La crisis económica española ha tenido un enorme impacto en el sector de la construcción. Las tasas de crecimiento interanual muestran que el sector de la construcción había creado un 2,68% más de empleo entre 2006 y 2007. En tan sólo un año, la tasa de crecimiento se tornó negativa y superior al -20%. Esta tendencia negativa continuó en 2009 con un ajuste de destrucción de empleo superior al 13%.
1 de cada 2 empleos destruidos en España desde 2007 lo han sido en la construcción, lo cual conecta claramente con el gráfico de la evolución del empleo por edades. De hecho, en el año 2007, más de 345.000 jóvenes con menos de 25 años estaban empleadas en la construcción. En la actualidad no alcanzan los 124.000. Esto significa que 1 de cada 4 empleos destruidos en el sector de la construcción corresponden a jóvenes menores de 25 años. Este dato tiene una gran transcendencia para la política económica: en el momento más álgido del ciclo, el 13% del total de la población entre 16 y 25 años trabajan en la construcción. La construcción, por tanto, ha sido un gran atractivo para muchos jóvenes que han salido de los centros formativos para cubrir una demanda laboral creciente en la última década. El problema es que 2 de cada 3 de esos jóvenes no tienen hoy empleo y, posiblemente, han perdido una parte vital de sus oportunidades de formación.