El camino que va de la sociedad abierta a la empresa abierta

25 junio 2014
crecimiento empresarial en sociedades abiertas

Hace tiempo que vengo reflexionando sobre la Empresa Abierta, de hecho en Innodriven trabajamos con una especie de variante donde aplicamos metodología de Design Thinking y llamamos Empresa Creativa. Personalmente, una de las personas a las que más leo y en más confío sobre el tema es mi amigo Julen Iturbe, que con su trabajo en el MIK de la Universidad de Mondragón, con su director David Sánchez Bote al frente y gente como Aitor Bediaga, están haciendo un trabajo magnífico en este tema.

El caso es que veo que la apertura de las empresas es un hecho independientemente de la voluntariedad de las mismas. Está claro que hay distintos niveles de apertura y que no todas lo enfocan de la misma manera, pero sí es cierto que las empresas han dejado en distinto grado de sentirse islas de conocimiento y beben y/o comparten ese know-how para sacar mayor partido a sus proyectos.

Hace un tiempo mi amiga Delfina Zagarzazu me hizo una pregunta por Twitter: “¿Se necesita una sociedad abierta para imaginar una Empresa Abierta?” Y creo que es una pregunta lo suficientemente importante e interesante como para merecer una reflexión. Y lo primero que se me ocurre es la necesidad de definir el concepto de Sociedad Abierta. Hemos de tener en cuenta que estamos manejando distintos parámetros y categorías. Hablamos al mismo tiempo de entornos sociales y de entornos empresariales, con sus códigos y claves, pero que desde mi punto de vista no son ajenos. Entiendo la necesidad de una segmentación metodológica de la realidad para su estudio, pero al mismo tiempo creo que es urgente una reflexión integral del ser humano en todas sus manifestaciones y cómo afectan éstas a su condición, cómo las distintas dimensiones del ser humano no funcionan en compartimentos estancos, sino que se influyen y relacionan como partes de un todo. Yo como ciudadano no soy ajeno a mi yo como profesional.

La Sociedad Abierta político/social

Este es un concepto que nace con Henri Bergson y que toma impulso con Bertrand Russell y, sobre todo, con Karl Popper y su obra La Sociedad Abierta y sus Enemigos. Básicamente Bergson propone la existencia de gobiernos transparentes, tolerantes y flexibles, atentos a las necesidades de los ciudadanos y con capacidad y deseos de respetar los derechos de los mismos dentro de un entorno de igualdad. Entronca con las nuevas corrientes de Open Government y otros movimientos sociales, tanto liberales como de izquierdas.

Es también interesante la visión de Popper, que habla de las sociedades abiertas como aquellas en las que los cambios de líderes se producen de manera pacífica y sin derramamiento de sangre, en contraposición a las sociedades autoritarias. Cuando el mismo Popper compara sociedades abiertas con sociedades tribales; habla de sociedades en las que los individuos tienen la necesidad y oportunidad de tomar decisiones personales, frente a las mencionadas tribales en las que las relaciones y hechos que acaecen ya están determinadas por leyes naturales. Me parece interesante comentar que escribiendo esto me ha venido a la mente el magnífico e indispensable Por qué Fracasan los Países, de Acemoglu y Robinson, donde los autores analizan las causas de la diferencia entre los países ricos y pobres y llegan a la conclusión de que los primeros tienen unas sociedades dominadas por instituciones que reparten la riqueza y son abiertas en cuanto que permiten la inclusión de los ciudadanos en ellas no posicionándolas como elementos ajenos a ellos. Por su parte las naciones pobres suelen tener instituciones y modelos de organización extractivo de modo que una minoría dominante gestiona instituciones cerradas y exclusivas que se encargan de acumular la riqueza y el poder en manos de unos pocos.

Si nos centramos en el tema que nos ocupa me parece clave ver cómo las distintas interpretaciones de la Sociedad Abierta tienen elementos muy interesantes para relacionar con la Empresa Abierta. Creo que es clave la transparencia de la que habla Bergson. Entiendo que en este caso el autor, cuando hablaba de Sociedad Abierta, no pretendía centrar el modelo en el tipo de gobierno, sino en la sociedad en general, en su capacidad para mantener entornos de transparencia, tolerancia y flexibilidad. Un modelo así sin duda facilita la transmisión de información por toda la sociedad, incrementando la capacidad de generación de ideas y de compartirlas.

