¿Estarías dispuesto a tener una renta básica a cambio de pagar por lo servicios públicos?

22 abril 2014

¿Sería posible implementar, en un país como España, una renta básica universal para todos los ciudadanos? Dicha propuesta, a pesar de estar asociada a reivindicaciones de carácter social, es una medida que ha sido ampliamente estudiada por multitud de economistas y para la cual existe un cierto respaldo académico. La premisa de la renta básica es muy sencilla: todo ciudadano tiene derecho, por el mero hecho de serlo, a un salario mensual permanente e incondicional. Las condiciones necesarias para ser considerado ciudadano a dichos efectos pueden ser debatibles, pero las otras dos cuestiones no: la renta básica se cobraría hasta el momento de la muerte independientemente de las circunstancias de toda persona. Esta renta no supondría un beneficio adicional para todos los ciudadanos sin ninguna contrapartida, sino que sustituiría gran parte de los servicios públicos que actualmente disfrutan los ciudadanos, a menudo en régimen de gratuidad, y también transferencias como las pensiones o el desempleo. Esta es una condición necesaria para el planteamiento realista de la renta universal, ya que ningún país desarrollado podría financiar un programa de estas características adicionalmente a todos los servicios que en la actualidad presta.

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¿A qué cuantía podría ascender dicha renta universal? En un extremo ejercicio hipotético, la renta básica podría ser equivalente al gasto per cápita del sector público español, que ronda los 9.900 euros anuales (cantidad resultante de aplicar el 44% del gasto público español sobre el PIB a los 22.500 euros de PIB per cápita con que España cuenta aproximadamente en la actualidad). Dichos 9.900 euros equivaldrían a una mensualidad de 825 euros para cada ciudadano. No obstante, esta cantidad se trata de un extremo teórico no alcanzable, ya que existen muchas partidas de gasto del Sector Público que no podrían suprimirse por distintos motivos, como la administración del Estado -que tendría que seguir contando con capacidad regulatoria, con una fuerte administración fiscal y también con las instituciones que cumplen la función legislativa, la ejecutiva y la judicial-, los intereses de la deuda ya adquirida o el gasto en defensa. Suponiendo que los gastos irrenunciables para un Estado estuviesen alrededor del 10% del PIB, ello supondría que la renta básica universal se situaría aproximadamente hasta los 640 euros, lo cual equivaldría, para una familia formada por una pareja con un niño, a una renta de unos 1.900 euros mensuales.

Esta renta sustituiría por lo tanto a la mayoría de servicios públicos, que pasarían a ser de pago (incluidas sanidad y educación), y a las transferencias sociales como las pensiones o la prestación de desempleo. Ello podría dar lugar, claro está, a múltiples problemas. Por ejemplo, el modelo de sanidad europeo es relativamente barato, entre otros factores, por su carácter público. Su privatización acarrearía costes adicionales derivados por ejemplo del doble chequeo de las compañías de seguros, algo habitual en países con modelos mayoritariamente privados, como Estados Unidos. Estos problemas podrían por supuesto solucionarse manteniendo el servicio con titularidad pública y descontando el coste mensual de la sanidad -alrededor de los 120 euros por persona- de la renta básica.

Este análisis está basado en aproximaciones de carácter cualitativo. Las cifras no son exactas sino que pretenden ilustrar la magnitud y los argumentos a favor y en contra de la propuesta. Y, aunque la dificultad de implementación es fácil de comprender, ¿cuáles serían los principales argumentos a favor? A continuación destacamos las siete principales ventajas de tan radical propuesta.

1. Incentivo al trabajo

Uno de los principales temores ante la renta básica universal es el posible desincentivo al trabajo –¿por qué habría de esforzarse una familia pudiendo llevar una vida digna incluso sin trabajar e independientemente del número de hijos que tenga?-. A este efecto se le conoce como efecto-renta: cuanto más ricos somos, menos horas necesitamos trabajar para colmar nuestras necesidades. No obstante, el análisis detallado de la idea parece indicar lo contrario. Por un lado, el efecto renta no sería tan pronunciado, en la medida que los individuos habrían de pagar de su renta básica los servicios públicos que utilizasen, por ejemplo la educación de los menores.

