¿Alguien ha pensado en algún Plan para España?

22 diciembre 2014

La semana pasada el Instituto Nacional de Estadística (INE) publicó los datos provisionales de su estadística sobre I+D correspondiente al año 2013. La intensidad tecnológica (I+D sobre PIB) en España ha vuelto a caer, del 1,27% en 2012 al 1,24%. Un ridículo y vergonzoso 1,24%, a un abismo de distancia de la media de la Unión Europea (1,96%).

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Este dato es catastrófico. ¿Todo el mundo está tranquilo? ¿Nadie tiene nada que decir? Creo que la sociedad española no es en absoluto consciente de lo que esto significa. Las inversiones en I+D de hoy anticipan la capacidad competitiva y exportadora del futuro. Invertir en I+D implica disponer de productos más sofisticados, más diferenciales, de mayor valor añadido y con mayor penetración en mercados avanzados. Generar mayores márgenes, mejores salarios, mayor capacidad de reinvertir y de generar riqueza y bienestar social. Este indicador visualiza el triste futuro que nos espera. Deberíamos indignarnos con la pasividad política, empresarial, sindical y mediática ante datos vergonzantes como este…

¿Pero no! No nos damos cuenta del pozo en el que nos estamos metiendo. Para clarificar dónde estamos, veamos algunos datos:

España está cayendo en su inversión en I+D sobre PIB desde 2009 (en que se llegó a un máximo de 1,39% -máximo, por otra parte, ridículo e impropio de un país de la Europa Occidental-). Finlandia invierte el 4% en I+D/PIB. Suecia el 3,41%. Alemania y Dinamarca se sitúan en el 2,9%. Austria en 2,84%. Islandia en 2,40%. Francia en 2,26%. Holanda en 2,16%. Reino Unido en el 1,72%. Portugal ya se desmarca de España, con el 1,50%. E incluso países aparentemente emergentes han realizado serias apuestas estratégicas en su avance hacia la economía del conocimiento: Eslovenia invierte nada menos que el 2,80% de su PIB en I+D. Estonia el 2,18, y la República Checa el 1,88%

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A nivel internacional, Estados Unidos llega al 2,79%. Corea del Sur destina el 4,36%. Y China, la supuesta fábrica barata del mundo, el teórico proveedor de recursos de bajo coste se sitúa en el 1,98%, superando a la Unión Europea. ¿Alguien cree que China es un país atrasado? China quiere liderar el mundo mediante investigación y tecnología. La intensidad tecnológica china es ya ¡un 59% superior a la española!, y ha superado a Japón en inversión absoluta en I+D. Si no despertamos, seremos nosotros los que pronto fabricaremos aquí sus zapatos por un plato de arroz.

Pero aquí sigue sin pasar nada. No hay un plan (de emergencia) nacional para activar inmediatamente la I+D como fuente de competitividad y cambiar de una vez por todas el modelo productivo. Rodamos lenta y pasivamente hacia el Tercer Mundo. ¡Y no pasa nada!

¿Nadie tiene un plan? Ante una emergencia, o ante la fijación de unos objetivos (La Unión Europea pide a los estados miembros que lleguen al 3% de inversión en I+D sobre PIB en 2020), el sentido común y la gente sensata suelen plantear un plan de acción. Esto es, desplegar un conjunto de actividades secuenciadas en el tiempo para conseguir alcanzar esos objetivos. Pero me temo que nadie traza un plan porque nuestros gobernantes, políticos, representantes empresariales, sindicales y líderes de la sociedad civil creen que despertar la I+D es cosa del mercado y… ¡Oh! ¡Qué mala suerte! El mercado no invierte en I+D… (Además, eso no da votos)

Si consideramos que la inversión en I+D en España ascendió a 13.052 millones de euros en 2013 (el 1,24% del PIB), y que deberíamos llegar al 3% en 2020 para situar nuestra competitividad dentro de los parámetros medios de la Unión Europea, significa que deberíamos invertir anualmente un total de 31.587 M€ (suponiendo PIB constante). Es decir, debemos inyectar cada año 18.535 millones de euros extras en I+D a nuestra economía. Más que doblar la inversión actual. ¿Cómo lo hacemos? Se me ocurren algunas posibilidades:

… No hacer nada y esperar que lleguemos a ese nivel de inversión espontáneamente (estrategia actual). Al fin y al cabo, (para algunos) es responsabilidad del mercado (las empresas) hacerlo solitas, cuando quieran. No hace falta estimularlas. Total, sólo hay cinco millones de parados en España, y también es responsabilidad de las empresas crear empleo. No hacen falta políticas públicas, el mercado es inteligente. Ya activará I+D y creará empleo un día u otro. El problema es que, con las tasas de crecimiento de la inversión de la última década, llegaremos a cumplir los objetivos europeos (3%) no en 2020, sino… ¡en 2084! Bueno, quizá entonces ya no haya paro.

