemplo- y la medida de la Ministra es una ayuda…más. Pero ¿y si estás cobrando la prestación por desempleo? No se trata de generar nuevos emprendedores “de la nada” sino de movilizar la fuerza laboral que tenemos parada, ¿verdad? Parece sensato pues pensar en este caso. Lo más probable es que te gustaría probar tu proyecto sin perder la prestación. Ésta es la realidad, y por eso opino que la medida de los 50 euros tiene muchas papeletas para no tener impacto en la economía real. 

Como decíamos en un post reciente, para “emprender, no todo vale”; una empresa es algo más que tener una idea, ir al notario y darse de alta en autónomos. Implica tener una hoja de ruta para testarla, tener un modelo de negocio, implica detectar y llegar a los que están dispuestos a pagar por ella, implica inversiones -y si no las implica, entonces cuidado porque compagina muy mal inversión nula y alta rentabilidad-, supone tener una formación amplia, experiencia previa, conocimiento del mercado, acceso a un ecosistema de otras empresas, centros de conocimiento, redes de financiación y un largo etcétera.  Poner la “alfombra roja” a los emprendedores no es quitarle la cotización en autónomos o, incluso, reducir los días para crear una empresa, es muchísimo más. Supone apoyo fiscal a los business angels (empresarios o particulares que invierten en jóvenes empresas para ayudarlas); supone una política de becas y de formación mucho más orientada hacia las necesidades del emprendimiento; supone crear redes globales; supone cambios en la legislación laboral que fomenten la movilidad y la contratación de trabajadores -para que se puedan curtir en sus primeros pasos empresariales-; supone seguir reforzando líneas de apoyo financiero -no necesariamente subvenciones-; supone crear un entorno legal y fiscal más flexible y que incentive la capitalización de las empresas a través de la reinversión de los beneficios… 

Tenemos una masa de jóvenes que han salido de los institutos en plena burbuja para irse a la construcción, a los hoteles y restaurantes, abandonando sus estudios, que tienen una probabilidad del 50% de no encontrar empleo y descapitalizar su formación. Tener esta gran ola de jóvenes en estas penosas circunstancias es uno de los mayores lastres a los que se enfrenta el crecimiento económico de España.  Presentarles 50 euros para que “emprendan” es un acto irresponsable que infravalora la valoración del riesgo que tiene emprender un nuevo negocio. Y también confirma que seguimos creyendo en modelos low cost que están en vías del agotamiento, como explica de forma brillante Roberto Espinosa en «la burbuja emprendedora y la revolución de lo material«

Emprender a 50 euros puede ser un gran eslogan… pero su impacto puede ser contraproducente, como sería incrementar aún más la elevada tasa de mortalidad empresarial de los emprendedores que lo son por pura “necesidad” económica -sin formación y experiencia previas-. 

¿Quiere la Ministra tocar sólo la fiscalidad? Una idea que alinearía mucho mejor los incentivos de emprender una empresa con éxito, por ejemplo, sería excluir de tributación total de todas las rentas generadas por la empresa durante el primer año -con un tope-; ni IRPF, ni Sociedades, con la condición de que las rentas se reinvierten en la empresa; ni tampoco tributarían las rentas de los trabajadores contratados ese año por ese emprendedor. Y el IVA se liquidaría cada 2 trimestres (no uno) y así te aseguras el haber cobrado y no tener que adelantar un dinero a Hacienda que no tienes. Esto es un incentivo fiscal a establecer un negocio. Esto sí que podría ser un impulso fiscal para que un joven con dudas en la viabilidad empresarial de su proyecto pueda dar el salto e intentarlo. Pero aún y todo, no nos olvidemos de que emprender, como las plantas, necesitan algo más que tierra y tiestos, necesitan sol y agua, es decir contextos e incentivos orientados a su crecimiento.

Los 140 caracteres de Jesús Encinar  en twitter lo simplifican mejor que yo: "Abren el telediario con la ridícula iniciativa de Báñez, para comentarla no entrevistan ningún emprendedor sino a Toxo y Méndez, y así todo" Clic para tuitear

Artículo escrito por Javier García

Editor de Sintetia

9 Comentarios

  1. vizmaq

    De acuerdo con el 99% del artículo, así que debo de estar equivocado en el 1%.
    Para mí, el principal problema es que dictan esta medida seres que no escucharán nunca la opinión de los que quieren emprender pero su papá no puede ponerles una laboratorio farmacéutico o un despacho de abogados con clientes ilustres, (jóvenes o no tanto). Si alguno de ellos hubiera estado en la tesitura de autoemplearse con pocos medios y sin visos de lograr financiación, solo con unos ahorros y todas las ganas, probablemente ni le escucharían, porque su realidad está tan lejos de la de una familia media que les sonaría a ciencia ficción.

