Cómo trabajar la innovación abierta en una startup

17 febrero 2016

Suelo encontrar, cuando trabajo con startups, emprendedores que cometen varios errores recurrentes y frecuentes:

1.-Buscan financiación enseguida. Cuando en realidad en las primeras fases del proyecto, cuando casi sólo tienes la idea y poco más, el capital es más un estorbo que una necesidad, puesto que te desvía del foco y objetivo fundamental ahora: definir un modelo de negocio válido.

2.-Se centran demasiado en su producto e idea. Con lo que cometen dos errores clave: pensar que ellos son los mejores y que por lo tanto la competencia, cuando creen que existe, es irrelevante, y poner mucha resistencia a pivotar y cambiar el modelo de negocio, el segmento y la idea.

3.-Se organizan como una empresa tradicional. Con lo que cogen muchos vicios y muy pocas virtudes: no pueden hacer economías de escala, no conocen su mercado, su organización es muy estática, tienen poca capacidad de adaptación, se adaptan a un organigrama jerárquico.

Por supuesto que las startups tienen más capacidad de adaptación y son más flexibles, pero cuando empiezan cogen muchos de los vicios de los que sólo he nombrado tres. Y de estos tres me interesa sobre todo el tercero. Como dice Steve Blank (fundamental su libro El Manual del Emprendedor): “Una startup es una organización temporal en búsqueda de un modelo de negocio escalable y replicable”. Por tanto, cuando tratamos de aplicar la innovación abierta a este tipo de organizaciones no podemos darle el mismo enfoque que para una empresa ya constituida. Veamos el gráfico clásico de la innovación abierta.

Innovacion_Abierta

El trabajo de Henry W. Chesbrough, padre de la innovación abierta,  se centra mayoritariamente en una innovación con base tecnológica, por lo que la tecnología es un elemento fundamental de todo el proceso. Así trabaja en modelos donde las empresas, ya constituidas como tales, buscan fuera de sus organizaciones ese componente tecnológico que les falta, ya sea mediante acuerdos, compras de licencias, proyectos comunes o modelos de coopetición. A partir de ahí se desarrolla un proceso de innovación que se puede alimentar con nuevos recursos tecnológicos y financieros si es necesario, y que puede dar como resultado un mejor posicionamiento en nuestro mercado actual o el acceso a nuevos mercados a través de nuevos productos o la creación de nuevas empresas para aprovechar mejor esos nuevos mercados que pueden ser incompatibles con los de la empresa madre. Estas nuevas empresas pueden constituirse como startups, sin embargo llevan un trabajo previo que las diferencia de las, llamémoslas así: startups independientes que no surgen de ninguna empresa madre.

Sin embargo, para estas startups independientes este modelo de innovación abierta puede ser irrelevante. Debemos sin embargo distinguir entre las startups que tienen la tecnología en el ADN de su modelo de negocio de las que la utilizan como un componente fundamental. Por ejemplo, en el primer caso tenemos startups como Mint Labs (construye mapas del cerebro en 3D para ver las interconexiones neuronales y la estructura cerebral) o Bitbrain (trabaja en un hardware que recoge la señal cerebral de las personas a partir de la electricidad que generan las neuronas al comunicarse para aplicar esa información a proyectos de neuromarketing, por ejemplo). En este tipo de startups la tecnología forma parte de su producto (es su producto) y puede resultar interesante seguir un modelo de innovación abierta como el expuesto más arriba.

Pero puede haber otras, incluso consideradas de base tecnológica, que no requieran de la tecnología en las primeras fases de desarrollo. Hablo de todas esas startups que crean comunidades de usuarios, apps de información y contacto, apps de intermediación… En realidad el producto de estas startups no es la tecnología, sino la información que se mueve en esa tecnología. Dicha tecnología juega un papel fundamental pero no en las fases iniciales. (Y por supuesto no digamos en las startups sin base tecnológica)

Por ejemplo, si yo estoy creando una app médica que quiero poner en contacto a médicos con pacientes, en las primeras fases he de validar la idea, ver si la comunidad que quiero crear solventaría una necesidad cierta y si puedo encontrar un modelo de negocio que me permita hacer sostenible el proyecto y evolucionar de startup a empresa constituida. En las primeras fases la tecnología puede ser irrelevante, pero eso no quiere decir que no pueda utilizar la innovación abierta.

Para este tipo de organizaciones en estas fases tempranas la base de la innovación abierta no es la tecnología, sino la información y el conocimiento. Están en un proceso de construcción y validación en el que más importante que la tecnología que voy a utilizar es saber si de verdad puedo construir un producto rentable. Por eso una estrategia de innovación abierta ha de centrarse en la mejora de la captación de la información y le gestión del conocimiento. Y para eso han de:

1.-Olvidarse de la tecnología en estas fases tempranas. No estamos gestionando tecnología de momento, sino información. Foco, foco, foco.

2.-Trabajar en estrategias de captación de información. Va a ser la base de su estrategia en estas fases. Y para ello utilizaremos la innovación abierta desde dos perspectivas distintas: facilitando la multiplicación de fuentes internas, o lo que es lo mismo, dando a todos los integrantes de la startup la posibilidad de aportar información que consideren relevante independientemente del puesto que ocupen en la organización, y multiplicando las fuentes externas de información, en algunos casos incluso compartiendo información interna si es necesario y posible. Recordemos que no estamos ya en un entorno en el que la información tenga valor por sí misma, sino por el uso que se le da.

3.-Trabajar con herramientas que me ayuden a la captación de contenidos. Desde Flipboard hasta Feedly o Scoop.it, pueden ser interesantes para mejorar el acceso a información relevante. Y por supuesto no podemos olvidar eventos y canales offline que consideremos que puedan ser interesantes, como los Meetups.

4.-Darle nuevos enfoques a la información. Con estrategias como, por ejemplo, la hibridación, que pretende aunar temas, ideas, enfoques que aparentemente no tienen nada en común para dar como resultado un conocimiento más creativo y abierto (innovación abierta conceptual).

5.-Diseñar estrategias abiertas de creación de conocimiento. Porque una cosa es la información y otra el conocimiento, como ya he comentado. Y aquí es interesante trabajar de manera abierta con equipos externos si hace falta, ya sea offline o utilizando herramientas como Mural.ly, que permite la creación de una especie de murales online que se van completando con imágenes, textos, enlaces y generando múltiples conexiones.

 6.-Utilizar los medios sociales para capturar información y generar conocimiento. Utilizando herramientas como el Social Media Canvas, del que ya puse un ejemplo en dos artículos (aquí y aquí).

En un modelo de innovación abierta para startups la materia prima es la información y el conocimiento. Además, si es posible que no se conozca todavía el mercado objetivo difícilmente se puede crear una spin-off de una startup, por lo que parece que hasta cierto punto es un proceso ciego. Sin embargo, sí es interesante desarrollar el modelo de innovación abierta para startups que no tengan a la tecnología en su ADN, como he comentado antes, si son conscientes de que en estos procesos trabajan sobre todo con información y no sólo con tecnología, multiplicando fuentes, diversificando estrategias de creación y gestión de información y permitiendo que actores externos participen y ayuden a crear conocimiento útil para la startup.

Artículo escrito por Juan Sobejano

Fundador de Innodriven, consultor de innovación en Innolandia y profesor

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