10 maneras de perder tu primer millón emprendiendo

20 junio 2014

Comenzar un nuevo negocio es un asunto muy serio. En cambio, muchos aspirantes a emprendedores que conozco asumen la tarea de emprender como la de realizar un proyecto divertido, una forma de hacerse rico rápidamente o, simplemente, un hobby caro. Otros abandonan sus empleos confiando todo a su nueva pasión, sin tener en cuenta su propio bienestar o el de los que le rodean. Pero ninguno de estos enfoques es un buen augurio para el éxito.

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Como emprendedor, lo primero es iniciarse rápidamente en la tarea de poner en marcha la disciplina y las prácticas comerciales que te llevarán al éxito. A pesar de que todo el mundo parece tener una opinión sobre cuáles son las mejores prácticas en la fase inicial, me quedé impresionado con las propuestas de acción anunciadas en el libro de Scott Duffy, «Lanzamiento! Los críticos 90 días desde la idea hasta el mercado«, que se centran en los primeros pasos que determinan el éxito a largo plazo.

Duffy hace hincapié en los aspectos personales que suelen tomarse muy a la liguera a la hora tomar la iniciativa de emprender, incluyendo el equilibrio financiero, la capacidad de crear relaciones o la propia salud. Parafraseando el libro de Scott Duffy, aquí están diez de los fallos más importantes que ambos vemos en las etapas iniciales del proceso de emprender, y algunas recomendaciones que tratan de mitigar los efectos de estos fallos:

  1. Correr el riesgo más alto para conseguir el mayor rendimiento. Crear una startup siempre implica un riesgo, pero no implica actuar de una forma arriesgada. Cada decisión en una startup debe de estar bien planificada y pensada, con hitos claros y fijados de antemano. Los procedimientos deberían disponerse de tal manera que puedas asegurar que incluso si algo no saliese como estaba previsto, tu, tu familia, e incluso tu forma de ganarte la vida estén seguros.
  2. Dejarse llevar por la pasión en las estimaciones de cash flow. Modera tu optimismo. Esto significa suponer ingresos y gastos que equilibren ese optimismo natural a la hora de determinar cuánto efectivo necesitas realmente para tu negocio. Luego coge  tus previsiones de ingresos y córtalos a la mitad. Después repase sus gastos y dóblelos.
  3. Su idea atraerá toda la financiación que sea necesaria. Tienes que suponer que lograr atraer recursos de inversores es algo tremendamente difícil, al menos que tengas una gran trayectoria en el mundo de los negocios, o  amigos con mucho dinero (con bolsillos profundos, como se suele decir). ¿Será suficiente para arrancar tu negocio todos los ahorros familiares, o tan sólo la mitad? ¿Vas a pedir prestado y avalar con activos personales/familiares?
  4. Actuar como si a tu familia no le importa. Discuta el plan y los costes con tu pareja. Es esencial que los dos estén de acuerdo en los hitos clave del negocio y hasta dónde jugársela. Es mejor arriesgarse menos y estar en sintonía el uno con el otro y estar del mismo lado, que arriesgar más y tener a tu pareja preocupada/o y resentido/a día tras día.
  5. Mezclar las finanzas de tu negocio con las tuyas personales. Pon tu capital y el de tu empresa en cuentas separadas, para empezar. Una vez que estén separadas las cuentas de ahorro personal y el dinero del negocio (cantidad que arriesga), emprender se vuelve algo real. Después, tiene que disponer de un marco financiero que le ayude a tomar las mejores decisiones, actuando de la forma estratégica y menos impulsiva posibles.
  6. Usar tarjetas de crédito personales para financiar sus negocios. Mantenga sus tarjetas de crédito personales separadas de las del negocio. Tienes que hacer esto como una manera de hacer un seguimiento, contabilidad, y aprovechamiento de los pagos y gastos del negocio a efectos fiscales. Nunca mezcles los fondos personales con los del negocio. Recuerda que los adelantos de efectivo de las tarjetas de crédito son préstamos muy costosos.
  7. Mantener los gastos del negocio en el último cajón. Contrata a un contable o configura una sistema de cuentas desde tu primer día. Si no estableces desde el principio un sistema, gastarás enormes cantidades de tiempo y energía tratando de reconstruir las transacciones comerciales, para usted, para sus inversores, y para la gestión de impuestos.
  8. No formalizar el negocio hasta obtener ingresos. Apóyese en un abogado para crear una empresa, jurídicamente hablando, antes de realizar su primera transacción. Vivimos en una sociedad muy litigiosa, necesitas proteger tu responsabilidad. Reserva dinero para crear una entidad jurídica adecuada y hazte un seguro de empresas. No se trata solamente de ti.
  9. Esforzarse por lograr el éxito antes de pensar en la recuperación de la inversión. No estar preparado para el éxito es la forma más rápida de perder tu primer millón. Es importante desarrollar constantemente tu comprensión de cómo funcionan las inversiones, de modo que a medida que su negocio crezca y haya efectivo, seas capaz de manejar tus finanzas personales.
  10. Minimizar riesgos queriendo vender de todo. Lanza un producto o servicio de cada vez. El mejor camino hacia el éxito es no desperdiciar la energía y el foco en diez cosas a la vez, con la esperanza de que alguna funcionará. Coloca toda la energía y el foco en una cosa, o no tendrás recursos para hacer algo bien.

Obviamente, evitar todos estos errores no te garantizará el éxito, ni te salvará del fracaso, sino tienes una propuesta de valor o un modelo de negocio viable. Para emprender puedes comenzar con una idea y mucha pasión, pero convertir esa idea en un gran negocio implica una ejecución inteligente. No permitas que la idea del millón de dólares se convierta en una pérdida de millones de dólares por no disponer de una disciplina, equilibrio personal y ejecución del negocio adecuados.

Artículo original publicado en Forbes y cedido por el autor para re-publicar en Sintetia

Artículo escrito por Martin Zwilling

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