Pero, sobre todo, la introducción de la renta básica provocaría una drástica reducción del tipo marginal efectivo que soporta, al comenzar a trabajar, una persona de renta baja en situación de desempleo. Actualmente, el tipo impositivo real al que se enfrenta un desempleado con prestación de desempleo o con prestación social sustitutiva es escalofriante. Quien comienza a trabajar, además de soportar la totalidad de la cotización a la seguridad social -36% al considerar tanto la parte personal como la empresarial- ha de renunciar además a las prestaciones sociales que reciba, a ayudas municipales y a otras becas dirigidas a colectivos desfavorecidos. Así, obtener un salario de 1.000 euros puede llegar a privar de un conjunto de beneficios sociales de mayor cuantía. La renta básica acabaría instantáneamente con dicho problema, ya que la recepción de la renta es incondicional, por lo que una persona desempleada que recibe 640 euros mensuales no perdería dicha renta al aceptar un trabajo, pasando a disfrutar adicionalmente de su salario íntegro.

2. Reducción radical de la burocracia en el sector público

La renta básica supondría un cambio de paradigma en el que el gasto público, en vez de ser gastado de forma centralizada -es decir, a discreción de los representantes políticos- sería gastado por cada persona en lo que considerase más necesario. Su introducción haría innecesaria toda la estructura burocrática destinada a controlar y auditar quién tiene o no derecho a recibir cualquier tipo de servicio o ayuda, así como la gestión de su provisión, con un considerable ahorro de recursos del sistema.

3. Solución a la exclusión social

En términos redistributivos, la renta básica supone una solución casi definitiva al problema de la exclusión social, por la cual colectivos enteros pierden toda posibilidad de entrar en el mercado laboral debido al deterioro físico y mental que supone para una familia el sobrevivir exclusivamente con una prestación social. El problema de la exclusión social es tanto moral -¿queremos vivir en una sociedad con pobreza endémica?- como de eficiencia: cada niño nacido en un entorno es un potencial capital humano desaprovechado. La evidencia indica que la inversión en niños de entornos desfavorecidos es muy rentable desde el punto de vista fiscal en el largo plazo.

4. Mayor estabilidad macroeconómica

La garantía de una renta familiar mínima limitaría el efecto de los ciclos sobre ciertos componentes del gasto. limitando así el alto coste que tiene el cierre de empresas durante las recesiones por motivos meramente coyunturales.

5. Permitiría a las personas perseguir su pasión con mayor seguridad

Aunque esta ventaja parece más cercana a los manuales de autoayuda que a las necesidades de un país, lo cierto es que la innovación y la alta productividad suelen darse en aquellos individuos con verdadera pasión por lo que hacen. Parte de los problemas económicos del país se encuentran en que muchos trabajadores prefieren no arriesgarse a cambiar de trabajo ante la incertidumbre existente. La protección implícita de la renta básica permitiría a más personas moverse a las actividades que les apasionan, en las cuales tenderán a ser más productivos, elevando a su vez la renta per cápita del país.

6. Reduciría la corrupción política

Puesto que la corrupción es un problema ligado a la discrecionalidad del gasto, ésta se reduciría drásticamente al desaparecer casi totalmente el poder de decisión de los representantes políticos. La reducción de la corrupción podría ayudar a la imagen de legitimidad del sistema y ayudaría a reducir la evasión fiscal. Además, la parte más perniciosa de la acción de los lobbies políticos perdería también su razón de ser. No pueden existir argumentos del tipo «¿Qué hay de lo mío»? cuando las reglas de reparto del presupuesto son claras e incondicionales.

7. Racionalización de los servicios públicos

La renta básica, al requerir un pago por el disfrute de los servicios públicos, daría lugar a un ahorro en el sistema. Por ejemplo, tanto una autovía como una ópera o una fiesta municipal habrían de ser pagadas por las personas que las disfrutarían.

