La entrevista de trabajo

1 octubre 2013
la_entrevista

El expediente académico y la puntuación en los test son inútiles como criterio de contratación”. Laszlo Bock, vicepresidente de Recursos Humanos en Google

A raíz de este mensaje, surgieron hace unos días varias conversaciones en Twitter, la primera sobre la relevancia del expediente académico para el éxito laboral. Dicho de otra manera, ¿cuál es el mejor predictor real de éxito laboral?

Y aún más atrás, ¿qué es el éxito laboral?

Podríamos partir de que el éxito laboral es el grado de satisfacción que del trabajo realizado tiene el jefe de ese trabajador. Pero claro, eso nos daría tantos conjuntos de criterios como jefes, información totalmente inmanejable como predictora del caso concreto, algo habitual en economía. E incluso más atrás, si entendemos el éxito como el grado de satisfacción para todos los stakeholders o “depositarios de interés”. Estos son las personas u organizaciones que rodean a la empresa o trabajador en cuestión y con los que se relaciona habitualmente: accionistas (stockholders, de ahí el juego de palabras) pero también clientes, proveedores, compañeros, clientes internos, personal de staff, etc. Las valoraciones del éxito serán más diversas y por tanto menos manejables todavía.

Y aún más atrás, ¿qué es el éxito?

Hace cerca de 40 años, Walter Mischel y su equipo diseñaron un experimento vital. Analizaron un conjunto de niños para observar qué condiciones de la persona predisponía al éxito vital, entendido éste como el progreso profesional, nivel de ingresos, estabilidad emocional y de pareja y mejora del nivel socioeconómico. Tras multitud de tests y pruebas, 25 años después estaban listos los resultados.

¿Cuál creen que fue el mejor predictor del éxito vital? La resistencia a la frustración. Con un simple test discriminaron si los niños eran capaces o no de aplazar la recompensa, y ese fue el mejor predictor de su éxito vital. El ahorro, el estudio, el esfuerzo y el dar algo más que lo que se espera de nosotros supone siempre alejar la recompensa, sea esta el consumo, el ocio, o cualquier satisfacción de un deseo. No por casualidad las formas en que se concreta ese concepto, en una u otra cara de la moneda, han sido históricamente conocidas como vicios y virtudes.

El mejor predictor real de éxito laboral

Pero me estoy alejando del tema principal. Mi respuesta es una mínima competencia técnica unida a la alineación con la cultura de la empresa. Valores expresados y demostrados acordes y una mínima competencia técnica. Nada más. Hace tiempo, en una convención anual de empresa, los gerentes de las diversas filiales territoriales comentábamos lo difícil de la selección de personal y lo caro que resulta equivocarse. En ella llegamos a una cuestión algo pueril pero también reveladora:

¿Qué pregunta NO podíamos hacer en las entrevistas y sin embargo nos gustaría realizar?

Mi respuesta, tras pensarlo mucho, fue pedir al candidato una foto de su mesilla de noche, con los cajones abiertos. Por supuesto que pedirla de verdad supondría transgredir la intimidad de la persona, pero se me antojaba una interesante manera de conocer al candidato ahí donde no está ofreciendo una imagen deliberada, sino espontánea. Conocer cómo será cuando no tenga tiempo, ánimo ni energía para mantener una careta.

Alineado con la cultura

Pero volviendo al asunto que nos ocupa, ¿cómo saber si el candidato se alinea con la cultura real (no solo declarada) de la empresa?

Díganle al candidato: “Cuéntame tu vida” 

Es una pregunta que no esperará, y de la que por tanto podremos conocer al candidato ahí donde no está ofreciendo una imagen deliberada, sino espontánea. Con un pequeño análisis del discurso, aprenderemos mucho más de cómo lo cuenta que de lo que cuente. Descubriremos, o si acaso podremos vislumbrar, qué valores rigen su comportamiento, y si éstos se corresponden con los valores de la empresa (de nuevo los reales, no los meramente declarados).

La entrevista

Como supongo que ahora mismo tenemos muchos más conocidos buscando trabajo que haciendo entrevistas, volveré al título para recuperar una teoría. La escuché de labios de una psicóloga profesora en un curso de habilidades directivas, la cual explicaba que hay tres tipos de entrevista, porque hay tres tipos de empresa: 

1.- La micropyme, donde el dueño, gerente o encargado dice “pareces majo”, y se acabó la entrevista.

2.- La pyme, donde se han leído el libro de “Las 1.000 preguntas de la entrevista de trabajo”. Te hacen 999, y no escuchan las respuestas porque están intentando recordar la que falta.

3.- Y la gran empresa, donde personas que no conocen el trabajo a realizar intentan objetivizar lo imposible mediante tests y pruebas, para elegir o filtrar al candidato más idóneo, sin jugarse nada en el proceso. 

Así que, una vez que como candidatos sabemos a qué nos enfrentamos, y que da igual el tipo de empresa que nos entreviste, un consejo que no por descorazonador es menos cierto: en la entrevista, sé tú mismo. Contrólate, sí, pero no intentes dar una imagen falsa.

