Miserias corporativas. Capítulo 3

31 octubre 2012

El otro día escuchaba a un jefazo de mi compañía decir con sorna que de vez en cuando le llegaban correos preguntando por gente que de repente se habían actualizado el perfil de LinkedIn y que, por el cargo que se habían puesto, cómo mínimo debían reportarle a él directamente. Y es que en esto de los títulos que algunos se ponen ha habido, sin duda, una clara hiperinflación.

Son varias las tendencias que se cruzan y que crean esta tormenta perfecta de hipertitulitis, lo cual me lleva a un pensamiento paralelo: estamos pasando de una hipertitulitis universitaria a una empresarial, y si la primera parecía exclusivamente española, esta última es de proporciones planetarias.

La primera tendencia estaba ya incluida en mi entrada de hace unas semanas sobre la Generación X. Se podría decir, mal y pronto, que hay un pedazo de atasco en la escalera corporativa que hace imposible el movimiento hacia arriba. Hacia abajo es fácil, y las empresas se están verdaderamente esforzando en vender a sus empleados las bonanzas del movimiento lateral (nota mental, quizá tema para otra entrada), pero todos sabemos, que lo que realmente mola, es el movimiento ascendente. Pues bien, está bloqueado y con poca pinta de que se vaya a desbloquear a corto plazo. Así que las empresas se están dando cuenta de que pueden vender a sus empleados ascensos virtuales, un nombre más rimbombante y quizá hasta un poco de sueldo, y fuera, todos contentos.

La segunda tendencia es ese movimiento lateral al que me refería. Si no te puedo ascender, pero ya llevas demasiado tiempo en tu puesto y tengo que moverte y vendértelo cómo una oportunidad, qué menos que darte un título de esos que dejen patidifusos a clientes, y sobre todo, a familia y amigos. Porque claro, es muy difícil explicar a tus padres que te cambian de puesto cobrando lo mismo; eso no se llevaba en sus tiempos. «¿Que te cambias a otro puesto para trabajar más y que no te suban el sueldo? Tú eres tonto, hijo». Así que las empresas, como forma de hacer más atractivos esos cambios horizontales, están dando mucha manga ancha a la hora de elegir nombre. «Señor cajero de la hamburguesería, necesitamos que te pases a la cocina. A cambio, te dejamos que elijas el nombre: Master del Universo de las Hamburguesas a la Brasa«. MUHAB. Vale, no es un acrónimo tan vistoso cómo el de mi anterior entrada, pero pilláis el mensaje.

Tercera, explosión de los emprendedores. Serías tonto si montas una empresa y no te pones CEO, cómo mínimo. Y claro, tus socios, todos tienen que tener un puesto que empiece por C. Así que sois tres empleados y todos sois CXX, CEO, CTO y CFO. Me pregunto si en las ofertas de trabajo, al reportar puestos comerciales senior con experiencia de venta a nivel CXX, se refieren a esto… Lo gracioso es que si luego la empresa va bien y hay que contratar a un financiero de verdad, a ése sí que le tienes que poner Máster del Universo Financiero, porque la silla de CFO ya está cogida.

Cuarta, las modas. Hay puestos que se crean y se destruyen con mucha rapidez. Hace no mucho, el Community Manager era el puesto que no tenía paro, ahora todo el mundo huye como de la peste de ese título. Ejecutivo de Cuentas era muy molón hace 20 años cuando sustituyó a los comerciales, ahora ya también está pasado: todos buscan gente que desarrolle negocio. Y qué decir de los contables o financieros, «controller» es un nombre que da bastante más cague, ¿no?

Quinto, los falsos amigos. Y es que, al final, en todo esto, el mundo anglosajón manda, pero claro, no significa lo mismo Director en inglés que Director en castellano. Y es que, ahora que cualquiera es manager, alguno se está queriendo diferenciar, siendo Director. Y el problema viene en la traducción, en inglés, Director suele significar jefe de jefes, normalmente muy senior en una división de la empresa, y en castellano se suele aplicar de forma vertical sin todas las connotaciones de la palabra en Inglés. Así que últimamente no veo nada más que directores alrededor mío que no son nada más que managers si hablamos en inglés.

Sexta, querer parecer más creativo o divertido de lo que realmente uno (o su compañía) es. Esto está muy de moda, y no sólo en las startup. Algunas grandes corporaciones han empezado a picar en esta moda (Forbes se me adelantó por unos meses). Puedes encontrarte CFOs que la F es de fun, o CKOs, K de Knowledge, ¡y esto en grandes corporaciones!. En las startups, el único límite es el mal gusto.

Y la última, muy de moda en grandes corporaciones, es dejar de llamar jefes a los jefes y llamarles líderes. Esto realmente no se añade a su título, pero se hace cuando la gente se refiere a los jefes más senior dentro de la organización. «Nuestro líder piensa, nuestro líder dice…». Ninguna otra palabra es suficiente, y ahora es líder. Sin embargo, me anticipo y seguro que en breve veremos empresas que llamen a sus líderes «Gran Líder», así en mayúscula.

Todo esto, tiene bastantes derivadas. La primera, que gente dentro de la propia empresa no sabe quién es quién. ¿Es el líder el jefe del director, es el manager el jefe del CKO…? Un lío, vamos. La segunda es que los clientes se enteran menos. ¿Quién es toda esta gente con todos estos títulos tan raros? Aunque los que lo están pasando realmente mal son los encargados de contratar gente. Con currículum de CEOs, CFOs, líderes, directores, managers, CKOs y demás títulos rimbombantes es difícil saber qué trabajo hacía cada uno.

Y menos mal que todo esto se produce en un mundo anglófilo. ¿Os imagináis esto en un mundo castellanizado? Veríamos, EPJ (El Puto Jefe), EMM (El MandaMás), o en el mundo de la programación, seguro que alguno se pondría SSC, Sumo Sacerdote del Código. Desde luego, no me imagino que empezáramos a llamar «líderes» a los EPJ líderes en un mundo castellanizado; pegaría más que utilizáramos expresiones del mundo del deporte: más que el «líder», quizás «el crack», el «fuoriclassi» o, por qué no, el MDA (Matador del Area).

Autor:

Uno más de la Generación X que en 2012 es directivo en una gran corporación

Otros artículos del mismo autor:

Miserias Corporativas. Capítulo 1.

Miserias corporativas. Capítulo 2

La generación X: una nueva fábrica de emprendedores

 

Artículo escrito por Colaboración

3 Comentarios

  1. Julio

    Buenísimo! En nuestros miserables cubiles multinacionales nos preguntábamos lo mismo y nos esforzábamos por adaptar los títulos al lenguaje del populacho. El Jefe de Proyecto, pasaba a ser el Capataz (o Capataza) de Obra; el Country Management Board, el Almirantazgo; los ingenieros éramos Soldadesca, Vasallos o Esbirros…

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  2. Josep

    Ja, ja, ja. Cuánta razón. Magnífico artículo. Yo ya hace tiempo que en mi empresa soy el CPT. Primero piensan que debo ser algo más que el CTO o algo menos que el CEO o no sé, algo. Lo cierto es que soy:

    Chico Para Todo.

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    • Javier García

      jejejej qué bueno! abrazo

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