La economía P2P, los espacios de innovación y la complejidad

16 octubre 2013

complexityHace unos meses hablé de la Economía Crowd y comenté la importancia que están adquiriendo algunos enfoques de gestión y relación basado en la asunción de nuevos roles en las relaciones económicas y, por añadidura, sociales. En esta línea, otro de estos modelos que están adquiriendo fuerza es la Economía P2P (peer to peer), también llamada Sharing Economy. La economía P2P es un modelo de relación económica entre iguales en la que las partes comparten valor en base a relaciones distribuidas de igualdad. Michel Bauwens, fundador de la P2P Foundation, explica muy bien el modelo P2P en su artículo La economía política de la producción entre iguales.

Bauwens sienta algunas de las bases de este modelo. Así, los procesos P2P

  1. producen valor de uso mediante la libre cooperación de productores que tienen acceso al capital distribuido,
  2. están dirigidos por la propia comunidad de productores, y no por la distribución del mercado o la jerarquía corporativa
  3. hacen al valor de uso libremente accesible sobre una base universal, mediante nuevos regímenes de propiedad común.

Esto quiere decir que los modelos P2P establecen una serie de relaciones entre pares en torno a redes distribuidas. Este tipo de redes se caracterizan por carecer de un eje o punto de control y organización, no hay filtros ni reglas que limiten las conexiones. Todos los nodos tienen la capacidad de conectarse con todos de una manera directa, sin intermediarios.

Por otro lado, como digo, no hay una jerarquía que controle la red ni las relaciones que se construyen, por lo que los usuarios apuestan libremente por esas relaciones en base a sus propios intereses, que alimentan el interés común fortaleciendo la red. Hay también en este tipo de relaciones, o puede haberlo, un interés altruista de creación de un nuevo ecosistema alternativo al modelo centralizado capitalista o tradicional. No necesariamente estamos hablando de modelos de izquierda ni sus componentes han de abrazar esta ideología. Sencillamente buscan alternativas que puedan ser más justas y/o eficientes.

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Además, el valor se identifica más con el valor de uso, que se convierte en la base fundamental de la transacción. Eso no quiere decir que no haya intercambios monetarios, como otro valor a tener en cuenta, pero no necesariamente son los únicos. Entran en juego, por lo tanto, otras formas de propiedad, como el procomún, más en línea con este modelo de relación entre pares.

Este tipo de modelo ha encontrado el caldo de cultivo en internet y la infraestructura que facilita. Así, como dice Bauwens, esta infraestructura se materializa en

  1. una infraestructura tecnológica que opere en procesos entre iguales y posibilite el acceso distribuido al capital `fijo´
  2. sistemas alternativos de información y comunicación que permitan la comunicación autónoma entre agentes cooperantes
  3. infraestructura de `software´ para la cooperación autónoma global (blogs, wikis…)
  4. una infraestructura legal que permita la creación de valor de uso y lo proteja de la apropiación privada
  5. y el quinto requisito es cultural. La difusión de la intelectualidad de masas, (p.e. la distribución de la inteligencia humana) y los cambios asociados en términos de sentir y ser (ontología), términos de conocer (epistemología) y constelaciones de valores (axiología) han sido instrumentales para crear el tipo de individualismo cooperativo necesario para sostener un ethos que habilite proyectos P2P.

Se observa aquí la necesidad de un cambio tanto estructural como infraestructural o superestructural según el modelo que expliqué en este artículo. Es decir, se apuesta por un cambio de paradigma, pero en un entorno que no favorece ese cambio, no tanto por no existir condiciones técnicas como por la coexistencia con corrientes contrarias que tratan de favorecer la permanencia y el statu quo.

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Este cambio, sin embargo, se está produciendo desde mi punto de vista por cambios profundos en la superestructura. Aparecen nuevos valores, nuevos objetivos, no sólo a causa de la crisis, sino acelerados por cambios tecnológicos, que son la palanca de puesta en marcha de estos cambios mentales más profundos y duraderos. Comenta David Sánchez Bote, director del MIK, que los cambios se producen según una secuencia más o menos lógica: cambio tecnológico, cambio económico, cambio social y cambio cultural. Hay, sin embargo, grupos poblacionales cada vez más importantes que ya han hecho, desde mi punto de vista, ese recorrido.

