Repartiendo carnets de emprendedores

3 abril 2017

No cabe duda de que en un sector tan hinchado como el de las startups, con un ecosistema tan variopinto en el que se mezcla ilusión, proyectos, juventud, y no nos olvidemos, intereses de muchos tipos, incluyendo por supuesto, el dinero, es muy dado a frases grandilocuentes y maximalistas. Estas frases las lanzan a diestro y siniestro gente que con la mejor intención quiere ayudar. Curiosamente, los mismos que son los primeros en denunciar la “burbuja emprendedora” en la que vivimos. Burbuja de la que ellos mismos forman parte y que han colaborado a crear. 

Una de esas frases que me gusta especialmente poco: nadie que nunca haya montado una empresa está en posición de dar consejos a un emprendedor. Esa era la idea principal de un artículo publicado hace unos días en Expansión.

Mucho respeto a todos los profesionales que aparecen ahí y aportan su opinión al respecto, aunque no pueda estar de acuerdo al menos con el tono del artículo.

Antes de empezar con mi réplica, me gustaría aclarar que no soy un emprendedor en serie de éxito. Mucho menos un gurú del emprendimiento. Aún así, creo no sentirme señalado cuando se hablan de personas que no han montado en su vida una empresa y se dedican a dar consejos a emprendedores. He participado de forma más o menos activa en el lanzamiento de varias startups. He emprendido en solitario. Me he dejado más dinero del que nunca reconoceré a mi familia en esas aventuras. Todo esto, desde luego, no me da el carnet de emprendedor que me permita dar consejos a emprendedores. Pero tampoco me quita legitimidad para dar mi opinión: no escuchar a quien no haya una empresa me parece un consejo pésimo.

De hecho, no sé dónde se reparten esos carnets de emprendedor que te dan derecho a dar consejos a otros emprendedores. Hace ya bastante tiempo, escribí aquí mismo un artículo medio en serio medio en broma sobre el sistema de castas del mundillo emprendedor, castas que por lo que se ve, siguen muy vigentes.

Bajo el prisma del artículo de Expansión, no me termina de quedar claro quién de verdad tiene carnet de emprendedor. ¿Son los emprendedores de éxito en serie? Sin duda, si alguien se lo merece son ellos. El problema es que estos son una rara avis en todo el mundo, y diría que más en España. En todo caso, estos emprendedores de éxito en serie no se prodigan en el consejo a otros. Suelen estar muy ocupados en conseguir el éxito en sus proyectos en serie (piensa en Musk por ejemplo).

¿Son aquellos que tuvieron éxito una vez y que viven de las rentas, o peor, no saben muy bien por qué lo consiguieron? Estos, en cambio, sí que suelen estar más activos en la “escena startupera”. Suelen ser cabeza de cartel de muchos eventos del mundillo. Sin duda tienen cosas interesantes que decir, pero puestos a ser estrictos, no creo que se merecieran el susodicho carnet.  

¿Y qué me decís de aquellos que a diferencia de los emprendedores de éxito en serie son verdaderos asesinos en serie en empresas? Emprendedores que han montado muchas empresas, pero no conocen el éxito. Ahora el fracaso está glorificado, pero salvo que estén aprendiendo a base de matar empresas, no creo que sean una buena fuente de consejo para emprendedores.

La realidad es que llevamos siglos discutiendo sobre las fuentes del conocimiento. Salvo que seas un irredento empirista, estarás de acuerdo en que la experiencia no es la única fuente de conocimiento.

Aunque nos pusiéramos de acuerdo en quién está en posición de tener un carnet de emprendedor certificado, para dar consejos a otros emprendedores, creo que estaremos casi todos de acuerdo en que probablemente haya personas que no han sido emprendedores y tienen cosas muy interesantes que aportarles.