… Seguir desarrollando políticas de I+D similares a las actuales. Básicamente, inyectar recursos a la investigación pública. Hemos oído en muchas partes que la investigación genera riqueza, ¿no? Pues investiguemos. Podemos cubrir el gap de 18.535 millones de euros de inversión en I+D que necesitaríamos para llegar al 3% sobre PIB creando nuevos centros de investigación públicos. Deberíamos entonces generar unas 230.000 nuevas plazas de funcionarios (profesores universitarios y personal de centros de investigación). Más o menos multiplicar por cuatro las plantillas y los presupuestos públicos actuales. Saturar el país de investigadores públicos. ¿Sería posible, dado el estado de las cuentas públicas? ¿Sería una estrategia válida? ¡Ah! ¡Claro! Luego toda esa investigación debería “transferirse” al tejido productivo para convertirse realmente en crecimiento económico. Cosa que no ha funcionado jamás, en ninguna parte.

… Desarrollar de una vez por todas políticas de demanda. Hacer “algo” para estimular la capacidad que absorba el desarrollo de tecnología de nuestras empresas, y su trabajo cooperativo con centros de investigación y universidades públicas. Destinar 6.000 millones de euros a financiar proyectos empresariales de investigación industrial, de muy alta tecnología, especialmente en PYMEs. Proyectos que deberían tener los siguientes requisitos:

  • Reto científico-técnico de frontera
  • Elevado riesgo tecnológico (de tal modo que aseguremos que el mercado, solo, no ejecutaría ese proyecto)
  • Impacto real en la economía y creación de empleo de calidad
  • Trabajo en consorcio con universidades y centros de investigación (generando relaciones de confianza entre los agentes)
  • Efecto multiplicador 1 a 3. Por cada euro público, se exigiría la movilización de un mínimo de 3 privados.

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Con ello, inyectando 6.000 millones de euros públicos a proyectos industriales, se conseguiría movilizar un mínimo de inversión privada en I+D de 18.000 millones adicionales. Justo lo que necesitamos para situarnos en los objetivos europeos. ¿Es algo imposible? 6.000 millones de euros son menos del 5% de los Presupuestos Generales del Estado. O sólo una cuarta parte del rescate de Bankia. Ése es el esfuerzo que se debería realizar para empezar a inducir, de verdad, un cambio de modelo competitivo. No es cuestión de recursos. Es cuestión de desconocimiento y de falta de voluntad política.

La crisis que sufrimos no es tanto de exceso de gasto público como de déficit de inversiones estratégicas en proyectos tractores en I+D ¿Alguien tiene un plan? Por favor, que nos lo expliquen y que lo pongan en marcha…

FOTOS vía Shutterstock

Artículo escrito por Xavier Ferrás

Profesor de Dirección de Operaciones, Innovación y Data Sciences de ESADE

6 Comentarios

  1. Juan

    Xavier,

    Ayudame a salir de me ignorancia:

    – Los datos de I+D son globales? (i.e. incluyen empresas y gobierno)

    – Cuales son los mecanismos por los que el I+D en que invierte el gobierno es rentable para la sociedad. Por ejemplo, que beneficio tenemos si hay en Espanya se publican un monton de articulos en ciencia basica?

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  2. Xavier Ferràs

    Juan,

    Sí, los datos incluyen I+D privada y pública. En un sistema de innovación avanzado, la I+D pública es 1/3 de la privada. No porque se invierta poco en I+D pública, sino porque cada euro público moviliza 3 de privados.

    En España, no. De los 13.000 M€ de inversión en I+D, aprox el 50% es pública. Nuestro sistema está escorado hacia el gasto público que NO dispara inversión empresarial (los artículos que tú comentas).

    Y eso es lo que todos los ciudadanos deberíamos preguntarnos: ¿invertir ese esfuerzo público sólo en políticas de oferta (que van a generar publicaciones), sin prácticamente políticas de demanda (soporte a proyectos de I+D empresarial) no hace más competitivos?