Dicho esto, creo que resulta interesante comprender que no hay un modelo único de economía P2P. El modelo tiene muchas variantes y formas de manifestarse, dependiendo de los objetivos de sus partes y del uso que se haga de la tecnología. Todos estos modelos abiertos se caracterizan por una clara libertad en interpretar sus funcionalidades y su ejecución. David Sánchez Bote habla de una cierta variedad de formas que él agrupa en tres modelos:

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Por un lado tenemos el modelo comunidad, fundamentalmente con fines sociales, con la propia sociedad como beneficiaria y trabajando en torno a un modelo de innovación social. Este modelo presenta una cierta libertad de organización dejando gran espacio a la autogestión. Suelen ser modelos en torno a una idea o un objetivo, como la comunidad Linux que existe de una manera más o menos organizada en Internet. En segundo lugar podemos hablar de un modelo plataforma, en el que se observa una cierta centralización o un enfoque de gestión más dirigido. El modelo gira en torno a plataformas de gestión y relación y suele tener un objetivo económico, sobre todo por parte del gestor de la plataforma, utilizando un modelo de innovación centrado en el modelo de negocio.Un ejemplo claro es el de Airbnb.

Por último, podemos observar un modelo más nuclear, centrado en la empresa, con un modelo de gestión e innovación abierta que, con un objetivo evidentemente económico, no desdeña cambios procedimentales en la gestión para conseguir y gestionar mejor la información que es capaz de captar. El centro de la innovación está en los propios procesos de innovación de la organización, pasando de unos modelos cerrados a otros abiertos.

Casi se puede decir que el modelo más puro es el primero, el de comunidad, pero parece claro que el modelo P2P está ejerciendo cada vez una mayor influencia en la gestión empresarial. Obsérvese la confusión que se puede generar con el modelo de economía crowd, de la que hablé en otro artículo. Evidentemente tienen muchos puntos en común y zonas de contacto muy amplias. Desde mi punto de vista la economía crowd es más un modelo de gestión (empresas) y la economía P2P pone el foco en el modelo de relación (personas). En puridad, de la división que hace Sánchez Bote, un modelo P2P sería el de comunidad y el de plataforma si lo enfocamos desde el punto de vista de los usuarios, y un modelo crowd sería el de plataforma desde el punto de vista de la empresa y el de empresa abierta. Sin embargo, como hay muchos claroscuros y es complicado establecer una división clara, creo que es una división muy funcional y lógica.

La pregunta que me viene ahora a la cabeza es cómo gestionamos la innovación en estos modelos de relación y gestión. Parece claro que en un modelo de empresa abierta existe una gestión no estandarizada, pero sí al menos estudiada y articulada en torno a una serie de formas de hacer más o menos controladas por los gestores. Sin embargo, incluso en este tipo de innovación, y sobre todo en la que se puede generar en un modelo de comunidad, hay un grado de complejidad que necesita ser estudiado. Surgen una serie de preguntas

-¿Quién inicia la acción de innovación? Si se habla de innovación social, ¿surge esta innovación de un agente exterior o es la propia comunidad la que la gestiona e inicia, centralizando en cierto modo actuaciones claves para la comunidad?

-Es más ¿es necesario que alguien inicie un proceso de innovación o es la propia dinámica de la comunidad la que de manera natural asume cambios que se comunican y se aceptan o rechazan de manera distribuida?

-¿Genera incertidumbre esa complejidad o es un estado natural que facilita y potencia su capacidad de transformación?

-¿Hay tendencias o corrientes de comportamiento que se pueden modelizar? ¿O la complejidad y diversidad es tal que es imposible cualquier tipo de modelo?

Creo que en esta línea es fundamental el trabajo que está realizando el propio Bauwens y que David de Ugarte comenta en el blog El Correo de las Indias. Comenta de Ugarte que Bauwens está trabajando en cuatro posible escenarios socioeconómicos.

