Estíbalitz Ortiz, IESE: «El coaching no es una varita mágica: tiene muy poco de autoayuda»

16 mayo 2021

Hablamos de coaching. Eso que se inició con Sócrates. El arte de hacer preguntas, de escuchar, de ayudar al otro a crecer gracias a sus propias palancas. Un arte que no pasa de moda. Es más, cada día es más imprescindible. Cuanta más incertidumbre hay en nuestras cocteleras, más difícil es pensar con claridad, tomar decisiones, ver caminos. Reflexionar, en medio de tanta App y de millones de datos por segundo, es cada vez más imprescindible, y difícil.

Por eso hablamos con Estíbalitz Ortiz. Es la Directora Ejecutiva de la Unidad de Coaching del IESE. Donde se investiga sobre coaching ejecutivo y se organizan todo el coaching ejecutivo integrado en los programas de Executive Education en los distintos campus del IESE en Barcelona, Madrid, New York, Múnich y Sao Paulo. Es Doctora en Filosofía, con una tesis doctoral en Mentoring y Coaching por el IESE.

Empezó su Carrera profesional hace más de 20 años, la mayoría de los cuales los ha desarrollado en entornos multinacionales. Actualmente compagina su trabajo en el IESE con su actividad como coach y la docencia en el Máster en Negocios Internacionales de la BSM (UPF). Sus áreas de interés se centran en qué aporta el coaching ejecutivo dentro del ámbito de las escuelas de dirección de empresas. Es coach certificada por ICF, autora del libro La práctica del mentoring en la empresa (EUNSA, 2003) y coautora del libro Los 7 momentos del Coaching y coeditora de la edición en inglés de dicho libro.

Hablamos en profundidad sobre el libro y sobre coaching…

—Estíbalitz, ¿cómo surge un libro como los 7 momentos del Coaching? ¿De dónde surgió la chispa?

El libro surge de la experiencia acumulada del IESE. Más de 15 años haciendo coaching ejecutivo a directivos de distintos países, sectores, edades y con diferentes trayectorias profesionales.

Queríamos mostrar cuál es el valor del Coaching: cómo sirve y qué aporta un proceso de coaching a un ejecutivo.

—¿Cuáles son las raíces históricas del coaching y qué es ser coach en el siglo XXI?

El coaching es una metodología que también tiene un poco de «arte». Data del siglo V antes de Cristo. Podría decirse que el primer coach fue Sócrates. Sócrates decía que el diálogo era como el arte de las parteras (la mayéutica) que consistía en sacar lo mejor de una persona, a través de las preguntas.

Posteriormente el coaching ha ido evolucionando, pues es una metodología que procede de la filosofía (mayéutica socrática), de la psicología, del mundo educativo (tutoring) del mundo del deporte y del ámbito empresarial.

Qué es ser coach en el siglo XXI….

Depende del contexto (coach de empresa, deportivo, personal…).  En general supone tener la capacidad, la intuición, la metodología y los conocimientos para poder generar en el otro:  introspección y autoreflexión. Generar el contexto para que cliente tenga el coraje de cambiar para conseguir nuevos resultados.

El arte de la pregunta abierta y centrada en mover al otro a la reflexión y a la acción está en la esencia de cualquier proceso de Coaching.

—¿Qué es un coaching basado en soluciones?

Es un coaching que genera acción, decisión y cambio.

El proceso de una sesión de coaching profesional

—Cuando te enfrentas a una sesión de coaching, ¿cómo la preparas? ¿Qué cosas tienes que pensar, trabajar, analizar, conocer para empezar un proceso con alguien que no conoces mucho?

  • Lo primero es preguntar al cliente cuál es su objetivo. Averiguar desde el principio qué debe haber cambiado al acabar el proceso de coaching para que considere que ha sido un tiempo bien invertido. Esto implica saber qué quiere cambiar y para qué y escuchar las respuestas de forma limpia, sin ideas preconcebidas.
  • Lo segundo —y ahora me centro en el coaching ejecutivo— es conocer y entender el contexto del coachee. Por ejemplo: si el cliente es un director de marketing, el coach no tiene que dominar todos los detalles sobre marketing digital, pues un coach no es un consultor. En cambio, sí debe conocer un poco el sector: tiene que comprender el contexto. Si no lo conoce tendrá que prepararse antes. El cliente también observa al coach. 
  • En tercer lugar (pero no en último, pues es fundamental) el coach debe entender sobre la condición humana. Saber filosofía o psicología ayuda mucho a ser un buen coach. Ser intuitivo y tener método es básico. Por ejemplo, saber qué ejercicios son los más adecuados para que el coachee entienda cuáles son las palancas que le moverán a cambiar. O técnicas para alinear sus objetivos con sus valores y su propósito. Ejercicios para que el cliente aprenda cómo diferenciar entre lo que quiere hacer y lo que tiene que hacer. O descubra a qué tiene miedo y por qué….

