Emprendimiento: La fiebre del oro del siglo XXI

15 mayo 2013

Entre los años 1848 y 1855, el hallazgo de numerosos yacimientos de oro en California atrajo la migración de numerosos emprendedores en su busca. Este no fue un fenómeno exclusivo de Estados Unidos, pues se produjo también en Australia, Chile, Argentina, Canadá o Alaska. Lo cierto es que muy pocos mineros lograron su objetivo de enriquecerse, pero los comerciantes que les vendían los suministros amasaron grandes fortunas. No es oro todo lo que reluce…

Y algo similar está ocurriendo en nuestra época con el emprendimiento: desde que políticos, economistas, y otros expertos declararon institucionalmente la crisis, asistimos a un continuo bombardeo de mensajes para que emprendamos como fórmula para conseguir empleo y, además, ya de paso, ser felices, algo que nunca puede llegar a lograrse, al parecer, con el trabajo por cuenta ajena. Eventos, líderes, opinadores, agencias de desarrollo empresarial, autónomos, directivos, emprendedores… todo el mundo muestra las bondades del emprendimiento que no habían sido capaces de enseñarnos en los anteriores siglos, en una especia de fiebre del oro del siglo XXI en España. Tal y como ya había ocurrido en California, existe un llamativo baile de intereses en España que merece algunas reflexiones:

:: Los políticos no saben qué hacer para generar empleo. El gobierno simplemente ha ejecutado de forma inmisericorde una política recaudatoria que está conduciendo al estrangulamiento del consumo y la inversión, que es lo que en realidad genera empleo. Esta política ha ido acompañada de una reforma laboral que se ha convertido en un camino de rosas para la destrucción del empleo y que ha provocado la quiebra del FOGASA. La terca realidad es que un empresario no genera empleo por altruismo, lo hace si existe demanda de su producto o servicio y, por ende, necesita más mano de obra para atender a la demanda. Si no hay ventas, no hay creación de empleo, sino lo contrario.

::  En este estado de cosas, los organismos públicos encargados de generar empleo (agencias de desarrollo, incubadoras de negocios, etc.) se han lanzado como locos a propagar el mensaje de que es necesario emprender para afrontar la crisis y como medio más rápido y eficaz para encontrar un empleo. Hoy más que nunca se capitaliza el paro y se invierte en un negocio, y los datos no mienten sobre las consecuencias: aquí podemos ver el dato de crecimiento de sociedades mercantiles de 2011, y en este otro artículo podemos ver y comparar la evolución experimentada con los datos de 2013. Ahora bien, lo llamativo del dato no es el crecimiento en la constitución de sociedades mercantiles sino el crecimiento en el índice de mortalidad de las empresas. Son más las que cierran que las que abren, y este es un dato que no debemos pasar por alto por revelador: se envía a la gente a la guerra sin armadura ni educación militar.

:: Ante la falta de preparación académica recibida en materia de emprendimiento, se recurre insistentemente en la evangelización mediante eventos, gurús, mensajes subliminales, frases motivantes en las redes sociales y guiños al éxito mediante libros, jornadas o foros de inversión; al igual que ocurrió en California, la necesidad apremia. Baste mencionar que últimamente la moda es emprender en Internet es intentar crear una aplicación gratuita lo más simple posible que capte rápidamente un gran número de usuarios para luego venderla a una de las grandes (Google, Facebook, Apple, Microsoft…).

:: Los inversores, que han existido siempre pero ahora son llamados business angels (por darles una connotación más cool y dignificante), irrumpen ahora con más fuerza que nunca en este escenario esperando que aparezca alguien con una buena idea de negocio a la que sacar la máxima rentabilidad. Abundan las rondas de financiación, e incluso se utiliza sin pudor la expresión “levantar dinero” para presumir de que un proyecto es bueno. Y este no es el espíritu de un emprendedor de verdad, ni tampoco es el espíritu de un empresario de verdad.

Ser emprendedor es, por definición, ser una persona “que emprende con resolución acciones dificultosas o azarosas” –por eso se conocía a los que emigraron hacia California en busca de oro como emprendedores. Y ser emprendedor no es lo mismo que ser empresario: confundir los términos puede llevar a consecuencias graves. Una persona que trabaja por cuenta ajena y que aborda nuevas perspectivas o retos dentro de su empresa también es emprendedora. Una persona que decide romper con todo e irse dos años a recorrer el mundo con la mochila al hombro también es emprendedora. Una persona que decide irse a trabajar a Shanghai también lo es. Una persona que decide invertir 10.000 euros en la constitución de una empresa para contratar a alguien y ofrecer un servicio en el mercado, también es emprendedora, pero en este caso, además, se convierte en empresaria. Y ser empresario es asumir una responsabilidad para consigo mismo, para con las personas que trabajan en la empresa, y para con la sociedad en general. Por lo menos, es así como se deben sentir los empresarios honestos. A un empresario le debe importar el sostenimiento de los puestos de trabajo, la satisfacción de las personas que trabajan con él, le debe importar, y mucho, la generación de valor.

Lo que necesitamos es empleo, no importa si es por cuenta ajena o propia: ambas opciones son igual de dignas y necesarias, y con ambas podemos ser felices o infelices; no hagamos más demagogia barata con este tema porque peligra el futuro de muchas personas. Necesitamos realizar una actividad productiva que nos permita obtener un rendimiento económico para vivir, para alimentar a nuestras familias, obtener una calidad de vida decente y realizarnos como personas. Y para crear empleo hay que reactivar el consumo, porque de él es de donde surgirá el empleo, esa es la dura realidad.