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  2. libreoyente

    Lo de que suena convincente, así como el primer párrafo, ¿será broma, verdad?.
    Esta ministra, que en su vida trabajó, no sabe lo que es eso. Mientras los alemanes vuelven a la estrategia de los aprendices, los «listos» de nuestro gobierno quieren que el primer joven que se le ocurra, sin experiencia ni nada, se lance a la piscina a crear su propia empresa. Steves Jobes, como Messis, en el mundo hay muy pocos, señores míos. ¿Por qué no tienen el coraje y la decencia de ser serios y poner indicadores a sus promesas y palabras de humo y si no se cumplen irse a casita, de la que nunca debieron haber salido?

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  3. Enrique

    Verá usted, no es que sea naif, es que muchos chavales que están en B se daráin de alta en A, eso si, si fuera o más de 6 meses o como en Alemania (que parece ser tambien son de eso) en función de los ingresos).

    Pero ademas, el de la fruteria no hace analisis de inversion, ni el tendero, ni la mayoria de estos jovenes la haran pues lo que necesitan es trabajar, las Pymes son mayoritariamente eso, asique por mí bienvenida aunque escasa

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  4. Guillermo

    La percepción del riesgo que ofrece verse obligado a pagar 250€ desde el primer día sin relación con los ingresos es muy desincentivadora. También hace que aumente la economía sumergida, pues establecerse legalmente tiene más riesgo que operar en B. Mucha gente comienza a realizar trabajos sin necesitar inversión practicamente. Se plantean lo de su propio negocio pero cuando ven que deben pagar una cantidad fija que no se adapta a su incertidumbre se echan para atrás. Si ganas 0€ no deberías pagar nada. Entonces se lo plantean como algo esporádico y buscan un trabajo por cuenta ajena.

    En Reino Unido o en Holanda no pagas hasta que ingrsas lo suficiente. Siguen el lema de que para tener un bosque hay que dejar crecer los brotes. Luego pagas por porcentaje.

    La medida de Báñez es el típico parche chapucero, escaso y mediático al que nos tienen acostumbrados. Tarifa plana dice, ja. Tarifa plana para ellos querrá decir.

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  5. lmira

    Ahora más que nunca tenemos que fomentar la creacion de empresas para poder fortalecer y mejorar nuestro tejido empresarial para salir adelante.

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  6. Jaime

    Discrepo con lo leído en este artículo. Por seguir un orden, lo abordaré por las razones dadas:

    1- El incentivo no es suficiente: creo que el razonamiento es acertado si se aplica a proyectos empresariales de significativa capitalización y/o inversión inicial. No obstante, para los jóvenes desempleados que nunca han trabajado (o lo han hecho poco) y, por lo tanto, no han ahorrado: se abre una vía para emprender en proyectos de baja o nula capitalización como la docencia particular o, por ejemplo, una gestoría fiscal. En proyectos de este tipo, una rebaja de 1.200€ SÍ es significativa.

    2- La cotización no es la obligación fiscal más importante. De nuevo, para proyectos de este tipo, sí lo es. IVA e IRPF son pagos asociados a los ingresos. Si ingresas 600€ un mes, le tenías que restar 300€ de SS (el50%!!), más el 21% de IVA y, si aún obtenías beneficios: el IRPF. De esta forma, «se va» tan solo el 8’3% (más impuestos).

    3- De acuerdo en que es un parche y que la reforma debe ser más ambiciosa. En mi opinión: las cotizaciones de los nuevos emprendedores deben ser tendentes a cero durante, al menos, el 1er año de vida de la empresa, para aquellas con una capitalización inferior a determinada cifra. El peso de las cargas sociales debe ser cubierto por empresas consolidadas, de alta capitalización y con beneficios persistentes. Solo de esta forma se podrá dar seguridad a quienes no tienen más remedio que recurrir al autoempleo para poder ganarse la vida.

