Libertad económica, libertad de prensa y desarrollo humano (II): la valiosa interacción con los lectores.

10 junio 2014

FreedomEl pasado mes de mayo se publicaba en Sintetia “Libertad económica, libertad de prensa y desarrollo humano. Un pasatiempo analítico”, donde trataba de poner en perspectiva el concepto de libertad económica que se define, valora y ordena en el ranking que regularmente publica la Fundación Heritage.  Para ello me propuse ponderar, de manera muy sencilla y poco académica, los 50 primeros países de dicho ranking con otro muy llamativo, el de libertad de prensa, así como con el Índice de Desarrollo Humano.

Como apuntaba entonces, los cambios de posición en ese “top 50” tras el proceso de ponderación resultaron llamativos, más acordes con mi concepto de libertad económica bien entendida e implantada: aquella en la que no sólo las transacciones económicas están libres de trabas y aseguradas jurídicamente, sino donde el resto de libertades civiles disfrutan de un elevado grado de madurez en su ejercicio, materializándose todo ello en una ciudadanía próspera, longeva, saludable y bien educada.

El resultado final fue el siguiente (cuanto menor es el número, mejor):

Ranking final

La entrada tuvo muy buena acogida, y lo que es mejor, propició una fantástica interacción con los lectores, en forma de críticas, ideas y propuestas. Uno de ellos, Isidro, señaló que el artículo se complementaba muy bien con una entrada de Juan Luis Redondo en HayDerecho, titulada “¿Crisis de la democracia o crisis del buen gobierno?”, donde el autor analizaba los perfiles económicos y democráticos de Rusia y China, dando lugar a un enriquecedor debate. Les recomiendo encarecidamente su lectura.

La pregunta clave que se suscitaba, en este caso, era: ¿puede haber libertad económica con poca democracia o falta de libertades? Juan Ramón Rallo, desde su perfil de Twitter, afirmaba sin dudar que sí, aunque no se trataría de una situación ideal. Bastantes participantes discrepaban de ese punto de vista. Yo también. Por su parte, mi apreciado Daniel Lacalle incidía en un aspecto clave: el desconocimiento general sobre el verdadero significado de «libertad económica».

libertad

Algunos lectores, con buen tino, echaban de menos el tratamiento temporal de los datos (evolución de los rankings anuales), lo que, en efecto, mermaba la calidad de las conclusiones. Otros, como Javier Poveda, sugerían ponderar adicionalmente el nuevo índice con otras clasificaciones, como el el CPI (Corruption Perceptions Index). A este respecto, Javier nos apunta:

Ya imaginaba que Nueva Zelanda, Suecia, etc. estarían en el top 10 de casi todo. Me picaba más la curiosidad por las excepciones. Creo que la relación entre unas puntuaciones y otras nos la van a revelar esos países que viven situaciones excepcionales con respecto a los demás.

Me encantaría vislumbrar cómo incide el hecho de tener más libertad económica o intervención estatal; corrupción o transparencia; democracia o régimen presidencialista; libertad de prensa o no, etc…. en la calidad de vida y bonanza del país.

Totalmente de acuerdo en que el «podemos» empieza por nosotros mismos y por dejar para nuestros hijos un país donde si te esfuerzas obtienes tus frutos.

Ahora mismo acabo de llegar de Europa del Este a Emiratos (donde trabajo desde hace unos meses), y previamente estaba (aún voy periódicamente) en China. Coincido también en que España no es el sitio al que volver si lo que quieres es prosperar y crecer en tu carrera internacional. No es resentimiento, es puro pragmatismo de alguien que concibe que su tablero de trabajo es global.