Y un último apunte: para animar al emprendimiento no necesitamos que nadie nos diga lo que tenemos que hacer, necesitamos que se nos diga cómo lo han hecho exactamente los demás:  contar historias sacadas de libros es fácil, pero contar tu propia historia de forma honesta es harina de otro costal.

*Foto: Vía TeldeActualidad.com 

Sobre el Autor:

Javier Merino

CEO de Legado Digital

Síguelo en su blog

Síguelo en Twitter

Síguelo en Linkedin

Artículo escrito por Colaboración

8 Comentarios

  1. Antoine Kerfant

    La visión de los poderes públicos es totalmente cortoplacista. Quieren convertir a los parados en emprendedores para bajar el paro. Su razonamiento es así de simplista, y así lo demuestra todo el sistema de ayudas públicas, que van dirigidas exclusivamente a los parados o a la franja de edad con más paro (los jóvenes).

    Esa no es la solución. Si se quiere crear una estructura productiva interesante, claro que se necesitan emprendedores, pero primero hay que crear las condiciones para un desarrollo sostenido, apostando por sectores de valor añadido, no por el turismo de masa o la construcción.

    Responder
  2. JOSE ANTONIO PEREZ

    Las industrias culturales y creativas y la new media en nuevos formatos contando lo mismo de manera diferente son la salida a la crisis. Por tanto, conceptualizar en el márketing de contenidos y de territorios es el futuro al turismo, la gastronomía la cultura en general.
    A qué esperan?

    Responder
  3. José Lui

    Excelente nota. Gracias por las aclaraciones…

    Responder
  4. Juan María Rodríguez

    Felicitar al autor por describir, con datos, lo que muchos pensamos y todos vivimos.

    Estamos en un escenario al que los políticos no saben enfrentarse y los economístas, yo lo soy, no se ponen de acuerdo. Lo que está claro es que recortar en futuro (I+D+I, educación) es un error grave que no cometen ni los más tontos.

    Hay interés por convertir a España en un país de mano de obra barata y poco formada…al menos lo parece.

    Responder
  5. Javier Merino

    Gracias a todos por vuestros comentarios, creo que debemos ser responsables e intentar cortar esta fiebre con nuestras pequeñas aportaciones en el día a día, porque, como diría mi madre, esto ya pasa de castaño oscuro.

    Responder
  6. Carlos Cosials

    ¿Sabéis cual es la única empresa que ha sobrevivido hasta nuestros días de los que se fueron a California?
    http://es.wikipedia.org/wiki/Levi_Strauss_%26_Co.
    Es decir, el que le vendía a los emprendedores…

    Responder
  7. Josep Oriol Carrasco

    Ante todo expresar mi gratitud y disfrute al leer estas lineas.
    Quisiera aportar mi opinión y empezar con dos definiciones.

    emprendedor, ra.
    1. adj. Que emprende con resolución acciones dificultosas o azarosas.

    autónomo, ma.
    1. adj. Que tiene autonomía.
    2. adj. Que trabaja por cuenta propia. U. t. c. s.

    autonomía.
    1. f. Potestad que dentro de un Estado tienen municipios, provincias, regiones u otras entidades, para regirse mediante normas y órganos de gobierno propios.
    2. f. Condición de quien, para ciertas cosas, no depende de nadie.
    3. f. comunidad autónoma.
    4. f. Máximo recorrido que puede efectuar un vehículo sin repostar.
    5. f. Tiempo máximo que puede funcionar un aparato sin repostar.

    Es curioso como el mismo grupo de personas que hace años decían en este país que «El ladrillo es una inversión segura y la gente tiene que comprar pisos y casas» ahora son los que dicen «Si no emprendes no existes» … Esos grandes gurus que con el titulo del Sr. Dale Carnegie y pagados con sueldos públicos que no han visto un trimestre de IVA en su vida, dan charlas copiadas de los grandes emprendedores americanos, incendiando a la gente para que se haga autónoma (emprendedor) para poder seguir ingresando dinero en las arcas publicas para que ellos no pierdan sueldo.
    Es demagógico pues la gente se hace emprendedor pero el primer paso para ello es hacerse autónomo. Si que estamos creando una sociedad de mano de honra barata y poco cualificada. Por norma en las grandes corporaciones que no funcionan el Directivo de turno intenta rodearse de personal con un nivel inferior al suyo, para poder ocultar su ignorancia y desconocimiento. Es una estrategia que en mis años de experiencia he podido ver, es por ello que los políticos quieren bajar el nivel de la sociedad para no parecer lo que son, personas faltas de cualquier lógica y sentido común, seres (por decir) que delante de la incapacidad de reconocer la ignorancia, utilizan la soberbia para llevarnos a la catástrofe a todos.

    Señores Creo que ya hemos llegado a niveles insostenibles de «cretinismo» y puesto a emprender, porque no emprendemos la tarea de dotar a nuestro país de una clase social autónoma que pueda decidir por si misma.

    Responder
  8. emprendedor

    Es una buena descripción de las problemáticas que vivimos, encontrar estabilidad laboral es difícil hoy en día y por eso es necesario encontrar oportunidades de emprendimiento que permitan encontrar independencia y mejores condiciones de vida!!

    Responder

Enviar comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Raúl Carrión Estudio, S.L. es la Responsable del Tratamiento de tus datos, con la finalidad de moderar y publicar tu comentario con tu nombre (en ningún caso se publicará tu correo electrónico).
Tienes derecho de acceso, rectificación, supresión, limitación, oposición al tratamiento y portabilidad. Puedes ejercitar tus derechos en [email protected].