En el caso de Popper me interesa sobre todo cuando habla de esa necesidad de toma de decisión, de ausencia de una ley natural que nos determine. Creo fundamental unir la Empresa Abierta, la transparencia y gestión común de la información y el conocimiento, con un modelo en el que la libertad y necesidad en la toma de decisiones esté asegurado. Y digo libertad y necesidad porque creo que ambos conceptos son claves. Una empresa abierta ha de tener equipos en los que sus miembros dispongan de una amplia libertad para tomar las decisiones que consideren oportunas y al mismo tiempo que estén en una estructura o modelo que les lleve a la necesidad de tomar decisiones. La fortaleza de las empresas abiertas, o una de ellas, es que los miembros del equipo se integran en los procesos más importantes de la misma, pero eso requiere de ellos un cambio de mentalidad y apartarse de un modelo compartimentado y estanco, donde los trabajadores siguen un modelo de comportamiento muy alejado del compromiso con la empresa y los resultados de la misma.

Siguiendo con la reflexión sobre los gobiernos abiertos, éstos inciden en el ciudadano, por encima del mantenimiento de las propias estructuras políticas y tienen un importante aliado en lo que Manuel Castells llamó La Sociedad Red. Las sociedades abiertas son sociedades en las que la información viaja de manera natural por los nodos que la forman, teniendo valor por sí misma y no por los llamados principios de autoridad, filtros que en ocasiones se desarrollan ante la necesidad de seleccionar la información aparentemente más deseable entre tanta infoxicación. No voy a entrar ahora en explicar el ecosistema de información que tenemos, pero es evidente que tiene algunas debilidades en cuanto a la abundancia y falta de selección de esa información, debilidad en cuanto a la imposibilidad de acceder a toda la información relevante, no en cuanto a la abundancia en sí.

En este entorno la propia dinámica favorece sin duda la aparición de empresas que se insertan en este tipo de sociedades y participan de sus modelos de uso y desarrollo. Resulta más fácil desarrollar estrategias abiertas dentro de la empresa si nuestro entorno favorece esas dinámicas que en sociedades más cerradas y que controlen la información. Hemos de tener en cuenta que las empresas abiertas transcienden sus propios límites, por lo que se relacionan e integran en sus estructuras y procesos no solamente elementos de otras empresas, sino también elementos de la propia sociedad. Una sociedad cerrada y con abundantes filtros o limitaciones para este tipo de colaboración es, evidentemente, un obstáculo de primer nivel para el desarrollo y manifestación plena de la Empresa Abierta en dicho entorno.

La Sociedad Abierta tecnológica

Me quiero referir ahora a un tipo de sociedad que se basa en el uso de herramientas y tecnologías que favorecen la apertura y el compartir la información de la que hablamos. Y me quiero referir a ella para decir que es irrelevante. La existencia de ese tipo de tecnología es irrelevante para la existencia de una Sociedad Abierta o una Empresa Abierta. Es cierto que puede (y de hecho lo hace) facilitar y potenciar la apertura, el compartir información, la creación y aparición de redes… pero no son críticos para la existencia de ese tipo de sociedad y/o empresa. De hecho los autores que he mencionado al principio que definieron el concepto de Sociedad Abierta nunca utilizaron ni conocieron Internet o los Medios Sociales.

Resulta por tanto clave tener en cuenta que el desarrollo de un modelo de Empresa Abierta no depende del uso de determinadas herramientas, aunque como digo pueden facilitarlo y acelerarlo. Ya he hablado en otras ocasiones del papel de la tecnología, y siempre lo digo en mis clases y charlas: para la existencia de determinados modelos y estructuras sociales u organizacionales no es necesaria la tecnología, sino unos seres humanos con una voluntad de desarrollarlas. El valor de la tecnología es el de acelerar y facilitar esos modelos pero no el de participar en su nacimiento. Del mismo modo que el teléfono no creo la comunicación entre personas a larga distancia (ya estaban las cartas y el telégrafo) sí la facilitó, y eso evidentemente generó cambios y empresariales evidentes, pero no son constitutivos de una nueva realidad. De igual manera los smartphones están suponiendo una revolución porque facilitan esa transmisión de la información y el conocimiento.