Una sesión de coaching NO se improvisa

Otras veces se empieza el proceso de Coaching ejecutivo con una evaluación de competencias de liderazgo (o con tests de personalidad…). Este tipo de evaluaciones representan un punto de partida muy bueno para enfocar la conversación y para que el coach tenga algunos aspectos por los que empezar a trabajar.

Coaching: el arte de saber hacer preguntas adecuadas

—Hay quien dice que un coach es una persona que ‘sólo’ hace preguntas… y ya. ¿Qué significa hacer preguntas? ¿Qué habilidades profesionales tiene que tener un coach para hacer preguntas…?

Si: te diría que ésta es la ‘trampa’ del coaching y una de las razones que explican por qué puede parecer que el coaching es una profesión de fácil acceso es ésa.

En cuanto a qué significa eso de hacer preguntas. en un estudio reciente del Financial Times sobre coaching ejecutivo, se decía que la pregunta es una forma sutil de poner al cliente ante la situación de que él sólo se dé cuenta de lo que tiene que hacer.

No todo el mundo acepta de buen grado que le digan lo que tiene que hacer. A veces cuanto más poder y más responsabilidad tiene una persona, más difícil es darle indicaciones. La pregunta es un método más prudente y respetuoso para mover al otro hacia la acción, explorando qué es lo quiere hacer, qué implica esto y acompañarle en tomar sus próximos pasos hasta que cambie lo que quiere cambiar.

En cuanto a las habilidades profesionales que requiere un buen coach ejecutivo son:

  • La capacidad de generar confianza, para hacer que el cliente se sienta seguro (psychological safety).
  • Para ello es muy importante saber escuchar. Es difícil saber escuchar bien. Saber escuchar bien implica poder utilizar el lenguaje del cliente, sin interpretarlo.
  • Además, es imprescindible tener un proceso bien aprendido y seguir un método (aprendido una institución reconocida en coaching ejecutivo).
  • Un buen coach necesita tener una visión del ser humano que entienda que el hombre es un ser educable. Que puede aprender siempre, puede crecer y, —si quiere— puede cambiar.
  • Y por supuesto necesita experiencia profesional que permita entender la posición y los retos del coachee
  • La intuición es muy importante. En cuanto a la empatía, diría que se necesita la necesaria para que el cliente note que el coach comprende su realidad y se sitúa. Después, hay que tomar distancia.

El papel del coaching para navegar en aguas inciertas

— Me imagino una sesión de coaching donde el pesimismo reina. Momentos de incertidumbre, decisiones complejas, estrés, falta de sueño… dificultad para ver un camino. ¿Qué recomiendas en estos momentos? ¿Cómo navegar en una sesión tan compleja?

Lo primero es reconocer esa situación. Poner esa complejidad encima de la mesa. Acompañar al coachee y explorar en profundidad cuáles son las barreras. Y, de la misma forma, analizar qué herramientas tiene para superarlas. Qué experiencias previas de cambio, superación y mejora ha experimentado…

El coaching no es una varita mágica: tiene muy poco de autoayuda. Un coach no suele recurrir al «tú puedes» o «llevas un líder dentro de ti» o «todo va a ir bien».

El trabajo de coaching consiste en la exploración profunda de la realidad de la persona: de sus valores y de su propósito. El trabajo del coach debe poner al cliente en una situación en la que descubra posibilidades de las que no era consciente y las reconozca con coraje. Debe ser capaz de trabajar para que el cliente sea valiente y tenga el coraje de cambiar.

Se habla mucho de la zona de confort. Me gusta más hablar de la valentía. Del riesgo que supone dejar de hacer «lo que ya sabemos» para hacer otra cosa diferente. 