Parafraseando a Josu Ugarte: el mundo no está en crisis, España sí. Ni el mundo, ni los profesionales, ni los arquitectos, ni el capitalismo, ni todas esas chorradas que se dicen. Lo que sí está en crisis es un modelo que no valora el esfuerzo y las capacidades individuales (ni las alienta, ni las motiva ni las hace crecer) diluyéndolo todo en una «compensación» absurda, que al ser inviable se endeuda hasta el infinito…

Dejo para el final la aportación más entusiasta, a cargo de un ávido lector y activo tuitero, Lorenzo Trader, que a las clasificaciones ya consideradas en nuestro artículo inicial, y recogiendo el testigo de Javier, añadió otras relevantes: el Doing Business, el Informe PISA, el ya citado Índice de Corrupción, el ranking Bloomberg de sistemas sanitarios y ranking de contaminación que ofrece la Organización Mundial de la Salud. Un paciente trabajo de recopilación y ordenación que finalmente se muestra en la tabla siguiente (de nuevo, los países ordenados de menor a mayor puntuación, cuanto menor, mejor). Aunque no hay cambios dramáticos, se detectan movimientos muy interesantes y tenemos un nuevo líder global, Nueva Zelanda:

Como verán, sólo hemos presentado el dato y la ordenación finales, al no haber espacio para todas las columnas en el artículo.

nz2

Dejamos a los lectores el análisis comparativo detallado de países. Cabe mencionar que España ha escalado posiciones, ocupando un digno pero muy mejorable lugar en la mitad de la clasificación.

Sobre la nueva ordenación obtenida, Lorenzo nos comenta:

El primer artículo publicado en Sintetia fue para mí una magnifica sorpresa: por fin alguien más trataba de pasar como yo el tiempo creando rankings de países, para encontrar «la nación perfecta».  Me encantan todos esos rankings y, sobre todo, formar en mi mente el concepto de «un refugio ideal donde ir a vivir si tuviera elección».

Además, hoy (27 mayo 2014), dos días después de las elecciones europeas, esa necesidad de soñar mundos mejores, culturas mejores, valores mejores, es todavía más urgente. Si antes constituía un pasatiempo, ahora podría transformarse incluso en un plan de fuga.

¿Qué queremos de un país “perfecto”? Yo pensaba que todos buscábamos, más o menos, valores muy parecidos, pero me he dado cuenta de que hay una gran diferencia entre la teoría (las palabras) y los hechos. Los valores que muchos de nosotros queremos en nuestra esfera vital individual, para otros muchos NO son prioritarios a la hora de cohabitar en sociedad.

Sin duda la libertad, en todas sus formas, es para mí lo más importante, porque que hace posible lo mejor que el ser humano es capaz de alcanzar. Estamos hablando de crear, de emprender, de generar riqueza para uno mismo y para los demás. También de respetar el entorno natural, manteniendo el justo equilibrio con la iniciativa empresarial. Para ello, es necesario asimismo tener un Estado limitado que se entrometa lo menos posible en la vida de los ciudadanos, además de la necesaria seguridad jurídica.

Gracias a ese primer artículo, me puse en marcha y empecé a ampliar resultados, a buscar más rankings y a incluir otros valores positivos que a mi entender resultaban básicos para que una nación pudiera desarrollarse de manera sana, próspera y feliz. En mi cabeza ya tenía a Nueva Zelanda como mi “país perfecto”, y esa confirmación me la dieron los números, proporcionándome una gran satisfacción.

Me gustaría que España fuera más como Nueva Zelanda (y quisiera ser menos como  Venezuela, como pretenden algunos). Creo que somos muy capaces de ello. A nuestra manera, con nuestra propia cultura, podríamos convertirnos en una gran nación generadora de riqueza.

Soy padre, y pienso en qué tipo de país vivirán mis hijos. Me asusta ver el nivel de envidia, de ganas de vivir a expensas de los demás que se están gestando en este país. Y me asusta todavía más la incapacidad de aprender de nuestros errores: haber vivido una de las mayores crisis económicas de nuestra historia y seguir insistiendo en las mismas ideas de más gasto, más Estado, más control, más impuestos, más «que paguen los ricos»… ¿En serio, no hay otra alternativa?