Ola de libros

No voy a minimizar aquí, en absoluto, el valor de la tecnología puesto que no sería realista, pero sí creo que tenemos que darle más importancia al ser humano que la maneja y no a la tecnología misma.

Dicho todo lo anterior voy a tratar de responder la pregunta de Delfina ¿Se necesita una Sociedad Abierta para imaginar una Empresa Abierta? Mi respuesta es no, no son imprescindibles. Estoy firmemente convencido de que existe una identificación entre el tipo de sociedad en la que existe una empresa y el tipo de organización de la misma. Y no sólo por las posibles influencias y presiones que dicha empresa pueda tener de la propia sociedad. Cada comunidad crea ciudadanos muy influidos por el tipo de valores y modelos que se defienden en esa misma sociedad, y comunidades cerradas difícilmente parecen poder generar modelos de organización empresarial abiertos. Sin embargo creo que en muchos casos la existencia de una Empresa Abierta no depende tanto del entorno como de la voluntad de sus directivos.

Recordemos que una de las características fundamentales de la Empresa Abierta es la porosidad de sus “fronteras” la capacidad que tienen para hacer que circule la información y el conocimiento tanto de dentro afuera, como de fuera adentro. Y aquí está una de las claves, porque si podemos generar flujos de información que me permitan captar información del exterior para integrarlo a mis procesos estaré plantando la semilla de la Empresa Abierta.

SA_Sobejano

Es posible que la sociedad u otras empresas no hayan generado esa capacidad o apuesten por ese modelo de creación común, pero sí que mi empresa haya sido capaz de ampliar sus fuentes de información hacia el exterior.

Qué duda cabe de que entornos sociales abiertos y libres favorecen ese tipo de empresas, y que las Empresas Abiertas se encuentran mucho más limitadas en otros entornos más cerrados, sin embargo, y aquí sí que la tecnología (el buen uso de la tecnología) está favoreciendo el cambio, la globalidad en la que vivimos, permite saltarse los límites de los entornos sociales e incluso redefinir nuestros verdaderos entornos sociales en lo que desarrollamos nuestra actividad empresarial.

Es decir, no se necesita una Sociedad Abierta para imaginar una Empresa Abierta, pero sin duda la potencia y ayuda a su natural desarrollo. Al final la decisión de ser una Empresa Abierta es de la propia organización (aunque está claro que el entorno va a influir), y si así lo decide va a tener recursos para, si no desarrollar todo el potencial de la estrategia abierta, sí implementar algunas dinámicas y modos de gestión que la van a enriquecer y permitir mejorar sus procesos, productos y resultados.

Artículo escrito por Juan Sobejano

Fundador de Innodriven, consultor de innovación en Innolandia y profesor

7 Comentarios

  1. Julen Iturbe-Ormaetxe

    La cuestión es que las tecnologías (google como gran hermano) han «abierto» ámbitos que antes quedaban más escondidos. Además, la tendencia a «extimar» provoca que se cuente lo que antes quedaba puertas para dentro. Estos dos elementos combinados dejan porque margen para «cerrar». Si la empresa quiere cerrarse, lo va a tener complicado, desde luego. Porque va contra esas dos prácticas que comento.
    El problema es que cuando todo se abre -lo quieras o no- los principios de gestión se modifican. Ahí es donde las organizaciones tienen que reflexionar: el mundo cambia y la gestión que se requiere es diferente.

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  2. Juan Sobejano

    Creo que eso es clave, Julen. Los cambios de gestión por obligación, además respondiendo a una tendencia tan «radical» como la apertura de un modelo al exterior, pueden llevar a modelos distintos a los que pueden desarrollar los «convencidos».

    Tal vez se desarrolle una especie de híbrido al estar en relación la fuerza de lo abierto con la voluntad de mantener el control de las estructuras y la información.

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  3. David Vicent

    Buen artículo Juan, buena reflexión.