En una situación tan compleja como la actual, en plena pandemia y máxima incertidumbre, esta actitud es fundamental en un proceso de coaching.

Por otra parte, hay una corriente en el mundo del coaching que afirma que un buen coach no da nunca ningún consejo. Mi opinión personal es que a veces hay que aconsejar un poco. Decirle al cliente que tiene que descansar, por ejemplo. O que deje pasar un tiempo antes de tomar una decisión. O sugerirle cómo resolvería una situación concreta.

Por eso es tan importante que el coach tenga experiencia probada. La credibilidad es muy importante. De la credibilidad surge la confianza. Y la confianza es clave para que la persona se abra, hable y comparta lo que le pasa realmente.

La confianza genera la «seguridad» indispensable para que una persona esté dispuesta a contar lo que le pasa y a querer cambiar.

El reto de saber escuchar

—¿Cómo defines la escucha activa?

La defino como la capacidad para escuchar al otro. No para escuchar mis ideas preconcebidas sobre lo que una persona es o sobre lo que debería ser o hacer.

—Si estoy ante un papel en blanco y te pido ayuda para pensar y autoanalizar la situación. ¿Qué me recomendarías qué hiciera en ese papel?

Te diría que redactaras cómo definirías la solución ideal. No te diría que escribieras la solución accesible o posible, sino la ideal para ti. Te preguntaría —del 1 al 10— cuán dispuesto estás a aprender, desaprender, hacer y dejar de hacer, para acercarte al 10.

—Me ha llamado mucho la atención cuando decís en el libro: “resolver lo negativo no produce lo positivo”. ¿Puedes ampliarnos la reflexión?

Si. Se trata de centrarse en lo que ya funciona: implica cambiar el punto de vista.

La autoconciencia, la base del Coaching, no sólo consiste en ser consciente de lo que no funciona. También y sobre todo, en ser consciente de lo que uno hace muy bien y de las propias fortalezas.

Pandemia y coaching

—Ahora tras una pandemia que nos ha dejado tocados, en incertidumbre y en crisis ¿Por qué el coaching puede ser un buen aliado?

El coaching trabaja con las respuestas que uno tiene dentro. No busca soluciones fuera de uno mismo. En estos momentos, es difícil encontrar respuestas fuera porque el entorno y el contexto cambian a una velocidad difícil de predecir.

Sin embargo, todos tenemos un instrumento valioso: nosotros mismos. Nuestras capacidades, las que conocemos y las que no sabemos que tenemos.

Ahí el coaching es un acicate valioso, que nos da la posibilidad para descubrir esos recursos ocultos que deben salir a la luz ahora. Eso nos ayuda a gestionar mejor este entorno tan incierto.

—¿Cuál es la frase que, si pudieras, nos recomendarías que elimináramos de nuestro vocabulario y que, sin embargo, nos la repetimos sin parar en nuestro interior?

  • «Es lo que hay»
  • O, «voy haciendo»  …
  • En general, cualquier frase derrotista y conformista. Porque lo que puede implicar es que no ponemos todo lo que está en nuestra mano para luchar para cambiar uno mismo y así cambiar las cosas. 

— En el libro hacéis una reflexión que me ha impactado. El éxito a veces se logra eliminando las interferencias. ¿Cuáles son esas interferencias?

El ruido. Todas las historias que nos contamos a nosotros mismos que ya no sirven para nada.

En coaching el objetivo es cambiar. Para cambiar, antes de añadir a la lista de tareas, hemos de ver qué tenemos limpiar.

Hay que quitar micro hábitos, decisiones inconscientes, prejuicios, modos de hacer las cosas…. todo eso son interferencias.  En una palabra, estorbos.

Valores: el pilar que sobre el que podemos cambiar

— ¿Qué papel juegan los valores, los valores sólidos, para ayudarnos a enfrentar procesos de cambio y de análisis interior?

El papel de los valores es fundamental. Los valores son los principios por los que nos movemos y hacemos las cosas. Nos permiten crecer y no perdernos en la actividad frenética.

No conocer nuestros valores nos hace ir perdidos. Conocerlos y vivir contra ellos nos hace sufrir. Por esa razón, saber cuáles son y lograr que nuestra vida personal y profesional esté alineada, es crítico.