La renta básica es, en estos momentos, una posibilidad poco factible por muchos motivos. En primer lugar, supone un cambio de paradigma demasiado grande como para ser aceptado por los electores. En segundo lugar, la propuesta no ha sido evaluada correctamente, y su evaluación con un ensayo aleatorio plantearía fuertes problemas de aplicación. En tercer lugar, la propuesta quitaría muchísimo poder a los grandes partidos políticos, que perderían tanto capacidad de colocación de sus miembros como gran parte de la discrecionalidad en el gasto.

No obstante, es posible que algunos países puedan atreverse a implementar una primera versión limitada de la propuesta -Suiza tiene pendiente un referéndum para su introducción-, que cuenta con respaldo no solo social sino también académico. Las sociedades del futuro habrán de ser mucho más adaptables al cambio, ya que la mecanización y la inteligencia artificial están acelerando los ciclos de creación y desaparición de sectores enteros. La renta básica permitiría hacer partícipe de sus beneficios a toda la sociedad creando un marco de protección social homogéneo y alejado de la discrecionalidad política.

Artículo publicado previamente en la Revista Tiempo.

Artículo escrito por Abel Fernández

13 Comentarios

  1. vicente llaneza

    Renta básica: lo imposible tarda un poco más.
    A nivel económico parece ser hasta rentable. Como decís vosotros, la incorporación del potencial del colectivo «hijos de familias en exclusión social»…

    Quizás renta básica pero sin a cambio salud pública no gratuita.

    Renta básica a cambio de algo social- compromisos a determinar: la experiencia de Brasil dice que invertir en renta básica aumenta incluso el pib de la nación.

    Hay muchos grupos trabajando en ello. Cada vez menos imposible. Además dicen que es un derecho constitucional verdad,

    Y los paradigmas viejos, se caen con la fuerza de los nuevos

    gracias por vuestras aportaciones

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  2. Kahuna

    El tema de la renta básica es muy complejo. Se tiene que tener en cuenta que quienes reclaman ese derecho, también reclaman que deberían seguir existiendo los servicios públicos (educación, sanidad, desempleo, pensiones, etc.). ¿cómo? aumentando aun más la presión fiscal. Toda una auténtica locura.

    El quid de la cuestión es si el sector privado puede provisionar los mismos servicios a menor precio, y ofrecer la misma o superior calidad.

    Un ejemplo muy evidente de que sí, es el sector de la educación. De acuerdo a EuroStat, el gasto público promedio por alumno de todos los niveles está en torno a los 7.500€, mientras que en el sector privado no concertado, en torno a los 3.600€, incluyendo terceros servicios (transporte, comedor, etc.):

    http://www.ine.es/jaxi/tabla.do?path=/t13/p460/2011/l0/&file=02001.px&type=pcaxis&L=0

    Un libro reciente y que abre los ojos ante realidades que no sabíamos que existían, es el de Juan Ramón Rallo, «Una revolución Liberal». En él se nos indica, entre otras muchas cosas, cómo se gestionaría un país en el que cada ciudadano sería responsable del costo de los servicios a los que accede: carreteras, transporte, servicios, etc.

    Un capítulo se dedica al esfuerzo fiscal de un mil eurista.

    NOTA: todo lo que expongo a continuación es análisis propio mediante el uso de la renta bruta de un mil eurista extraída del libro del profesor Juan Ramón Rallo.

    Y una cosa que no sabemos es que un mil eurista, uno de los casos peores en cuanto a renta en nuestro país, tiene un salario bruto real en torno a los 21.000€, incluyendo el 28% de cotizaciones sociales a «cargo» del empresario.

    de acuerdo a la siguiente tabla (fuente: INE 2011), solo el 1,38% de la población tiene un salario menor a un mil eurista:

    http://goo.gl/3wggrM

    Una familia de dos ciudadanos mil euristas, perciben un salario bruto real de 42.000€ anuales.

    La educación privada de un hijo está en torno a los 3.600€/anuales de media (fuente INE). Un seguro sanitario en Suiza, cuyo sistema es 100% privado, con cobertura total, en torno a los 120€/mes, lo que sería una provisión para la familia de 4.300€/año (obviamente para poder recibir todas las coberturas necesarias, incluso las más caras y raras, se necesitan ciudadanos capitalizando el seguro desde muy jóvenes).