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    • Javier García

      Hola Jaime.

      Gracias por tus comentarios, yo también discrepo con él, jejeje, pero no pasa nada, para eso estamos y es muy motivador. Te cuento:

      1.- Para esos proyectos de los que hablas, los 50 euros también PESAN muchísimo, menos que 250 pero siguen pesando. Es lo que digo en el artículo como «experimento». YO he sido uno de ellos hace 7 años, ¿y sabes lo que se hace? No cotizar, directamente, trabajas donde sea como sea y hasta que NO facturas no empiezas a pagar cotización. Por lo tanto, 50 euros NO van aflorar emprendedores nuevos de los que hablas. Seguirán trabajando en sus casas, experimentando y tratando de lograr que su idea emerja, como sea. Es fácil, bajo mi punto de vista, caer en la tentación de decir que quitamos las cotizaciones y la tasa de emprendedores se multiplica en España…me temo que hacen falta más cosas…

      2.- En ese caso al que te refieres, no cotizas, haces lo mismo y te ahorras todo. Hasta que no factures, no lo haces y el ahorro es máximo. He participado en varios estudios de supervivencia empresarial, y esa tipología de emprendedores (sin recursos y sin capacidad de inversión) tienden a emprender en condiciones de gran precariedad. Esa cotización NO LES ARREGLA NADA, ni van a tener paro si fracasan, ni prácticamente bajas…ni nada, fíjate que esto va dirigido a jóvenes de menos 30 años, es decir, que al final lo hacen desde casa de sus padres, si están en esas condiciones.

      3.- Completamente de acuerdo. En otros países, los primeros 100.000 euros de facturación no llevan ninguna tributación de ningún tipo…

      Yo creo que es una medida populista. Y le haré un seguimiento estadístico. Me temo que no va a crear empresas, es un intento de vender a los jóvenes lo «guay» que es emprender y mira qué fácil te lo pongo…pero prefiero que me des otras cosas, no barra libre a 50 euros durante 6 meses.

      Buen día! Gracias

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  7. Jaime

    Gracias por la respuesta. Se agradece esto de poder «charlar» con el autor de un artículo, no es muy habitual.

    Naturalmente, no aflorarán emprendedores como setas por esa rebaja en la cotizacines y, desde luego, no resuelve el a mi juicio gran problema del autoempleo: la precariedad en lo relativo a derechos diferidos (jubilación, paro y baja laboral), lo que desincentiva el trabajo autónomo, además de constituir una injusticia manifiesta.

    Ni que decir tiene, que esta medida es explícitamente cosmética y que no aborda con la profundidad necesaria la problemática del autoempleo, al que cada vez se une más gente empujada por la necesidad (generando, por cierto, una doble precariedad).

    No obstante lo dicho, en lo que estoy plenamente de acuerdo con lo que expones, creo que reducir un 80% uno de los costes fijos que tiene que asumir una empresa cuando empiece a cotizar (aunque lleve tiempo con actividad) no es una mala noticia para el trabajador autónomo.

    De hecho, más que incentivar el trabajo autónomo o arreglar la vida a estos, creo que puede tener el efecto positivo de que personas que realizan trabajo autónomo de manera complementaria de manera informal, den «el salto» a la cotización. Por ejemplo, una persona joven que no le da con su «minijob» y por las tardes da clases particulares en las que no puede permitirse facturar y retener IRPF porque los 400-500€ mensuales que ingresa se quedarían en prácticamente 100, podría atreverse a dar el salto ahora que la cosa se quedaría en cerca de 300.

    Ojalá se abordara el problema en toda su extensión, como señalas, pues esto es un mero parche que poco arreglará, pero sí creo que puede tener algún efecto positivo como este.

    Un saludo

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  8. Ismael

    El cargo político en España está sobre valorado. Mucho poder tiene el político y poco el ciudadano.

    Ya despojado de esta frase que tenía que arrojar en algún lugar, decir que aun estando de acuerdo con el artículo, al menos, es un leve paso (poco significativo, sí) hacia condiciones más favorables al emprendedor. De paso, comentar que, para alguien sin prestación alguna, es una ayuda considerable, por ejemplo, para una tienda online, o, vender artesanía propia. De todos modos es insuficiente, más aún, si comparamos modelos con otros países; Londres, Finlandia, Reino Unido … y un etc que podemos, si más no, envidiar.

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