Alexander Phimister: «la innovación está en todos los rincones de la empresa: del primer al último empleado»

23 abril 2021

Tengo el placer de poder presentar una iniciativa que me ha encantado. Que un conjunto de 34 profesionales del mundo de la empresa, de la innovación, con alta responsabilidad, con una experiencia demostrada y muchas ganas de sumar… que todos ellos se hayan juntado para escribir una obra sobre innovación es algo realmente valioso y generoso. El Libro de la Innovación ha permitido que participaran más de 300 responsables de innovación, aportaran sus ideas, su experiencia y su inmensa intuición de trabajar en la trinchera, amasando el pan de la innovación.

Este libro se ha convertido en toda una aportación de valor social. Gracias a sus contribuciones extraordinarias y a la gran capacidad de divulgación y de compartir de sus participantes, se ha construido una guía muy útil, cargada de ideas y mucho músculo —poca grasa. Y, sobre todo, ha sido la semilla de toda una comunidad de mentes inquietas y,…, cómo no, teníamos que hablar de ello en Sintetia.

Entrevistamos a Alexander Phimister que además de ser uno de los que ideó todo esto, asesora a empresas con su propia empresa —Community Led Growth— en crear comunidades, ecosistemas y partnerships estratégicos.

¿Cómo surge el Libro de la Innovación y su Comunidad?

—Alexander, un libro sobre innovación, escrito de forma abierta y colaborativa. ¿Cuéntanos cómo ha surgido la idea y cómo se ha cocinado hasta tener el libro?

Era el 11 de marzo del año pasado y a toda la sociedad se nos envió para casa. Entonces, me di cuenta que en un momento de crisis histórica, lo que la sociedad necesitaba era aportar las herramientas suficientes como para poder afrontar los cambios que se venían.  Saqué la agenda y escribí mensajes a compañeros de profesión. El mensaje decía algo así como:

“Ey, ¿te apuntas a escribir el abc de la innovación con otros colegas?

Fue increíble la acogida, nos organizamos y en tan solo una semana ya estábamos escribiendo las primeras hojas. Diferentes responsables de innovación de varias corporaciones de gran tamaño en España se animaron. Creo que la gracia estaba en que todos eran de diferentes sectores, y enriqueció mucho el díalogo.

Eso sí, el libro de la innovación nunca pretendió ser solo un libro, si no una comunidad que tenía un libro. Por eso decidimos hacer un modelo colaborativo donde cualquier persona pudiera participar. Durante todo el proceso han escrito 34 responsables de innovación, y 300 personas han comentado, dado feedback y aportado datos que hemos utilizado para hacerlo lo más práctico posible en un modelo de Beta.

Esto tiene mucho valor porque la gran parte de la literatura relacionada con la innovación está escrita y pensada desde una perspectiva anglosajona.

Y, si como responsable de innovación o consultor tienes que empezar a construir un departamento o a inyectar innovación en tu compañía, no suelen ser ni los mismos modelos ni las mismas maneras de hacer. Existía una necesidad de exponer casos prácticos de personas que estaban al pie del cañón, y muy cerca de nosotros.

—Hablamos tanto de innovación que, a veces, como término, ya no sabemos a qué nos referimos. Quería hacerte tres preguntas concretas:

1.- ¿Qué es para ti innovación?

Esta es la primera discusión que tuvimos. Hasta ahora, para mí la innovación es mejorar lo que hay. O quizás con una visión un poco más mercantilista sería la de “convertir problemas en facturas”. Bromas a parte, me quedo con la que menciona Álvaro Urech, Director de Innovación de Alstom en el libro:

“Innovación es la capacidad de generar, experimentar e implementar nuevas ideas que crean valor para el usuario y para el accionista»

2.- ¿Hay tipos de innovación distintos? ¿Cuáles son?

Para simplificar lo resumiría en tres. La cerrada, la abierta y la de ecosistema.

  1. La cerrada es la que se establecía más en el siglo XX, que es de dentro para fuera.
  2. La abierta es la que se ha promovido más en este siglo, que es de fuera para adentro.
  3. Y la de ecosistema es aquella que se basa en las conexiones y colaboraciones dentro de un sector o de varios sectores para aplicarlas en tu empresa. A mi me gusta más esta última, pero en cada caso se puede aplicar una u otra.

La innovación muta…

3.- ¿En qué ha evolucionado la innovación en los últimos 100 años?

Como siempre dice Pere Condom,  hace un siglo había empresas y emprendedores, con grandes cualidades. Pero en esos momentos la idea de innovación no estaba estructurada. De hecho, la I+D no existía.

Hace 100 años las universidades aún no habían integrado plenamente la misión de crear nuevo conocimiento a través de la investigación y pocas empresas tenían un laboratorio de I+D. El primero, el de General Electric, había sido creado en 1900.