    42.000 – (4.300 + 3.600) = 34.000€.

    Con un ahorro de un 20% para una futura pensión (8.000€), por capitalización a una rentabilidad media del 5% anual (perfil de muy bajo riesgo), por interés compuesto, se obtiene que los padres capitalizan después de 40 años, en torno al 1.000.000 de €, que en capacidad de compra de 2014, equivale a retirarte con 500.000€.

    34.000€ – 8.000€ = 26.000€

    es decir, después de haber provisionado pensiones (¿una pareja de mil euristas podrá acceder a esa pensión con un seguro público?), sanidad y educación, a la familia de mil euristas (repetimos, un caso peor de rentas en nuestra sociedad), seguiría teniendo una renta disponible de 26.000€.

    Una hipoteca de una vivienda de 150.000€, a un 4% de interés a lo largo de 35 años, supone una mensualidad de capital + interés de 665€ x 12 = 8.000€

    26.000€ – 8.000€ (hipoteca) = 18.000€ de renta disponible anual para vivir.

    Suponiendo un gasto del PIB para servicios esenciales, como justicia, seguridad, etc. en torno al 10%, esto significa que nuestra renta disponible para la familia de mil euristas se encontraría en torno 16.200€. Si fuera del 20% PIB, su renta disponible sería en torno a los 14.400€.

    el radicalmente mentira que nuestra sociedad esté compuesta mayoritariamente por familias e individuos pobres. Porque lo que consideramos pobre, es un mil eurista cuyo salario bruto real son en torno a los 21.000€ anuales. Son los Estados quienes nos hacen pobres.

    El quid de la cuestión es que quienes defienden la renta básica universal, defienden el tener libertad de elección a la hora de colaborar con la producción que genera esa renta básica. Es decir, poder adquirir esa producción sin tener que trabajar por ella de por vida. O dicho de otra manera, que otros produzcan para mi, como buen extractor de rentas.

    saludos

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  3. Silvio

    ¿Quiere usted decir que actualmente el dinero para los servicios sale del aire…?
    Los servicios se pagan con nuestros impuestos y no hay ninguno en regimen de gratuidad,como usted comenta.
    A partir de ésto el resto del artículo pierde sentido.

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  4. Borja

    Hay dinero suficiente para pagar con dinero público la Sanidad, Educación etc… y para, además, una renta básica. Y sobra. Lo que hay que eliminar son los ladrones. Fin de la historia.

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  5. José Luis Ferreira

    Si le damos a cada individuo lo que cuesta su educación, su sanidad y su pensión se quedará como estaba si se lo gasta en eso mismo. Si no, quedará desatendido. Entonces, o se admite esto o se espera que los costes de una educación, sanidad o ahorro para pensiones sean menores en una gestión privada. Solamente ese posible ahorro sería beneficio para las familias.

    Creo los proponentes de renta básica se refieren más bien a seguir manteniendo los servicios (o por lo menos gran parte) y además dar una renta básica, de unos 400 euros por adulto, de manera que la educación, la sanidad y la pensión mínima estén cubiertas y sean universales y que cada individuo tenga la posibilidad de sobrevivir incluso si no trabaja y de vivir con un poco de deshago si trabaja algo. Hacen falta para ello unos 130 mil millones extra de impuestos. Eso sin tener en cuenta los efectos que la medida tenga en las decisiones de trabajar más o menos.

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  6. Kahuna

    @don José Luis Ferreira,

    si le damos a cada individuo lo que cuesta su educación, su sanidad y su pensión, no se quedará como estaba, sino que podrá modular sus preferencias y libertad de elección, cosa que hoy en día no existe.

    Si a un individuo le damos lo que cuesta su educación, podrá elegir qué colegio o universidad llevar a sus hijos, repercutiendo positivamente no solo al ciudadano, sino recompensando a aquellos colegios que mejor estén realizando su trabajo. Los mejores sistemas educativos sobreviven y crecen, los peores desaparecen ¿ocurre esto hoy en día? creo que no. Es más, si eres de los que más aportas al sistema, eres de los ciudadanos con menos derechos para elegir colegio, por citar un simple ejemplo. ¿tienen los profesores mecanismos de mercado e incentivos para mejorar en su profesión? ¿tiene el sistema incentivos para adaptarse a las nuevas preferencias de los padres?