    Desde la práctica, comentar que es muy complejo convertir organizaciones cerradas en abiertas, por lo que vemos cómo se crean nuevas organizaciones «Semi-abiertas» según el grado de evolución y un factor de freno muy importante , «La costumbre.

    Para imaginar una organizacion abierta, sólo hace falta eso, imaginersela y modelizar un modelo aplicable a cada organización y su contexto, ahora, para desarrollarla, en según que puntos , especialmente en ámbitos directivos, es necesario contar con perfiles «Abiertos» capaces de entender el valor y romper con marcos conceptuales anteriores. Sin embargo, en otros puntos de la empresa no son tan necesarios, especialmente en los operativos, si bien, ayuda mucho a la efectividad del cambio.

    Creo que sería necesario evaluar previamente en cada organización sus recursos y potencialidades para convertirse en abierta, ya que igual que no todos los municipios tienen las mismas caracteristicas para convertirse en turisticos, las organizaciones adolecen de lo mismo.

    Salu2!

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  4. madelon

    hola Juan, me gustan mucho tus análisis, es siempre un placer leerte y aprender de tus aportaciones. Como tú soy fan de Julen también 🙂 Mencionas a la libertad y decisión como factores claves para la consecución de una empresa abierta, dejando la tecnología y el entorno (sociedad) en un discreto ¿segundo, tercero, cuarto? lugar, con un papel secundario, si bien importante, desde luego no determinante. Las personas son tu foco de atención, de ellas depende principalmente de la morfología y grado de apertura de las organizaciones de las que forman parte. Pero te pregunto ¿qué papel le adjudicarías al territorio? ¿La proximidad cultural es más importante que la proximidad física? Cuán importante es estar cerca «dónde está el meollo de la cuestión». En territorios aislados, fragmentados y condicionados fuertemente por su dependencia energética y económica del exterior, como son las Islas Canarias, la tecnología tiene, en mi opinión, un papel más trascendental que tú le asignas en tu análisis. Pero aún no tengo nada claro si pesa más la clave cultural o la territorial para explicar la innovación, en eso ando indagando desde hace un tiempo 😉 ¿Tú que opinas?

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  5. Juan Sobejano

    Hola David.

    Está claro que una cosa es la teoría y otra la práctica. Cuando desde Innodriven implantamos un programa de empresa o innovación abierta nunca nos encontramos con los mismos problemas, cada empresa es diferente y requiere de diferentes formas de ejecución.

    Hemos de adaptarnos a las particularidades de cada organización y no sólo en el timing de implantación, sino incluso en qué hemos de implantar.

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  6. Juan Sobejano

    Hola Madelon.

    Gracias por la confianza 🙂

    La verdad es que el tema del territorio es un tema interesante, porque en una primera impresión uno tiende a considerar que es clave. Sin embargo yo creo que es menos relevante de lo que parece. Me explico.

    Pongamos un primer supuesto en el que la tecnología no existe. Nos relacionamos «como antes», transmitimos el conocimiento con los libros, revistas, periódicos y como mucho la radio, la televisión y el teléfono. ¿Es clave la situación de un territorio para construir una empresa abierta? Creo que no, porque la clave no está en ese territorio sino, por un lado en la voluntad y mentalidad de esa empresa en construirse como empresa abierta y por otro en la densidad de conocimiento que pueda existir en su entorno. Es decir, no tanto dónde esté el territorio como en la «configuración intelectual del mismo».

    Ahora pongamos el caso que tenemos ahora, con abundante tecnología d la comunicación que nos permite conectarnos y estar siempre absorbiendo información. ¿Quiere eso decir que ha habido una explosión de empresas abiertas? No, en absoluto. La tecnología es importante porque potencia nuestra posibilidades de comunicación, pero el ser o no ser empresa abierta no depende de esa tecnología, sino de la voluntad de los miembros y dirigentes de la organización.

    Creo que el territorio no es relevante para ser o no ser abierto, aunque sí puede influir algo más para desarrollar todo su potencial, aunque menos de lo que podría parecer.

    Abrazos 🙂

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  7. Julen Iturbe-Ormaetxe

    Lo que comenta Madelon del papel de la tecnología relacionado con las características geográficas de un territorio tiene su miga. Aspecto a tener en cuenta desde luego.

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