A mitad del siglo XX cuajó la idea de la investigación pública que se traslada a la empresas. Por supuesto, primero en Estados Unidos, extendiéndose poco a poco a Europa. Más tarde se constató que no era tanto una transferencia de uno a otro como una colaboración constante entre ambos ámbitos, lo público y lo privado. Además, aquel modelo era cerrado, en el que las empresas escondían sus logros y los encerraban entre sus paredes. En las últimas décadas, la tendencia ha llevado a la innovación abierta.

Con ello, otro tipo de actores que en el pasado no contribuían a la actividad innovadora de una empresa hoy son piezas esenciales de la innovación. Hoy las empresas deben tener por supuesto sus instrumentos internos, pero deben también colaborar constantemente con centros de investigación pero también con proveedores, clientes, competidores….

Además, las startups han surgido como una gran fuente de innovación para las corporaciones tradicionales. Con ello, esas corporaciones colaboran con ellas o las promueven directamente, entre su personal o acogiendo a emprendedores externos.

El resumen de esos cien años es que las corporaciones han visto cómo aumentaban exponencialmente las fuentes de su innovación.

Las tripas de la cultura innovadora

—Cuando hablamos de ‘cultura innovadora’. ¿A qué nos referimos concretamente?

Para mí implica la capacidad que tiene una organización de convertir el error en algo positivo para mejorar. Pero me lo discuten mucho dentro del grupo. Hay personas como Marta Fuentes, Directora de Cultura en Grupo Santalucía que lo define como aquellas empresas que fomentan que sus empleados contribuyan con sus propias ideas a la mejora continua de los procesos  y la creación de nuevos productos y/o servicios. Es una cultura que proporciona el espacio para desarrollar iniciativas de Intraemprendimiento y fomenta el pensamiento crítico y disruptivo. 

Hay otros, como mi compañero Massimiliano Ferrazo, CIO de Hartmann que explica en el libro que la cultura innovadora es aquella que ancla el cambio en la empresa. Cuando tú has hecho el cambio de cultura en una empresa, y creas una cultura de la innovación, ésta siempre tiene que transformarse y evolucionar con el negocio.

Innovación y tamaño empresarial

—Hay quien cree que la innovación solo se puede hacer si tienes un cierto tamaño y un presupuesto importante. ¿Hasta qué punto esto es así?

Rotundamente no. Esto lo explica muy bien mi compañero Carlos Solana, Innovation Lead en Mediapro y ex-emprendedor, en el libro, donde menciona diferentes formas de plantear una estrategia de innovación.  

  1. La «innovación incremental», que mejora la eficiencia sobre los negocios y procesos actuales, sin prescindir de ellos. Ésta es muy típica de grandes corporaciones que quieren mejorar sus resultados financieros y dar beneficios inmediatos a sus accionistas. En todo caso, tener menos presupuesto y no ser una gran corporación no impide mejorar tus procesos y ser más eficiente.
  2. La «innovación adyacente», que consiste en desarrollar nuevos negocios sobre la base de conocimientos, talento y capacidades ya existentes en los negocios actuales. También es muy empleada por grandes corporaciones y sí que es verdad que comporta disponer de una capacidad financiera suficiente. Esta innovación necesita dedicarle recursos a otro negocio que discurre paralelo al principal. Para las corporaciones es útil, porque les permite renovar y hacer sostenible su competitividad en los mercados y además hacerlo con un riesgo menor al aplicar conocimientos a mercados análogos a los que ya actúa, con la ventaja competitiva que eso comporta frente a terceros.
  3. La «innovación disruptiva» comporta desarrollar nuevos negocios en nuevos ámbitos. El riesgo es mayor porque en esos mercados hay mucha incertidumbre y se desconocen por la Corporación de turno que los explore.

Por ese motivo, las corporaciones no suelen ser precisamente las mejores desarrollando innovación disruptiva:

¿Has visto a alguna corporación siendo capaz de transformar de forma radical su propio mercado? Eso es más bien propio de startups que, no teniendo mucho que perder (porque no parten de una gran posición de mercado), se atreven a cambiar todas las reglas y atacar a los dominantes actuales en cada mercado. Así pues, casi se podría decir que cuanto más grande eres, más difícil es que seas disruptivo.

Curioso, justo lo contrario de lo que tu pregunta sugería, ¿no crees?

—Parece que los datos nos muestran una y otra vez que la empresa española no invierte lo suficiente en innovación, en comparación con otros países de nuestro entorno. ¿Qué falla?

He tenido la gran fortuna de estar trabajando en entornos referentes en innovación como Silicon Valley, Boston o Finlandia, donde hay dos elementos más que veo que son comunes entre ellos.