    Si le damos a cada individuo lo que cuesta su pensión, no se quedará como estaba. Es imposible que alguien se pueda quedar como estaba cuando pasa de no poder gestionar su pensión, a poder realizarlo. De estar en manos de decisiones políticas lejanas a su capacidad de influencia, a estar en manos de tus propias decisiones. A decidir cómo, cuando y por cuanto retirarte, a estar sujeto a las decisiones cerradas del ‘sistema’. ¿por qué un trabajador tiene que ceder un 32% de su salario bruto (contingencias comunes)? ¿por qué no puede ser un 20%? ¿por qué no puede capitalizar su pensión en una inversión de bajo riesgo por interés compuesto?

    en relación a la bajada de costos, en la educación privada en España, ya tiene un costo por alumno que es la mitad que la educación pública. Datos del INE:

    http://www.ine.es/jaxi/tabla.do?path=/t13/p460/2011/l0/&file=02001.px&type=pcaxis&L=0

    Lo siento mucho, pero creo que decir que un ciudadano se quedaría igual si se le devolvieran sus competencias vitales, no tiene sentido. Es como decir que un ciudadano se quedaría igual si se le devolviera lo que cuesta su alimentación, ya que la provisión es pública.

    un cordial abrazo profesor Ferreira

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  7. Guillermo Ruiz

    En vez de la renta básica prefiero el impuesto negativo de la renta, pues preserva mejor los incentivos laborales. Sería como el impuesto de la renta con porcentaje fijo y mínimo exento pero en doble sentido. Una vez estés por debajo del mínimo comenzarías a recibir progresivamente en vez de pagar. Al contrario que con la renta básica la transición es gradual y provocaría menos economía sumergida.
    http://es.wikipedia.org/wiki/Impuesto_negativo_sobre_la_renta

    No hace mucho leí otro artículo sobre un estudio que señalaba que no es mala idea otorgarle al pobre poder de decisión:
    http://politikon.es/2014/01/20/solucionando-la-pobreza-con-dinero/

    En todo caso sería una revolución en la administraciones, contaría con la férrea oposición de los actuales ganadores del status quo, comenzando por los políticos que prefieren ser intermediarios entre el que paga y el que recibe (por motivos obvios). Si en el aspecto técnico e institucional es muy interesante, en el aspecto político es una tarea francamente difícil de hacerla posible. Por no mencionar que el elector medio español está acostumbrado a una imagen del estado paternalista.

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  8. Abel Fernández

    Silvio,

    Con «gratuidad» me refiero al disfrute de servicios públicos sin pago de ninguna tasa. No todos los servicios públicos cumplen, por cierto, este régimen. Por ejemplo, pagamos una tasa por recibir agua en nuestra casa. Y, cuando Telefónica era pública, pagábamos también una tarifa.

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  9. Abel Fernández

    José Luis,

    Aunque el artículo flirtea con un escenario extremo -para conocer el posible alcance de una medida así-, la sanidad y la educación suponen aproximadamente el 7% y el 6% del PIB. En los números que planteo se incluye a los menores asumiendo que van a gastar gran parte de su «renta básica» en sanidad y edudación, por lo que sí, su situación final sería parecida. Y la sanidad debería permanecer a buen seguro pública.

    Pero desde ese 13% «intocable» (con razón) del PIB hasta el 44% que gasta actualmente nuestro sector público existe un amplio margen, y la idea de la renta básica es sustituir todo lo que sea discrecional por una transferencia incondicional.

    Puede ser irrealista dada nuestra estructura política, pero no quiere decir que no pueda ser óptimo.

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  10. Enrique Masiá

    Pero si cada españolito que nace, ya lleva bajo el brazo una Renta Básica NEGATIVA, en forma de deuda, del orden de unos 22.000 €!

    Resultado de dividir la Deuda Pública actual (96% del PIB) por los habitantes del país.