Llama mucho la atención cómo en cualquier evento de emprendimiento, y de la boca de estos mismos emprendedores que claman ante el intrusismo del sector, son ellos los primeros en utilizar de forma compulsiva las citas de los grandes pensadores del management. Y es curioso, porque muchos de estos pensadores no tendrían uno de esos carnets de emprendedor. Por supuesto, Peter Drucker, uno de los más citados, nunca fue conocido por su faceta emprendedora. Otra figura del pensamiento clásico sobre el emprendimiento, Shumpeter, pasó la mayor parte de su vida en la universidad. 

Pero los grandes pensadores actuales tampoco puntuarían muy alto en el examen para el carnet de emprendedor. Si cogemos la lista de los top 50 pensadores en la actualidad con Porter, Christensen, Kim y Mauborgne a la cabeza, pocos sobresalen como emprendedores, y en cambio todo emprendedor que se precie tiene que conocer la Cadena de Valor o las 5 Fuerzas de Porter, y tiene que haberse leído el Dilema del Innovador o los Océanos Azules.

Ha habido últimamente unos cuantos estudios sobre los fracasos de las startups, todos llegando a conclusiones similares. Uno de ellos analizó los postmortems de 200 startups en Estados Unidos para intentar ver los motivos típicos de fracaso.

Mirando muchas de ellas, no cabe duda de que alguien con carnet de emprendedor podría haber aportado mucho a estas startups en problemas. Pero me pregunto si un buen profesional especialista en finanzas, fiscal, leyes, ventas, marketing, estrategia de negocio, recursos humanos o financiación no podría haber ayudado lo mismo, o incluso más.

Pero además, es que si hablamos de mentores, hay muchos que no quieren ni verlos en pintura. Precisamente uno que debería tener el famoso carnet y que ha sido siempre muy abierto al respecto, Ellon Musk, siempre ha recomendado no tener mentor. Este artículo en Forbes también recomienda evitarlos y da muy buenos motivos. 

Así que menudo lío que tenemos. Por un lado nos dicen que los buenos mentores son sólo aquellos que tienen experiencia emprendedora, y por otro, unos que de verdad tienen muy buena experiencia emprendedora, nos dicen que mejor que no. 

Sinceramente creo que a veces lo mejor es no tener mentor a tener uno, o varios, que no te aporten nada, o que incluso peor, te líen más. Pero también creo que si eliges bien, y tienes suerte, un mentor puede ser algo diferencial para tu proyecto empresarial. 

Y lo que muchos emprendedores no se dan cuenta es que igual que hay ruedas que hay que reinventar, que en definitiva es su trabajo, hay algunas que no. Y esas ruedas que no hay que reinventar van a ser siempre en las áreas funcionales de la empresa que no vayan a ser core de la startup. Es decir, si la startup es de fintech, es muy probable que estén haciendo cosas poco ortodoxas en el lado financiero. Por lo tanto, una persona con mucha experiencia en el mundo de las finanzas corporativas, es probable que no ayude mucho. Sin embargo, si la empresa es de bigdata, probablemente sus fundadores no tengan grandes conocimientos en finanzas, así que un ex-directivo de banca podría ayudarles en un par o tres de cosas. 

De hecho, hay en la historia de las grandes empresas de hoy en día, de esas que se ponen siempre de ejemplo como startups que lo consiguieron, muchos momentos en los que los socios fundadores (y jóvenes), se rodearon de ejecutivos (normalmente de banca) con mucha mayor experiencia (y edad). Estos últimos sin duda no tenían carnet de emprendedores, pero fueron fundamentales en el éxito de estas empresas. 

No es mi intención volver a empezar una pelea entre empiristas y racionalistas, pero bien haríamos en darnos cuenta todos los que andamos por este mundillo de que la ortodoxia y los emprendedores no encaja muy bien. Uno que no se atreve a dar muchos consejos, sí que se atreve con uno, mucho mejor el eclecticismo a la hora de buscar inspiración. 

@resbla

Artículo escrito por Roberto Espinosa

Economista experto en tecnología e innovación Bio

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