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El primer escenario presenta un control centralizado de la estructura que sostiene el intercambio y busca una acumulación del capital de ese agente que controla la estructura. Aunque su funcionamiento es P2P, sus objetivos son los de la acumulación de capital tradicional a través de modelos de distribución con control centralizado. Un ejemplo lo tenemos en Facebook, o en páginas como Airbnb. En estos casos se distingue el valor de uso del valor monetario, siendo distintos actores los que acumulan cada uno de ellos. La innovación está concentrada en el modelo de negocio y en la plataforma, y es gestionada desde la centralidad del acumulador del capital.

Un segundo escenario es aquel en que se sigue buscando la acumulación de capital pero desde una estructura de control distribuido. En este caso el modelo genera muchos tipos de relación, ya sean desde una perspectiva monetaria o dando importancia a otro tipo de valor. Un ejemplo claro es el de Bitcoin, una moneda electrónica descentralizada cuyo valor no está determinado por ningún canal controlado. En este caso la infraestructura es libre, pero el objetivo sigue siendo la acumulación de capital. Con este tipo de escenarios la complejidad y la incertidumbre aumentan, puesto que no hay un control de los flujos ni disponemos de una plataforma común, por lo que las reglas del juego con abiertas con lo que las posibilidades de entrar con acciones innovadoras aumenta. La clave aquí parece estar en la gestión de las fuentes y del conocimiento y en saber gestionar o navegar en esa complejidad sin reducirla o reconducirla.

El escenario tercero es el que busca un impacto local y un beneficio distribuido. Ya no se busca la acumulación del capital, sino el beneficio de comunidades locales, no necesariamente monetario. Fundamentalmente giran en torno al concepto de resiliencia, pretendiendo la salvación o mejora de comunidades locales en torno a modelos P2P y de procomún. Cuando hablamos de comunidades locales no necesariamente estamos hablando de comunidades rurales, por lo que las posibles estrategias P2P pueden ser muy variadas pero siempre enfocadas al impacto local. La incertidumbre y la complejidad disminuyen al ser entornos concretos con problemas concretos, lo que permite estrategias de innovación muy direccionadas a objetivos claros y relativamente fáciles de describir por los ciudadanos.

El cuarto y último es un escenario en el que el beneficio sigue siendo distribuido pero a nivel global. Las estrategias P2P se busca que tengan impacto global, apostando por un cambio global y un activismo a gran escala. Para superar ese salto de lo local a lo nacional y de lo nacional a lo global se trabaja con el concepto de la filé, que son agrupaciones no basadas en criterios religiosos, nacionales o culturales, pero que actúan como comunidades operativas que atienden a criterios P2P. El enfoque aquí es profundamente transformador y la complejidad e incertidumbre máximas.

Todos estos escenarios no son secuenciales, sino que se dan al mismo tiempo. El impacto es múltiple, y la complejidad e incertidumbre que generan también. Esto, lejos de ser una debilidad, es una de sus fortalezas, porque sus actores asumen un estado que les es natural y que, de todos modos, se da en otros escenarios ajenos al P2P. Con la economía P2P pasamos de escenarios más o menos centralizados en alguno de sus puntos a otros absolutamente distribuidos e imposibles de asimilar. Los enfoques de la innovación han de ser distintos, como se veía en el cuadrante que mostró Sánchez Bote, y en todos hay cierto grado de incertidumbre y complejidad. Recordaba Brant Cooper en una reciente entrevista aquí, unas ideas de Clayton Christensen: “cuando creamos una innovación disruptiva, el mercado no sólo no se conoce sino que no se puede conocer”. En este caso, en el escenario de la economía P2P, o al menos en alguno de ellos, no se conoce ni el modelo de gestión. Creo que es interesante trabajar por, no tanto controlar y comprender la complejidad de este tipo de modelos, como de saber manejarnos en ella sacando el máximo partido a las oportunidades que ofrece.

Artículo escrito por Juan Sobejano

Fundador de Innodriven, consultor de innovación en Innolandia y profesor

1 Comentario

  1. Samantha Smith

    son un poco complejos ya que la economía p2p es un modelo de relación económica de iguales en la que las partes comparten valor en base a relaciones distribuidas de igualdad y ademas depende de como lo sepan aprovechar y como lo utilicen eso ya depende de cada necesidad.

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