¡Y suerte!

Artículo escrito por Simón González de la Riva

7 Comentarios

  1. GuidoBCor

    Me gustó mucho cuando lo comentaste en Tuiter y me he gustado mucho el artículo! Pero tengo un par de comentarios…

    -Que pasa cuando en España la mejor manera de encontrar empleo es siendo amigo de conocido..? http://www.fedeablogs.net/economia/?p=33008 No es más importante apuntarse a un club de tenis (o cualquier cosa que mejore tus conexiones sociales…) que mejorar tus aptitudes laborales?

    -Que pasa cuando tienes tanta gente ‘desesperada’ por trabajar y cuando le preguntas por valores y etc (repito me gusta el sistema que propones) y contestan lo que quieres oír y no lo que piensan realmente?

    -En cuanto a entrevistas yo preferiría que me preguntaran ‘Que sabes hacer’ al típico ‘título tienes’…cuanto daño hace la titulitis no capacitante!

    Por cierto en trabajos no cualificados en PYME…tuve una anécdota el jefe me leyó la mano para contratarme! Y me hizo preguntas rarísimas y muy místicas.

    PD:En mi mesilla de luz…libros de neurociencias, economía e informática, pijamas, mi medicación y un bote con monedas de 1,2y5 cents y una foto. ¿Me contratáis en Sintetia? ; P

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  2. Andrés Alonso

    @GuidoBCor
    es buenisimo ese post de NeG que pones al principio. LOS DATOS SON DEMOLEDORES:

    Según una encuesta realizada en 30 países (ISSP 2001), el 29% de los españoles menores de 30 años había conseguido su trabajo a través de un familiar, un 38% gracias a algún amigo, y solamente el 33% había conseguido trabajo a través de métodos de búsqueda formales (agencia de empleo, anuncios, contacto directo con la empresa…). Las encuestas del CIS proporcionan un panorama muy similar (estudio 2321, pregunta 25). Estas cifras contrastan con la situación en Europa, donde la mayoría de los jóvenes, un 54%, encuentran trabajo a través de métodos de búsqueda formales y únicamente el 19% lo hace a través de un familiar y el 27% a través de un amigo.

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  3. Simón González de la Riva

    @GuidoBCor

    Habría que preguntarse por qué es así. Mi respuesta es que, en una cultura con relaciones sociales tan fuertes y públicas (ver https://www.sintetia.com/calidad-de-vida-social/), el «reinforcement» de la relación social es muy fuerte… y eso hace que se prefiera contratar a alguien que tenga un padrino, con la esperanza de que trabaje duro para no dejar en mal lugar al padrino.

    Respecto al segundo punto, te recuerdo que se pilla antes al mentiroso que al cojo… La vigilancia no explícita te librará de ese tipo de personajes en poco tiempo…

    PD: Por tu mesilla yo sí te contrataría. Intuyo inquietud intelectual.

    @Javier García.
    Por lo que le he leído en Conductual,
    seguro que puede mandar cosas interesantes… Pero tiene blog propio!

    Gracias por comentar.

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  4. @Sefuelix

    La pregunta de «Cuéntame tu vida» te proporciona una enormidad de información sobre el candidato. Además de la alineación con los intereses de la empresa, que tú bien comentas, permite ver la coherencia en la toma de decisiones y la trayectoria personal del candidato. Y puedes descubrir detalles interesantísimos.

    Por ejemplo, yo contraté a una chica porque me contó que había decidido irse a hacer Erasmus a Grecia con una amiga. Al cabo de un mes, la amiga se volvió y ella decidió quedarse y acabar allí el curso. Mostraba una personalidad que no se arredra ante las dificultades y con gran capacidad de compromiso.

    No me equivoqué. La chica demostró ser una empleada excelente.

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  5. Simón González de la Riva

    Gracias por comentar, @Sefuelix. Evidentemente, la frase de «Cuéntame tu vida», es tuya…

    Releyendo el post se me ocurre una pregunta:
    Cuándo dejas de ponerte nervioso ante una entrevista de trabajo?

    Cuando llevas muchas entrevistas hechas? Hay quien se pone nervioso toda la vida

    Cuando no quieres el trabajo? En ese caso no aceptas la entrevista, o sí lo estarás en la entrevista siguiente…

    Mi respuesta: Cuando estás seguro de tu competencia para el puesto.
    Qué opináis?

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  6. Rubén Serrano

    Respondiendo a las preguntas que plantea el autor del artículo diré que a pesar de haber hecho muchas entrevistas, me sigo poniendo nervioso en ellas y eso que no me considero una persona, especiamente, nerviosa.
    Sin embargo me sigo poniendo nervioso, imagino que porque las planteo como si fueran el último examen de la carrera, en el qué si lo haces bien finalizas la carrera (en el caso de las entrevistas, eres contratado) y si suspendes, tienes que repetir la asignatura (en el caso de las entrevistas, no eres contratado).
    Un saludo.

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