El primero es claro, y es que entienden el riesgo y el fracaso como algo positivo para aprender y escalar. Esto no es así en España o en otros entornos hispanoparlantes que conozco como Colombia, Ecuador o Perú. También es verdad que como siempre recuerda Pablo Ruiz, Digital Banking Executive en entidades financieras en Middle East y ex – director de innovación de Liberbank,  ahora tenemos una gran oportunidad de fomentar la innovación a través de los Fondos Europeos Next Generation. Eso es una realidad.

Lo que pasa es que estamos ahora basando un modelo de innovación financiado con fuentes externas y no como ventaja competitiva y eje central de la estrategia. Cosa que en otros países sí. 

Me indigna cuando una empresa con grandes presupuestos depende de financiación externa para poder llevar a cabo o no un programa de emprendimiento, por ejemplo.

El puente entre la I+D y la pequeña pero gran ‘i’

—¿Existe conexión entre la I+D y la innovación? ¿Qué falla en ese puente?

Debemos enterrar esta vieja hacha de guerra entre la investigación y la empresa.

Recientemente estuve en Boston (MIT) y pude ver con mis propios ojos cómo una investigadora lanzaba su décima Start Up fruto de investigaciones ese mismo año.

Aquí aún no es así, pero desde el gobierno se pone más énfasis en la aplicabilidad de las cosas y no tanto en la investigación. De hecho, las convocatorias de Comunidades Autónomas y las del Estado ya fomentan este hecho. El cambio está llegando.

Al final, como siempre dice Iolanda Marchueta, responsable de lanzamientos en el sector Farma:

en cierto sentido, innovar es hacer realidad la I+D y conseguir transformar esa idea en algo tangible (producto, servicio)

Dicho de otro modo, desarrollar esa idea y transformarla en realidad

—¿Qué puede fallar?

… pueden fallar muchas cosas

  • Que la idea no sea buena
  • Que la idea sea buena pero que el Business Case no
  • Problemas en el desarrollo, en la ejecución, distribución, canal, etc
  • Falta de conocimiento de mercado
  • Falta de estructura

El reto de hacer crecer startups

—Hablamos sin cesar de startups, de jóvenes empresas muy diferenciales, que plantean grandes retos. Pero la pregunta es, ¿qué hace que una startup innovadora crezca? Me obsesiona este tema, no sólo la natalidad es crítica, sino que se puedan desarrollar y crecer a escala global. ¿Qué falla en estos procesos?

Según Dario Villena, Venture Capital, uno de los problemas es exactamente ese. 

Hay muchas empresas jóvenes y pocas que consigan tracción de mercado.

Vemos varios retos en el momento de creación de una empresa:

  • Una es la sostenibilidad inicial y la falta de recursos que es inherente a un ecosistema de emprendimiento.
  • y la segunda es la ejecución: suele fallar en los emprendedores que no lo han hecho anteriormente. Cometen errores que llevan a gastar más recursos o no son capaces de ejecutar los procesos de crecimiento en base a una oportunidad de mercado muy bien analizada.

—¿Tenemos en España un problema de escasez de talento para que haya más empresas innovadoras?

Daniel Duëmig, Excellence Leader en Eurofirms, siempre nos explica en el grupo lo mucho que las empresas tecnológicas e innovadoras ya sufren para no poder cubrir vacantes. Sobre todo aquellas que requieren determinados conocimientos tecnológicos. La oferta de empleo en ciertas áreas ya es claramente superior a la demanda.

Necesitamos trabajar juntos en un marco legislativo laboral, en colaboración entre gobiernos y empresas, para ofrecer y garantizar una regulación óptima que permita trabajar por proyecto (y en remoto), la flexibilidad horaria y conciliación laboral-personal. También la remuneración en base a objetivos y la movilidad de talentos. Eso marcará los próximos años.

Casos de éxito

—Con la gran aportación de información y conocimiento que ofrecéis en el libro. ¿Nos podéis poner 2-3 casos de ejemplos, iniciativas o empresas, que lo estén haciendo realmente bien (y no sean Apple)?

Te voy a poner 3 ejemplos diferentes de grande, mediana y pequeña empresa:

Caso 1: En El libro de la Innovación tenemos, creo, uno de los mejores casos de intraemprendimiento explicado por Oscar Gil, Global Innovation Manager de Nestlé. Lo están haciendo muy bien con el programa Ingenius. Es un programa que han generado para los empleados de manera interna para fomentar el desarrollo de ideas y acelerar proyectos desde los empleados.  De todos los que he visto, te diría que es de los mejores.

Caso 2: Otro caso sería el de Suez, liderado por Ramón Lopez con un modelo de Venture Client que han implementado. Este tipo de modelo implica que la empresa consolidada, en este caso Suez, se convierte en el primer cliente de una iniciativa emprendedora. Es como convertirse en clientes de Start Ups cuando aún es una aventura hacerlo.