Los valores son lo contrario de la indiferencia. El análisis interior requiere coraje, valentía. La ayuda de una persona externa es muy útil porque no somos siempre buenos observadores de nosotros mismos.

Hay un estudio muy interesante que dice que las personas no nos solemos gustar en las fotos. Consideramos inconscientemente que somos más guapos de lo que en realidad somos. Yo no creo que eso siempre sea así, pero al trabajar con distintos ejecutivos sí que compruebo que las personas tenemos una idea un tanto sesgada sobre nosotros mismos (a veces nos vemos peor lo que somos…)

Los valores nos ayudan a ver las cosas con más perspectiva.

— ¿Qué es el momento ¡AJÁ!?

Es el momento eureka. Eureka viene del verbo griego «eurisko» que significa encontrar. Ajá significa: ¡lo encontré!

Encontré esa solución, esa posibilidad, ese límite que me había puesto… lo encontré. Si lo he encontrado puedo actuar de otra manera. Porque ahora sé que he encontrado algo diferente, y voy a buscar otras soluciones. 

Unidad del Coaching del IESE

—Cuéntanos en qué consiste la unidad de Coaching del IESE que diriges. ¿Qué tipo de formación aportáis y en qué os centráis?

La Unidad de Coaching es un equipo. Está dirigida por un Director Académico, el profesor Alberto Ribera. Además, contamos con un equipo de coaches senior de más de 15 nacionalidades diferentes con experiencia probada y consolidada en la empresa. Tienen formación humana sólida (valores) y están alineados con la misión del IESE. Una misión que implica trabajar para generar impacto en los demás. La mayoría son antiguos alumnos, con conocimiento de metodologías de Coaching aprendidas en instituciones de prestigio y en la propia institución.

En la unidad de coaching nos encargamos de diferentes iniciativas:

  • Investigación sobre los fundamentos del coaching ejecutivo.
  • Las diferentes herramientas de evaluación disponibles
  • y las mejores metodologías en el contexto de una escuela de negocios.

Se organizan reuniones con otras instituciones en el Simposio anual sobre Coaching Ejecutivo. Hay más de 30 casos y notas técnicas sobre coaching, autoconocimiento, cambio, métodos de evaluación, etc., escritos por profesores del IESE.

La unidad de coaching también gestiona toda la actividad que tiene lugar en los programas de Executive Education. Los procesos de coaching se integran en los programas. Son breves, muy orientados a soluciones, muy ejecutivos y prácticos. En el IESE el coaching se entiende como una metodología complementaria que refuerza el aprendizaje que tiene lugar en el aula con el profesor. Usamos el método del caso, que constituye la columna vertebral del aprendizaje en nuestra institución.

Recientemente —antes de la pandemia— escribimos este libro Los 7 momentos del Coaching entre varios autores y hemos rediseñado un programa sobre Liderazgo y Coaching Ejecutivo.  Desde su fundación, una de las características diferenciales del IESE como institución ha sido precisamente el acompañamiento personal al ejecutivo.

Desde hace más de 15 años este acompañamiento que está en el ADN del IESE ha tomado forma también a través de la metodología propia del coaching. Este programa Leadership Coaching Program,está pensado para directivos que quieren integrar una cultura de coaching en su empresa. También para directores de recursos humanos y consultores que quieren iniciar una segunda carrera complementaria como coache y para coaches que quieren enfocar su práctica sobre todo hacia el coaching ejecutivo.

Obviamente, todo esto es trabajo de un gran equipo diverso en conocimientos, trayectorias profesionales, experiencia y nacionalidades, pero que al mismo tiempo trabaja unido. 

—¿Qué 3 libros lee Estíbalitz que le hagan siempre recurrir a ellos para inspirarse, relajarse o, simplemente, por puro placer?

En general suelo volver a la poesía, sobre todo a estos dos libros.

  • Don de la ebriedad, de Claudio Rodríguez,
  • Cartas a un joven poeta de Rainer Maria Rilke
  • O a cualquier libro de poesía escrito por mi amigo Gabriel Insausti (compañero de carrera, pues yo soy filóloga).
  • En este momento estoy releyendo el libro:  En la mitad de la vida de Kieran Setiya. Es un libro que habla sobre la crisis de la mitad de la vida… tema recurrente en muchas sesiones de Coaching.

Artículo escrito por Javier García

Editor de Sintetia

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