    ¿De dónde saldrían los recursos para pagar esta Renta Básica permanente? ¿De más deuda? ¿De más impuestos? ¿Con un Estado mayor y más intervencionista? ¿Gestionado por quién? ¿Por la actual clase política?

    Estos utópicos planteamientos olvidan que el Estado no genera riqueza, sólo la (mal) administra e intenta redistribuirla, normalmente no en beneficio de los más necesitados, si no de la clase dirigente.

    Sólo en una sociedad de personas libres y responsables, bien formadas en criterios éticos y solidarios, donde todos aportemos nuestro esfuerzo a la misma a través de relaciones de intercambio libres y no coactivas, en régimen de absoluta igualdad de oportunidades, con un Estado mínimo que se limite a evitar situaciones abusivas, encontraremos la solución.

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  11. JOSE LUIS FERREIRA GARCIA

    Kahuna: creo que estaba claro en mi comentario que me refería a quedarse como estaba en términos de renta, no a satisfacción u otra cosa. Si el Estado se gasta en él 100 en educación y ahora le da esos 100 y el individuo se los gasta en educación, de ahí no saca nada para comer ni para alquiler, independientemente de que su educación sea mejor o peor. No decía nada más que eso. La motivación de los promotores de la renta básica, según entiendo, es garantizar que cada individuo tenga cubiertas sus necesidades mínimas, y eso incluye casa y comida.

    Abel: Gran parte de ese margen se te va en pensiones, prestaciones por desempleo, intereses de deuda (en España ahora) y otras partidas con poco margen.

    No estoy negando la posibilidad real de hacer algo así, pero sí advirtiendo que no será tan fácil. Habrá que jugar con la reducción de la prestación por desempleo, sacar a los pensionistas del plan (i.e.: la renta básica no se acumula a las pensiones), dar a los menores la mitad de la Renta Básica…

    Hay quien dice que también podemos sacar a los funcionarios por la vía de reducirles el sueldo por exactamente la cantidad de la Renta Básica. Podrá hacerse en los casos en que estén mejor pagados que lo que les correspondería en el mercado, pero no puede ser general: en el sector privado ganarían su sueldo y la renta básica.

    Falta saber el efecto en el mercado de trabajo: cuánta gente dejará de trabajar (y de producir y de pagar impuestos con los que financiar la Renta Básica). Solo he visto argumentos teóricos de lo que a uno le gustaría o lo que uno teme, pero ninguna simulación con datos empíricos.

    Responder
  12. Abel Fernández

    José Luis,

    En este ejercicio de «economía-ficción» se contempla también una sustitución de las prestaciones por desempleo y pensiones por la renta básica. Partiendo de la situación actual es irreal por las prestaciones ya «prometidas», pero desde el punto de vista del ciclo vital podría tener sentido. Todo individuo seguiría disfrutando de la renta básica durante su jubilación, así que durante su vida debería ahorrar para complementar dicha prestación. Ello supondría un mayor gravamen relativo de las rentas altas (que ahora generan derechos de cobro mucho mayores), pero quizás entonces podría rebajarse el «cap» superior de la cotización a la SS y subir algún impuesto indirecto (IVA, hidrocarburos).

    Pero en fin, es cierto que es imposible ahora mismo. Parte del objetivo del artículo es hacer conscientes a sus defensores que una renta básica de una cierta cuantía implicaría a renunciar o hacer de pago muchos servicios públicos.

    Responder
  13. Juan

    Cuando oigo renta basica, lo que entiendo es que en vez de que haya una redistribucion/gestion de la riqueza en especies (es decir, que nos den la educacion, incluso a los mas pobres); hay una redistribucion monetaria y desaparece la gestion.

    Eso ha sido experimentado en algunos poblados africanos y ha funcionado:

    http://www.amazon.com/Aid-Trap-Truths-Ending-Poverty/dp/0231145624

    http://www.npr.org/blogs/money/2009/11/podcast_a_marshall_plan_for_af.html

    Teoricamente hablando, es mucho mejor que el gobierno redistribuya dinero que no cree escuelas.

    Por otra parte, limitaria politicas keynesianas en un entorno de deflacion. O no?

    Deberias tambien hacer otro articulo listando los inconvenientes 😉

    Responder

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