Casi todos conocemos a alguien que ha se ha marchado al extranjero y que muchas veces dice: «¿volver a España? ¡Ni loco!». Alemania, Reino Unido, Estonia, Estados Unidos… ¿Por qué resultan tan atractivos? Piensen en ello.

Este nuevo divertimento en forma de ranking que hemos creado no tiene ninguna validez científica, pero puede servir para abrirnos los ojos y hacernos pensar en entornos mejores. Abrir la mente hacia otras culturas, a otras maneras de hacer las cosas y de vivir como sociedad.

«Como en España en ningún sitio», dicen. Hagamos que tal dicho siga vigente. En todas partes existen problemas y dificultades. Muchos de esos lugares todavía siguen cerrados a «lo de fuera». Pero existen países más jóvenes, más pequeños, más habitables, que se han desarrollado sin demasiados complejos y sin ese aire algo snob y soberbio de las viejas naciones.

Hablo con conocimiento de causa. Soy italiano; he visto como una nación que hace siglos era grande,  vive ahora de recuerdos, contemplativa y resignada. Temo que también esté pasando lo mismo con España.

Necesitamos despertarnos y confiar en nuestras fortalezas, en nuestras enormes capacidades desaprovechadas. Sólo así «podremos» vivir mejor. Al final, nos los agradeceremos a nosotros mismos, únicos y verdaderos timoneles de nuestro destino.

En fin, poco más que añadir, sólo lo que quieran ustedes aportar a partir de ahora. Coincidirán conmigo en que el espíritu de esta casa propicia la creación de valor añadido. Esta entrada es un excelente ejemplo. El esfuerzo de quienes escribimos en Sintetia, compartiendo conocimientos e inquietudes, se enriquece con quienes nos leen, nos aplauden, nos critican, nos rebaten, nos sugieren nuevos caminos e ideas alternativas;  con todos ellos crecemos, mejoramos y nos hacemos grandes.

Por todo ello, muchas gracias. Nos leemos en la próxima entrada.

Artículo escrito por Sebastián Puig

Analista del Ministerio de Defensa

7 Comentarios

  1. Plácido Ortega

    Creo que faltan los índices de ránking sobre el nivel universitario e índices sobre escuelas de negocio.

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  2. Isidro

    Enhorabuena por la buena acogida del primer artículo y gracias por ambos y por la mención. Dicen que las segundas partes nunca fueron buenas, pero en la suya hay que hacer una excepción. Las conclusiones me parecen fantásticas y las comparto plenamente. Muy enriquecedor el debate y hay que alabar la humildad e inteligencia del autor al integrarlas con buen acierto.

    Saludos

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  3. Sebastián

    Gracias a ambos.

    Plácido: este ejercicio podemos alargarlo hasta en infinito, pero algunos de los índices que contemplamos ya incluyen valoraciones educativas. Los resultados cambiarían poco.

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  4. jose-antonio marín jimenez-ridruejo

    Hablar de libertas económica, libertad de prensa… es entrar en el laberinto de las libertades, donde políticos, economistas, sindicalistas, hombres de empresa (o de presa) nos darán caza inmisericorde. Hablemos mejor de Libertad, que engloba toda la vida. Luchemos por la Libertad, y nos alejaremos del camino de servidumbre… o de perdición.

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  5. Sebastián Puig

    Muy romántico, pero poco práctico, querido José Antonio. Vamos por partes y concretando. Una victoria hecha de logros sucesivos. Una cosa lleva a la otra. Saludos cordiales.

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  6. Aurelio

    Hay reflexiones interesantes en este post que merecerían un contraste.

    ¿Podrías publicar la tabla de índices como tabla en lugar de como una imagen? Así facilitarías el análisis de esos datos.

    Un saludo.

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  7. Sebastián Puig

    Querido Aurelio: tus deseos son órdenes…

    https://dl.dropboxusercontent.com/u/84444629/Rankings%20Indice%20Sintetia%20Libertad%20Economica%202014.xls

    Un abrazo

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