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  3. Juan Tatay - silta

    ¿Y si la inversión pública no se transfiriera? Al ser pagadas con fondos públicos se pusiera a disposición de las empresas. Eso generaría entre ellas más competencia en igualdad de condiciones. Como un entorno de innovación abierta. Y evitaría que las grandes grandes empresas sólo invirtieran en I+D para beneficiarse de los programas de incentivos fiscales a la I+D… como me temo que es el caso.
    Yo no se de muchos grandes hallazgos de nuestras empresas del Ibex 35, pero todas invierten mucho en I+D y consiguen pagar pocos impuestos.
    Las inversiones, a través de una adecuada lucha contra el fraude fiscal, deberían suponer retorno al «estado».
    Y, en un mundo ideal, la creación de nuevas empresa competidoras en condiciones de igualdad, estimuladas con el abaratamiento de los costes salariales (no de los salarios) y con acceso a nuevas tecnologías facilitado, deberían poder crear más empleo.
    Ahora la transferencia de tecnología sólo queda en manos de los financieramente más fuertes…
    Estoy de acuerdo en que no se puede para de investigar y que la I+D es realmente una inversión de futuro… pero las condiciones de la opción C necesitan mucha más concreción (supongo que algo como H2020 o algo así iría por ahí ¿no? –no soy un experto, ojo–).
    Interesante artículo.
    Gracias.
    Y gracias Sintetia…

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  4. Xavier Ferràs

    Querido Juan,

    Gracias por tus aportaciones y por tu interés.

    El foco de las políticas de I+D no han de ser las grandes empresas, que ya tienen recursos propios para financiar su investigación. El foco son las PYMEs.

    La innovación no es un proceso lineal. No es eficiente investigar en una parte (universidad), e intentar que una parte de ese conocimiento se transfiera a la industria. Este paradigma se ha mostrado erróneo en todas partes. Los países que despuntan en innovación lo han hecho porque han invertido el paradigma: parte de los recursos van a financiar proyectos de I+D en empresas, subcontratando en todo caso a centros de investigación. La I+D parte así de necesidades reales. Por supuesto, el proceso debe centrarse en generar efecto adicional y evitar el desplazamiento de fondos privados (financiando sólo proyectos de muy alto nivel científico, en empresas que no dispondrían de recursos para hacerlo).

    Se pueden construir mecanismos de retorno. En Israel, por ejemplo, el gobierno recibe royalties de los proyectos que tienen éxito, creando un fondo de desarrollo industrial que se realimenta a sí mismo.

    De todos modos, lo que no me deja dormir no es que algunas empresas se lleguen a beneficiar de desgravaciones por I+D o similares. Lo que me quita el sueño es la incapacidad congénita de nuestro país de crecer y crear empleo de calidad.

    Y te aseguro que la fórmula que propongo no es creatividad personal: la he visto, analizado y estudiado en la mayor parte de países de referencia (Alemania, USA, Finlandia, Corea, Israel…). Y siempre es lo mismo: apoyo agresivo a la I+D industrial, especialmente en PIMEs.

    Un abrazo y feliz Navidad!

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  5. Miguel Carrion

    Estimado Xavier, la realidad del porqué no se invierte en I+D, la saben quienes hasta ahora han disfrutado de ella, un privilegio para muchos que han vivido del I+D. El rendir cuantas de los resultados de este dinero público durante años ha sido una carta cerrada. Hablamos de España, de sus Universidades y Comunidades. Las empresas grandes han sabido durante años arrasar con las disponibilidades económicas moviendo a sus lobbies, evitando así tener que exponer sus recursos porpios. El I+D ha sido pare muchos el “vivir de la subvención” y mas de la deseados con matrices extranjeras.
    El poder político de los gobiernos centrales y de la comunidades ha manejado el grifo de la ayudas públicas como otra arma mas para contentar a los suyos. (Que se lo pregunten a las PIMEs en su calvario discriminatorio para lograr ayudas importantes en I+D). . En el caso de recursos para universidades el retorno supuestamente en primer lugar es para ampliar curricular académico y creación de patentes de cursos sin retorno para las arcas públicas.
    Seamos serios. Ojalá la cacareada transparencia descubra derroches, aprendamos de ellos y tomemos la iniciativa de poner de una vez por todas el I+D, en la rampa de la eficiencia para el bien común. I+D no es un modo de vida para unos pocos y si una potente herramienta para aplicar en cosas que generen lo prioritario para este país: Puestos de trabajo.
    Con toda seguridad, en los países mencionados, los responsables de justificar las ayudas en I+D, ya se guardaran de no responder con resultados positivos… ¿o no es así?
    A todos los “sintetinaos”, Feliz 2015… año en que muchas cosas van a cambiar.

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    • Javier García

      Gracias Miguel, por tu aportación!
      Abrazo y feliz año

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