Caso 3: Otro que creo ha añadido mucho valor al sector es el caso de Innomads, liderado por Mireia Garcia. Mireia era responsable de Transformación e innovación en Forcadell y consiguió hacer un hub de innovación del sector Real Estate implicando otras 10 inmobiliarias, donde ayudan a impulsar Startups del sector Proptech, para afrontar la disrupción que les viene.

—Parece que crear ecosistemas sólidos, alta cooperación, en definitiva, una clusterización de nuestra actividad es crítica. ¿Crees que en España fallamos en cooperar?

Ciertamente sí. Como diría Carlos Marquerie el cluster suele ser un concepto industrial de colaboración, enfocado en una parte comercial.

Tenemos que crear son procesos que dinamicen los ecosistemas desde la creación conjunta de valor para coopetir. Debemos perder el miedo a compartir.

El libro es buena prueba de ello.

España Nación Emprendedora

—Se habla de querer construir una España Nación Emprendedora. ¿Dónde creéis que están las 3 prioridades imprescindibles sobre las que tiene que actuar la administración pública?

Dentro del grupo tenemos también a Albert Torruella, que trabaja en ACCIÓ, la Agencia de competitividad de la empresa en Cataluña con quién hemos coordinado este libro. Según él, las principales prioridades donde tiene que actuar la administración son:

  1. Crear programas y servicios innovadores: por ejemplo, desde ACCIÓ desarrollan un programa para fomentar la cooperación entre grandes corporaciones y startups. Y también han potenciado una plataforma de Open Innovation donde más de 100 empresas ya han lanzado sus propios retos.
  2. Agilizar trámites: en esto la administración hay que reconocer que ha hecho un gran esfuerzo. ¡Ahora se pueden constituir empresas en 24 horas! Cosa impensable hace unos años. Aun así, siempre se puede mejorar…porque no sólo existen trámites en la creación…
  3. Fomentar las empresas innovadoras: ¡Toda promoción de las empresas que innovan es poca! Así que toda promoción en forma de créditos blandos, ayudas a la internacionalización y  captación de inversión internacional es muy necesaria. En Israel acaban de abrir un programa para atraer grandes empresas que creen una incubadora, con más de 3 millones de euros de inversión por parte del gobierno. ¡Nos llevan muchos años de ventaja!

—¿Cómo le decimos al empresario que tiene 5 empleados, está ahogado, lucha contra la incertidumbre del covid que tiene que innovar más? ¿Alguna receta para tiempos tan revueltos?

Como dice Daniele Furlan, Director de PIMEC 2030, si no recibe ayuda externa, el accionista de una empresa parece que no «entiende» lo de innovar, y si lo entiende «no sabe» cómo.

Es muy difícil compaginar el modo de supervivencia con el modo innovación. Piensa que los fondos europeos requieren que la empresa esté financieramente bien.

Lo que es cierto es que en estos tiempos revueltos, como dices, las empresas que mejor sobreviven e incluso crecen son las que se adaptan mejor. E innovar ayuda a adaptarse. Hay restaurantes que han contratado personal y están facturando más ¡incluso en estos tiempos!

—¿Creéis que existe demasiada conexión entre tecnología e innovación? ¿Los no tecnológicos pueden innovar o es un sacrilegio?

Fran Ester, responsable de Innovación abierta en BSH y Oscar Julià, Responsable de Innovación de Sener, coinciden en que la conexión entre tecnología e innovación ha existido y existirá; pero todo ha cambiado al empezar a pensar ¿pero el consumidor lo necesita? ¿Hay negocio detrás?

El gran secreto es encontrar el equilibrio entre el consumidor, el negocio y la tecnología.

Se puede innovar en aspectos muy diversos que no requieren de tener conocimiento tecnológico, solo es necesario tener espíritu innovador para hacer las preguntas adecuadas.

—Algunas preguntas rápidas

1.- El dato de innovación que más me preocupa de España…

La inversión en innovación respecto al PIB, comparado con la media de la UE.

España está en el 1,25%, mientras la UE de media está en el 2,18%, Israel 4,9%, Corea 4,5%, Alemania 3,1%, etc. esto acaba pasando factura y más a largo plazo…

2.- El dato que más esperanza me da en España…

La inversión en startups en España. ¡En abril ya hemos superado el importe de todo el 2020!

3.- El libro que recomiendo leer a toda empresa que aspira a ser innovadora…

El dilema de los innovadores, de Clayton Christensen, sin duda.

4.- Cuando escucho decir que sólo el CEO tiene que pensar para innovar… pienso en lo alejado que está de la realidad.

Una empresa innovadora debe abarcar del primero al último trabajador.

5.- Lo que más mata la innovación en una empresa es… la falsa sensación de seguridad de una buena situación de mercado actual, que puede cambiar en cualquier momento…

Artículo escrito por Javier García

Editor de Sintetia

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